Psicólogo familiar, sobre cómo ser un poco más feliz con los tuyos en el 2023: "Somos expertos en autoengañarnos"
No siempre es fácil estar con los tuyos, pero seguro que hay cosas que, con un poco de atención, pueden ir mejor
Hablamos con el psicoterapeuta familiar Íñigo Ochoa de Alda para que nos de unas claves
"Es importante valorar más el proceso y no el resultado exitoso de la toma de decisión"
En este año nuevo que comienza, el 2023, ¿podemos hacer algo diferente a lo que hemos hecho para estar mejor con los nuestros? ¿Podemos afrontar estos meses con más optimismo y disposición para cambiar aquello que no nos gusta tanto? ¿Seremos capaces de vivir más libres y dejar a un lado el estrés diario o los enfados por nimiedades? Para intentar dar un poco de luz al difícil tema de la vida feliz en familia, hemos hablado con Íñigo Ochoa de Alda, psicólogo clínico y psicoterapeuta familiar.
A pocos días de empezar el año, cada persona suele hacer balance de lo vivido y de lo no logrado. Tal como señala Ochoa de Alda, profesor de Psicología en la Universidad del País Vasco y doctor en Psicología, muy pocas personas se libran tras los rituales de fin de año, de “remover tierras del pasado”.
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Objetivos accesibles
Aunque existe mucha variedad entre las familias, de igual modo que disparidad entre sus integrantes, es necesario fomentar y preservar una buena relación entre todos. Por ello, lo óptimo sería trabajar para superar ciertos problemas y crisis. Asimismo, es recomendable centrarse en retos principales y no abarcar demasiadas tareas, ya que como aclara el experto, por norma general, suelen hacerse demasiadas promesas y exaltar deseos y expectativas, pudiendo llevar a peticiones irreales difícilmente, entonces “la solución mantiene o incluso empeora el problema”.
“Proponernos objetivos accesibles, reales e incluso compartidos, como uno para la familia, o como padres o hijos..., nos llevaría a una mejor inversión en lo que concierne al ambiente familiar”, añede
En cuanto a cambiar actitudes de meses anteriores que no nos hayan gustado o nos hayan hecho sentir mal, este psicólogo subraya que en cada momento de inflexión existe una oportunidad. “Las oportunidades son tomas de decisiones y el ser humano es experto en aplazar lo temido, en autoengañarse o incluso en justificar situaciones dolorosas. Desde mi punto de vista, a la hora de tomar decisiones, como de acercamiento a alguien distante o de reparar con alguien a quien sintamos que hayamos dañado, son decisiones de riesgo porque no dependen solo de nuestra intención, sino también de la respuesta del otro”.
Dar valor al trabajo para cambiar y mejorar relaciones
Ochoa de Alda, padre de familia numerosa, asevera que en la búsqueda de mejora en las relaciones familiares habría valorar más el proceso y no tanto el resultado exitoso de la toma de decisión. “Si te pido perdón y me perdonas es que he acertado, pero si el otro no me perdona, parece que me he equivocado y me arrepiento de haberlo hecho. Esto es un error garrafal. Yo necesitaba hacerlo y lo he hecho y eso he de valorar. Por lo tanto, hay que pensar que eres parte de la solución y no del problema”.
Para tener un mejor ambiente en el hogar y tender puentes con personas con las que se ha tenido conflictos, el, además, presidente de la Asociación Vasca de Psicoterapia Dinámica y Sistémica, refiere que cada individuo sabe de lo que es capaz de igual modo que quienes le rodean, de ahí -según el profesional- que se invierta en claridad y autenticidad o en el 'mito de la armonía'. “Este mito nos lleva a valores aprendidos en las generaciones anteriores, como que, en la cena no se discute, que no existen problemas y todo es felicidad y amor entre todas las personas. Es una leyenda especialmente sensible a la adolescencia, en la que no se tolera la falsedad ni la hipocresía y a través de su rebeldía ponen el equilibrio patas arriba”.
Evitar el secreto
“Hay una herramienta que trabajamos mucho en psicoterapia familiar, que es la metacomunicación, es decir, hablar de lo hablado, ir más a la relación, al cómo se dice y no tanto al contenido. Por ejemplo: 'Sabemos que ha sido un año difícil y hemos hecho cosas que no han ayudado, pero creo que podemos darnos la oportunidad de poder estar mejor'. El segundo paso en ponerse uno por delante en la intención: 'quizás he estado más distante, pero haré lo posible para estar más atento'. Por último, sin esperar que los demás se sumen 'entiendo que no lo compartáis y quizás no lo veáis igual que yo, pero necesitaba compartirlo', especifica el doctor en Psicología, quien suma que lo más adecuado es evitar secretos, silencios o tabúes en las familias.
Ochoa de Alda expone que, para estar más al lado de los hijos, acompañarlos y comprenderlos resulta relevante ofrecer palabras de aliento y cariño, comunicarse con ellos y que sepan que también percibimos el modo en que ellos ven el mundo, aunque no se comparta el punto de vista. De igual modo, conviene hacerles partícipes de las tareas y decisiones que se tomen y apostar por logros comunes y relacionales, más que por los individuales y materialistas.
Este psicoterapeuta familiar recomienda a las familias invertir en el otro, partiendo de uno mismo para mejorar el 'nosotros'. Teniendo presentes los objetivos a conseguir con motivación y ganas, todo resultará menos pesado y más satisfactorio durante el trayecto.