Después de reprobaciones y mociones de confianza, ya es oficial: Boris Johnson ha dimitido, aunque quiere estar al frente del gobierno hasta el otoño. No le quedaban muchas opciones al Premier británico después de que en 24 horas su propio gobierno colapsara con el abandono de sus más destacados miembros. Antes, a lo largo de una semana, recién acabados los actos del Jubileo real, casi 50 colaboradores habían abandonado las filas aledañas al político.
Johnson es el líder del Partido Conservador y primer ministro del gobierno británico desde el verano de 2019. Antes, fue un activo miembro a favor del Brexit (con o sin acuerdo con la UE) y alcalde de Londres entre 2008 y 2016, etapa en la que gestionó los Juegos Olímpicos de 2012. En suma, un perfil conocido fuera y dentro del Reino Unido no solo por su implicación política, sino por sus avatares personales. El New Yorker escribió en su día que entre ser un político del montón o ser alguien estrafalario, Johnson escogió lo último. Lo cierto es que su biografía personal y su entorno están cuajados de originalidades.
Boris Johnson nació el 19 de junio de 1964. Su nombre completo es Alexander Boris de Pfeffel Johnson, pero prefirió dejarlo simplemente en Boris Johnson. Desciende de una familia de ancestros turcos. Su padre, Stanley Johnson, fue miembro del Parlamento Europeo, así que gran parte de la infancia del político transcurrió entre Bruselas y Estrasburgo, como una de tantas familias de funcionarios de la administración europea. Resulta irónico que años más tarde fuese uno de los más furibundos partidarios de abandonar la Unión, y algún analista ve en estos primero años las razones de una postura anti-europeísta que roza lo irracional.
Con más de 80 años, el padre de Boris mantiene la indómita cabellera rubia de su hijo. Boris es fruto del primer matrimonio de Stanley Johnson con la pintora Charlotte Johnson Wall. Político, diputado conservador, funcionario del Banco Mundial y del Parlamento Europeo, culto, gracioso, encantado de conocerse y habitual en los realities de la televisión británica; entre ellos, una especie de 'Supervivientes'.
La relación entre padre e hijo es algo disfuncional. Son legendarias las broncas entre ambos por el referéndum del Brexit en 2016.
Como casi todos los miembros de la clase alta inglesa, se educó en Eton, Balliol College y Oxford. En esta última universidad fue presidente de la prestigiosa Oxford Union y se relacionó con el partido Social Demócrata. Más tarde, lo ha negado; no así su participación en varios clubs de bebidas, como el Bullingdon Club, conocido por su mentalidad 'Hurray Henry'. ¿Qué es esto exactamente? En inglés, los 'Hurray Henry' son los miembros de clase alta que se expresan de manera vulgar, a gritos y de manera poco educada. Desde sus inicios, Johnson no quiso ser un estudiante más de Oxford. Asumió el riesgo de ofrecer un perfil diferente, aunque implicase apodos tan poco recomendables como el que los medios le pusieron en sus inicios: 'Boozer', 'borracho' en inglés.
Johnson empezó su vida profesional como periodista. En 1987 fue redactor del Times, hasta que uno de los directores le despidió por inventarse una cita del historiador Colin Lucas.
Más tarde, recaló en el Telegraph, donde, fue destinado como corresponsal en Bruselas para cubrir los asuntos de la UE. La eurofobia fue patente desde el primer momento: Johnson adquirió cierta fama como analista ácido contra la Administración europea. Sus artículos, llenos de alusiones escépticas sobre la utilidad de la UE, fueron bien recibidos por los lectores conservadores del periódico, pero le enemistaron con la profesión, que le acusaba de inventarse las noticias y de amañar historias para desacreditar a la Comisión Europea. Al margen de la polémica, todo ello sirvió para crear en Reino Unido una profunda corriente anti-europeísta.
En 1999, fue director del Spectator, una prestigiosa revista, similar a la americana New Yorker, en la que colaboran los mejores periodistas y analistas del Reino Unido. Su labor allí fue polémica y alcanzó su punto álgido cuando declaró que los ciudadanos de Liverpool habían sido "demasiado sentimentales" en su reacción al asesinato del ingeniero Kenneth Bigley, secuestrado en Bagdad en 2004. Johnson presentó sus disculpas, pero el daño estaba hecho. Sus días al frente del Spectator estaban contados.
A Johnson pueden atribuírsele muchas cosas, pero no que tenga una vida aburrida ni desocupada. Es autor de varios libros sobre la Grecia clásica y sobre Churchill, le gusta moverse en bicicleta por las calles de Londres y ha tenido tiempo para, en modo Trump y sus realities, participar en varios programas de televisión. Tamaña actividad ha ido pareja a sus relaciones familiares y sentimentales.
Si con su padre ya puso distancia con su anti-europeísmo, la relación con su madre puede calificarse de gélida. La señora Johnson no fue especialmente efusiva con sus retoños y esto impactó en la personalidad del joven Boris. Su relación con las mujeres ha sido irregular y algo hermética. Ni siquiera se sabe el número de hijos que tiene. Algunos medios los cifran en siete, que habría nacido de sus tres matrimonios.
En 1987 contrajo nupcias con Allegra Mostyn-Owen, de quién se divorció en 1993. Poco después, se casó con Marina Wheeler. Se divorciaron en 2018, después de una historia plagada de infidelidades y devaneos. Wheeler es Q.C., Queen´s Counsel o Consejera de la Reina, título que solo pueden estampar junto a su firma los mejores abogados del Reino Unido. Especialista en derechos humanos, es la madre de cuatro de los hijos de Boris Johnson y la mujer con quien ha compartido más años. Sigue siendo su amiga y una de sus mejores consejeras.
Prontó entabló relaciones con Carrie Symonds, relaciones públicas del Partido Conservador. Entonces, Symonds tenías 31 años, 23 menos que su pareja. A ella se le atribuyen las mejoras en el estilo y el físico de Johnson, y su inédita templanza en sus declaraciones públicas.
Con Symonds ha tenido dos hijos: uno en abril de 2020 y el segundo en diciembre de 2021, después de un aborto que la periodista compartió en sus redes. Johnson y Symonds se casaron en mayo de 2021 en una ceremonia ante 30 personas en la catedral de Londres. El traje de la novia recreaba un estilismo de la Grecia clásica, de la que el expremier es especialista. La nueva señora Johnson no asistió a la cena de gala del Palacio Real ofrecida por los reyes durante la pasada cumbre del la OTAN.