¿Por qué no debemos dejar que nuestros hijos vean la tele después de cenar?
Un estudio de la profesora Lisbeth Lund, de la Universidad de Dinamarca, explica las razones, de las que neuropsicólogo e influencer Álvaro Bilbao se hace eco en su cuenta de IG
La exposición a la luz de la televisión dificulta conciliar el sueño
Los efectos negativos también se dan en móviles, tablets y ordenadores
Padres cansados y niños exhaustos al final del día, una combinación que da como resultado momentos de tensión en casa. La tentación es dejar que los niños vean la tele o cualquier dispositivo móvil con los contenidos que sabemos que les gustan (no necesariamente los mejores para su edad.
Pero lo que puede ser tranquilidad en el corto plazo, se convierte en algo perjudicial para el descanso. Así lo acredita un estudio de la profesora Lisbeth Lund, de la Universidad de Dinamarca, del que Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, padre de tres hijos y con más de un millón de seguidores en Instagram, se ha hecho eco en su cuenta.
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La luz de las pantallas
La luz que emiten las pantallas retrasa la secreción de la melatonina, la hormona que segrega nuestro cerebro cuando oscurece y que nos ayuda a quedarnos dormidos. La melatonina regula nuestros ritmos circadianos de sueño o vigilia y cuando se altera es más difícil conciliar el sueño.
Esto también funciona con la luz de todas las pantallas, no solo de la televisión, sino también de ordenadores, tablets y móviles. Lo ideal, tanto en niños como en adultos, es no estar sometidos a este tipo de luz durante las dos horas anteriores al sueño.
Consecuencias
Los niños que ven pantallas antes de dormir tienen más dificultad para quedarse dormidos. Su cerebro necesita todo ese tiempo perdido para relajarse y segregar suficiente melatonina.
También tienen más pesadillas porque su nivel de excitación cerebral es más alto cuando el niño ha visto cualquier tipo de pantalla. Por tanto, duermen menos horas y tienen peor calidad de sueño. Su cansancio diurno también es mayor: la falta de sueño impide que nos recarguemos con niveles óptimos de energía.
¿No pueden ver la tele?
No hay que demonizar la televisión, solo hay que administrarla en su justa medida. Los niños sí pueden ver la tele después de cenar, pero para eso habría que adelantar la hora de la cena, algo difícil con los horarios españoles. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los niños no deberían consumir ningún tipo de pantalla entre una hora o dos antes de irse a la cama. También deben ver contenidos apropiados para su edad y mejor por la tarde. Esa es la manera de evitar la excitación que va a provocar problemas de sueño.
Estas pautas son buenas para los niños y también para los adultos. Como explica Álvaro Bilbao en su post, "lo que es bueno para tus hijos suele ser bueno para ti".