Cómo hacer que mi hijo y mi nueva pareja se lleven bien en vacaciones: "Es posible"
Para la psicóloga Toñi de la Puente, buscar intereses comunes entre la nueva pareja y el hijo adolescente puede permitirles encontrarse y comunicarse
De la Puente destaca que las vacaciones deberían plantearse cuando las interacciones entre los miembros sean fluidas y se sientan cómodos
"Resulta conveniente empezar con algún encuentro breve en un espacio de ocio y disfrute, por poco tiempo y de forma controlada"
Si hay algo que preocupa a los padres que se han divorciado o separado es cómo les afectará en el ámbito emocional a los hijos y todo lo que llegará a continuación: el modo en el que se estipule la convivencia, el cambio en los hábitos y rutinas... El caso es que los adultos han de hacer lo posible y de un modo responsable, para que las personas en común no sufran y vayan asimilando cada paso y cada nueva variación.
Puede parecer algo relativamente sencillo que un joven y la nueva pareja de uno de los progenitores tengan un buen trato, y más en época de vacaciones y previsiblemente de disfrute, aunque puede resultar un verdadero desafío y causar bastante ansiedad a nivel familiar. Toñi de la Puente Redondo, psicóloga y experta en educación, aconseja “no forzar nada y dejar espacio para la adaptación”. A continuación, son dos parejas quienes nos cuentan sus experiencias.
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Nervios e incertidumbre
Almudena se ha separado hace un año y ha empezado una nueva relación con Jaime. Ella tiene un hijo de 15 años que todavía no conoce a Jaime. “He preparado un viaje en agosto para ir los tres porque quiero conseguir momentos que satisfagan a los dos. Sé que les gusta mucho la temática de Disney y nos iremos al parque temático de París”. Almudena asegura estar nerviosa, pero cree que estando en un lugar nuevo para ambos que, además, les atrae, de primeras facilitará temas de conversación, entretenimiento y diversión.
Por su parte, Tania y Manuela son pareja. Tania es madre soltera de una hija adolescente y quiere que conozca a su nueva pareja con la que lleva siete meses de relación. Aunque sabe, por lo que le ha dicho, que le parece un fastidio que haya otra mujer en casa y que las dos se bastan solas y ya son un equipo. “Mi hija Sabela está muy apegada a mí y tiene miedo a perderme, a no seguir siendo la persona más especial en mi vida. Siempre le digo que jamás dejará de serlo, pero quiero que entienda que mi amor por otra persona también es viable y me gustaría que se quisiesen algún día las dos”. Manuela le ha comprado un buen regalo a Sabela por sus notas y pretende dárselo el día de su cumpleaños, que es en verano. “Creo que eso puede ser un buen inicio para que encajen desde el principio”, subraya la madre.
Buscar intereses comunes y mostrar una actitud natural y de apertura
“Lograr que el hijo adolescente y una nueva pareja del padre/madre se lleven bien en vacaciones puede ser complicado, sobre todo en los inicios”, resalta la psicóloga. Para la profesional, procurar una buena comunicación facilitará siempre que existan buenas relaciones y opciones donde todos puedan tener ratos amenos y se alcancen vínculos afectivos entre ellos en el futuro.
Para plantear esas relaciones, esta experta, señala buscar actividades de unión y disfrute en común, al igual que una actitud de apertura y un buen estado de ánimo.
De la Fuente recomienda a las personas protagonistas:
- Ser naturales.
- Buscar intereses comunes.
- No forzar la necesidad de aprobación: Algo excesivo se detectaría por ambas partes y no es bueno.
- Entender y aceptar que hay hijos adolescentes en la nueva relación.
- Trabajar por un vínculo afectivo con los hijos y estos con la nueva pareja.
- Dejar a los hijos espacio y, a la vez, hacerles espacio.
Según la especialista, es más conveniente empezar con algún encuentro breve, espontáneo, sin mucho compromiso, en un espacio abierto, de ocio y disfrute, por poco tiempo y de forma controlada. “Que sean quedadas que se vayan realizando gradualmente”, indica. Tras esto, explica que es importante hablar con los hijos e interesarse en cómo se han sentido y, si en algún tema se han encontrado incómodos, procurar solucionarlo para la próxima reunión.
Construir interacciones fluidas y un ambiente cómodo
La experta revela que las vacaciones podrían plantearse cuando las interacciones entre las dos partes sean más fluidas y se encuentren cómodos, esto es: “cuando hayan pasado más tiempo juntos”. “Igual que un adulto necesita tiempo para conocer a la pareja y comenzar la relación, los adolescentes necesitan ir conociéndolos poco a poco y al alcanzar un punto en común, lograr momentos agradables, tranquilos y naturales e iniciar una unión afectiva”, expresa.
“Si las cosas no van encauzadas hay que dar permisos por ambas partes”, y continúa invitando a que, si es así, se investiguen las causas y los factores que lo estén entorpeciendo. “Hay que buscar soluciones y frecuentemente, resulta idóneo procurar hacer cambios en creencias o formas de pensar y en actitudes negativas porque estas pueden estar perjudicando para que las relaciones sean positivas y amistosas”, señala. Como sostiene: “Una buena comunicación y pasar tiempo a solas con los hijos, ayudará a que todo vaya mejor”.
La psicóloga apunta, también, lo óptimo de pensar en uno mismo, en el bienestar propio, sin sentir culpa constantemente si las cosas no trascienden como uno pretende ni cuando uno lo quiere y, por supuesto, eludir el descuidar las relaciones tanto con los hijos como con la nueva pareja.