Si hay días en los que te pone al borde de un ataque de nervios mientras te sonríe como si tal cosa, si alguna vez te sorprendes gritándote a ti mismo que no la soportas, si piensas un día sí y otro también que cuándo se irán de casa... no te preocupes, no eres un psicópata, no estás perdiendo la cabeza, no eres mala persona, solo tienes hijos adolescentes en casa, y nadie sabe lo que es eso hasta que lo vive en sus carnes.
Como tú, miles de padres y madres se enfrentan a la adolescencia de sus hijos como quien va a la guerra en paños menores. Desirée Ruiz lleva 20 años tratando con ellos y ha sobrevivido. Esta experta en educación social acaba de publicar 'Te necesita aunque no lo parezca', donde nos ofrece herramientas para acompañar a nuestros hijos en este periodo convulso, y no morir en el intento.
Para evitar que tu relación con tus adolescentes se conviertan en el agujero negro que devora tu vida es conveniente tener una guía que ayude a no perder el norte. "Las inseguridades que les acechan en esta etapa son su mayor enemigo y debemos fortalecer su autoestima. Autoestima y autonomía se retroalimentan. Cuanto mayor sea su autoestima más capaces se sentirán de hacer cualquier cosa", explica la pedagoga, de este modo facilitaremos que emprendan su propio camino y abandonen, por fin, el nido.
La comunicación es la clave para educar a los adolescentes. Es importante escuchar y validar sus emociones y pensamientos. "Hablar con ellos de manera clara y sincera sobre sus preocupaciones y problemas les permitirá sentirse más seguros y confiados. Sé positivo, no emitas juicios y procura respetar sus espacios, no discutas nunca en su dormitorio, y no lo hagas a gritos en el pasillo o la escalera", explica Desirée, procura guardar siempre las formas y hablar de forma tranquila y educada frente a frente. Ellos tienen las hormonas descontroladas, tú no. Anímales a hablar sobre sus sentimientos, inquietudes y problemas, y asegúrate de que se sientan escuchados y comprendidos.
Reconoce sus logros, es vital para su autoestima. Destaca sus esfuerzos diarios, para qué lo hacen y qué resultados obtienen. Alaba sus cualidades, talentos y habilidades a menudo, y ayúdales a establecer metas realistas, esto les dará la oportunidad de experimentar la satisfacción de conseguir algo a través del esfuerzo.
Busca que sean capaces de resolver sus propios problemas. Desarrollar habilidades de resolución de problemas les permitirá enfrentar situaciones difíciles de manera efectiva y aumentará su confianza en sí mismos.
Deben ser independientes, pero también responsables, enséñales a tomar decisiones informadas, a aceptar las consecuencias de sus acciones y a ser responsables de sus tareas y obligaciones. Anímales a tomar iniciativas y a resolver sus propios problemas. Permíteles tomar decisiones y afrontar desafíos, pero asegúrate de estar disponible para apoyarlos en caso de necesidad. Y fomenta su independencia financiera, enseñándoles a administrar el dinero que les proporcionas y aplaudiendo sus iniciativas para ganar el suyo propio.
En el caos mental y físico en que viven la disciplina se hace imprescindible para que las cosas no se desmanden. Los adolescentes necesitan límites claros para sentirse seguros y saber lo que se espera de ellos. Establece reglas y consecuencias claras y consistentes para su comportamiento, y asegúrate de que comprendan las razones que hay detrás de las reglas. No tengas miedo de ser firme y coherente, pero tampoco seas demasiado estricto. Y fomenta la autodisciplina, es esencial para lograr el éxito en la vida. Ayúdales a desarrollar su autocontrol, sus propias motivaciones y a crear un orden en sus asuntos.
En la adolescencia el cerebro está abierto a todo tipo de estímulos. Es la edad de las primeras adiciones, pero también la de las grandes pasiones. Por eso es fundamental ofrecer las máximas oportunidades de descubrimiento, de estímulos, viajando, conociendo nuevas amistades, y nuevas experiencias. Fomenta la expresión creativa a través de la música, la pintura o la escritura, puede ser una forma poderosa de aumentar la autoestima y la confianza. Ayúdales a explorar sus intereses, a encontrar oportunidades para desarrollar sus talentos y habilidades.
Es el momento ideal para estimular su curiosidad y de buscar nuevas formas de aprender. Ayúdales a desarrollar habilidades críticas y de pensamiento creativo. En el mundo donde van a tener que vivir, tener criterio propio será un valor importante, así como una formación continua en distintas disciplinas.
Buena gente
Intenta que sean buena gente. Enseña valores positivos, son fundamentales para su desarrollo. Enséñales a respetar a los demás, a ser honestos y a tener integridad. Fomenta la empatía y el altruismo, animándoles a ayudar a los demás y a ser ciudadanos responsables.
Pautas para seguir
La pedagoga sugiere incorporar unas pautas de comportamiento diario en los ámbitos que más influyen en la vida de los adolescentes.
Los adolescentes pueden sentirse en un momento los reyes del universo y temblar asustados diez minutos después. Pueden ser valientes hasta la temeridad, querer comerse el mundo hoy, y mañana estar hundidos en un pozo de inseguridad y miedo al fracaso. Si no los entiendes, no te preocupes, tampoco se entienden a sí mismos. Y recuerda que la naturaleza es sabia, nos da doce años para desarrollar un amor indestructible por ellos, antes de que se conviertan en adolescentes. De lo que salga del capullo, tú tendrás gran parte de responsabilidad.