¿Te da tristeza el cambio de hora? Cómo crear 'islas de luz' en casa para ser un poco más feliz
La luz, natural o artificial, tiene la capacidad de interferir en nuestro estado de ánimo
Iluminar bien no significa disponer de mucha energía lumínica, sino de llevar la luz a lugares concretos
La luz del techo hace que las estancias sean más frías, mientras que las esquinas oscuras hacen que las habitaciones parezcan más pequeñas
Lograr un hogar cálido, acogedor y apetecible es algo más fácil cuando sabemos utilizar la luz. En sí misma, la luz natural de primera hora de la mañana es un antídoto contra la depresión. La luz de la tarde, los tonos anaranjados del ocaso, nos predisponen para un buen descanso. La luz es, por tanto, un recurso muy valioso para subir o bajar el ánimo, como muy bien saben los países nórdicos, donde las horas de sol escasean.
De cara al invierno, con menos horas de día, es importante crear en casa ambientes llenos de luz que puedan dar energía y alejar las malas vibras de los días grises. No es una exageración, tener espacios bien iluminados nos puede hacer sentirnos mejor o ser más felices. No se trata de poner muchos watios, sino de hacer 'islas de luz' donde se necesitan. ¿Cómo? Repasamos las propuestas 'hygge', la tendencia danesa que hace de las casas nuestro refugio de paz pasadas por el filtro de Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto para la Investigación de Dinamarca y autor del libro 'Hygge Home'.
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Tener claro cuál es nuestro objetivo
Las lámparas de techo, en general, hacen que las estancias parezcan más frías, sobre todo si las paredes de la habitación son blancas. En cambio, llenaremos cualquier habitación de luz con lámparas bajas que iluminen desde abajo con tonalidades cálidas. Esto no quiere decir que no tengamos luces de techo. Son muy útiles en muchas circunstancias y tareas domésticas, pero si lo que buscamos es ambientar y 'abrigar' el espacio, utiliza mejor lámparas de pie o de mesa.
Luz colgante de mesa
En los últimos años es frecuente ver lámparas colgantes sobre las mesas donde se celebran comidas o cenas. No es necesariamente la mesa de comedor, puesto que ya hay muchos espacios multifuncionales donde se come, se estudia, se teletrabaja o se utiliza para distintos propósitos. Las lámparas colgantes pueden adaptarse a la altura que queramos, pero cambiará según lo que vayamos a hacer. Si vamos a celebrar una comida o una cena, tiene que estar situada a 50 o 60 centímetros sobre la mesa y no debe deslumbrar ni obstruir la visión a lo largo de ella, ya que todos queremos ver a nuestros invitados.
Lámparas de comedor
Aquí depende mucho del tamaño máximo de la mesa y de los comensales que pueda acoger. Si es muy larga, plantéate dos lámparas colgantes. Si es muy ancha, es mejor combinar luz de techo y luces bajas. Pueden ser focos murales o lámpara de techo y lámparas de pie o sobremesa para conseguir una luz envolvente. Dejar solo la luz de arriba, especialmente cuando hay mucha potencia, dará un aspecto frío y desangelado.
La ¿terrible? luz del baño
Lo más importante en un baño, sobre todo cuando no hay luz natural, es asegurarse de que la luz que tengamos muestre los colores tal y como son. No es la primera vez que alguien sale maquillada 'como una puerta' de su baño porque el espejo no reflejaba bien la intensidad de los colores. Lo fundamental en este caso es hacernos con bombillas que reproduzcan lo más fielmente posible la luz natural. Y si buscas un momento-spa y tu baño no es de esos, añadir velas (y alguna flor fresca o toque verde) pueden llevarlo a otra dimensión.
Habitaciones: no molestar
Como en la mayoría de las estancias, es importante tener una lámpara de techo para limpiar u ordenar. Pero, por lo demás, dos lámparas de tonos cálidos en las mesillas de noche son suficientes para crear un ambiente tranquilo que invite al descanso. Si la lámpara de la mesilla tiene un brazo articulado para que pueda moverse sin molestar a tu compañero de cama, perfecto.
Despacho o lugar de trabajo: atención a los brillos
En esta estancia o espacio (puede que compartas comedor con lugar de trabajo) hay que comprobar que no haya diferencia entre el brillo del ordenador o tableta y el resto de la habitación, ya que esto puede ocasionar vista cansada. En este caso, tener un ambiente acogedor puede pasar a segundo plano porque lo importante es estar concentrados y no tener dificultades de visión. Para mantener el nivel lumínico alto, podemos tener alguna luz ascendente y un foco dirigido al escritorio.
Salón, iluminar bien el rey de la casa
Es el lugar más mimado de la casa, el que recibe la atención de los que viven dentro de la casa y de sus invitados. ¿Cómo iluminarlo bien? Hay que fijarse en las esquinas oscuras: pueden hacer que una habitación parezca más pequeña. Es fundamental iluminarlas con lámparas de mesa, mejor si tienen algún diseño especial que añada interés decorativo a la estancia. El salón está pensado para un uso social, donde poder hacer actividades conjuntas en familia y recibir a personas que apreciamos. Por ello, es el lugar donde mimar el 'hygge' con una iluminación cálida y descendente, velas bien dispuestas y todos esos objetos que nos dan buenas sensaciones, sin olvidarnos de las plantas naturales o de cualquier flor que aporte belleza y frescura al hogar.