Marta, la mujer española que tiene 54 hijos

  • Marta y Luis son familia de acogida de urgencia, los que están disponibles 24/7 para las situaciones de emergencia

  • Cuando un menor no puede criarse con su familia, otras familias se hacen cargo de ellos hasta que puedan regresar con los suyos

¿Qué ocurre con un menor de edad cuando su familia no puede hacerse cargo de él? La respuesta es compleja, pero la mejor opción, en principio, es que el menor pudiera tener una familia de acogida que dé un entorno de confianza y estabilidad hasta que el entorno habitual se recupera y puede volver con sus padres, abuelos, tíos o el adulto que sea relevante para él.

24 horas, los 7 días de la semana

Marta y Luis son familia de acogida de urgencia, los que están disponibles 24/7 para las situaciones de emergencia, una de las modalidades de este sistema y que tiene un tiempo máximo de seis meses; es decir, hasta que se diagnostica la situación del menor y del entorno familiar para decidir el recurso más adecuado para cada caso. Hasta la fecha han acogido a 54 niños.

Según comenta esta madre de acogida, los menores llegan sin apenas pertenencias. El objetivo de Marta y su marido es que los niños o jóvenes se encuentren cómodos y queridos, rodeados de las cosas que les sean más agradables. Muchos llegan asustados: no conocen nada de su familia provisional, solo saben que están lejos de los suyos. Por eso, en los primeros días es fundamental que sientan ese cariño y la certeza de que volverán con los suyos. La casa de Marta es su espacio de transición, el lugar para que vayan ordenando y priorizando su existencia pasada y futura. ¿Cuánto tiempo van a estar esos menores en su hogar de transición? Como máximo seis meses.

El momento de la despedida

La dinámica habitual incluye la adaptación, la convivencia asentada y la despedida. ¿Cómo vive esta última Marta y su familia? Lo más parecido a una fiesta. Se trata de celebrar que el menor va a reencontrarse con los suyos. En ese momento, la función de esta familia es acompañar.

Marta ha celebrado 54 despedidas en las que se ha sentido tristeza, pero también la satisfacción de que los niños han estado cuidados y felices. Su bienestar es lo prioritario para esta familia y, por ello, la despedida está pensada con mimo, para facilitar esa nuevo viaje, asociado a una pérdida; esta vez, la de la familia de acogida.

Para suavizar la adaptación, la familia de Marta y la nueva familia empiezan viéndose para conocerse. Y cuando la transición está hecha, es cuando el cambio puede materializarse, teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso.

Pocas familias de acogida

La realidad es que hay pocas familias de acogida. En el caso de la Comunitat Valenciana en 2019 había 4.000 menores bajo tutela de la Generalitat. De ellos tan solo 2.500, algo más de la mitad, están en familias de acogida o familia extensa -cuando el acogimiento lo realiza alguien del entorno-, mientras que el resto permanecen en centros. La situación es aún más complicada para los niños de hasta 3 años. La ley estipula que deben estar siempre en un entorno familiar; sin embargo, en 2019, unos 50 estaban acogidos en centros.

Lo más complicado que las familias de acogida deben gestionar es dejar de lado el conflicto que rodea a ese menor. El reto es no juzgar por qué se ven en esa necesidad o cómo han actuado sus familias de origen, algo especialmente complicado cuando a veces es la Policía o los Servicios Sociales quienes hacen la retirada de urgencia. El 'tratamiento' para estos menores siempre es el mismo: toneladas de cariño. Y eso se demuestra yendo a buscarles al cole con su bocadillo favorito, jugar con ellos a lo que más les gusta y estar pendientes de sus necesidades. Como todos, necesitan atención, cuidado y amor.