Por más que nos guste mantener nuestro hogar en perfecto orden y limpio, siempre habrá un recoveco al que debamos prestarle más atención de la debida. Y no es que nos olvidemos de asearlos, sino que las bacterias suelen encontrar el más mínimo resquicio para guarecerse.
Aun así, a veces pasamos por alto algunos rincones, objetos o, simplemente, creemos que con lo que hacemos es suficiente. Dicen que el diablo está en los detalles. Quizá. Pero los que sí están son los gérmenes y las bacterias que en ocasiones nos dan disgustos serios. Por ello, ¡ojo con estos 10 objetos de uso diario que bien merecen una buena limpieza y desinfección!
Nunca la uses para cortar todo lo que se ocurra. Es decir, en la misma tabla no cortes carne, verduras y frutas. Mucho menos pescado. Procura tener una tabla para cada cosa. Al menos tres (pescados, carnes y verduras por separado). Para desinfectar este utensilio lo mejor es usar una mezcla de vinagre y limón.
Al ser el lugar donde guardamos nuestros alimentos es muy importante tenerlo limpio. Caso contrario, es el principal favorito de las bacterias para aparecer y contaminar todas nuestras comidas. Hay que prestarle especial atención a las gomas, ya que ahí se genera mucho moho.
Curiosamente es el sitio que más bacterias y malos olores genera pero el que menos se limpia. Y es que al ser el lugar preferido para echar casi todos los desechos orgánicos, debemos limpiarlo al menos una vez por semana. Este lugar de la cocina podría llegar a albergar hasta un millón de bacterias por metro cuadrado.
Su principal uso es para secar superficies mojadas. Y el hecho de estar casi siempre húmedo y cerca al fregadero lo convierte en un arma disparador de millones de bacterias como E. Coli, Staphylococcus aureus o Listeria. Un consejo es que después de cada uso lo laves y lo desinfectes. Luego lo dejas secando al aire. También es bueno que tengas un año para cada sección de la cocina.
Estos aparatos también son capaces de acumular suciedad y gérmenes. Por eso, sin importar que sean italianas o eléctricas, lávala con cierta frecuencia. No pierdas de vista la bandeja donde caen los restos de café. Es justo ahí en dónde se encuentran más bacterias patógenas.
Para evitar que se acumule suciedad y bacterias en este electrodoméstico, lo mejor será lavarlo profundamente al menos una vez al mes. Con esta acción se evitará el mal funcionamiento y los malos olores.
No solo este artefacto, sino también la escobilla que usamos para el aseo acumulan grandes cantidades de gérmenes. Por eso, es que ambos objetos debes limpiarlos cada cierto tiempo. La mejor manera de desinfectar la escobilla es verter una disolución de lejía y agua en el soporte y cambiarlo dos veces a la semana.
Este instrumento que metemos a nuestra boca, al menos, tres veces al día puede acumular hasta 10 millones de bacterias. Lo mejor para evitar estas complicaciones antes de cepillarte, es que dejes el cepillo de dientes a remojo (5 minutos) en un vaso con enjuague bucal o una disolución de vinagre con dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Siempre tenlo lo más lejos posible del inodoro. También limpia el portacepillo, ya que podría contener hasta un 27 % de la bacteria coliforme, que incluye salmonella y E. Coli.
La ropa de cama y toallas pueden contener ácaros y bacterias. La idea es que los laves con regularidad. Si tienes aspiradora de mano pásala seguido. Un detalle importante a tomar en cuenta es que ventiles tu casa todos los días. Otro punto son tus armarios y roperos, deja que ‘respiren’ y nunca metas ropa húmeda.
Al ser un artefacto que usas al menos 100 veces al día, lo justo es que al final del día lo desinfectes para evitar que se convierta en un transmisor de virus y un objeto que acumula suciedad y bacterias.