Te cruzas con uno de tus hijos por el pasillo de casa. Va mirando el móvil y apenas levanta la vista. Cuando lleva cascos, es posible que tengas que repetirle varias veces lo que quieras decirle. En su habitación, lo normal es verle 'adosado' a su tablet o su móvil. Si te suenan estas situaciones, es muy posible que haya un 'empantallado' en la familia. No es raro: según un estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud al que ha denominado ‘Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud”, los jóvenes españoles de 15 a 29 años consumen casi siete horas diarias de ocio digital.
Sin embargo, hay maneras de reducir la dependencia a los dispositivos móviles. Ese el objetivo de Empantallados.com, una plataforma para ayudar a los padres y madres a educar en un buen uso de las pantallas. Esta plataforma también es la creadora de 'Empantallados. Cómo educar con éxito a tus hijos en un mundo lleno de pantallas' (Penguin Random House), un libro que aborda las principales preocupaciones de los padres en el entorno digital. Hablamos con Elena Martínez, responsable de comunicación de la plataforma.
En el libro se trata el uso abusivo del móvil como una patología. ¿Cuándo comienza esta adicción?
El uso abusivo del móvil puede convertirse en una adicción cuando la persona empieza a mostrar un patrón de comportamiento compulsivo, dependiente y perjudiciales con respecto al móvil. En general, la mayoría de los problemas en adolescentes y adultos tienen relación con un uso no equilibrado del móvil que puede mejorarse con algunas normas concretas en casa. Por ejemplo, que los móviles ‘duerman’ fuera de la habitación, y se dejen cargando en un lugar común durante la noche. Sueño y móviles son ingredientes peligrosos. De esto habla la última campaña de Empantallados: www.empantallados.com/sueno.
¿Qué síntomas pueden alertar a los padres de que hay un uso abusivo?
Puede haber distintas señales de alerta o indicadores que nos pueden dar indicios de que algo no va bien: el tiempo de uso excesivo, pasarse horas con el móvil; otro, el no poder controlar el impulso de coger el móvil, por ejemplo, ante una notificación o tener que revisarlo continuamente. También si se aíslan socialmente y prefieren quedarse en casa jugando con los dispositivos o chateando antes que salir con los amigos; una bajada de rendimiento académico, perder interés por otras actividades deportivas o aficiones que anteriormente se realizaban...
Otro indicador puede ser cuando tienen mucho sueño y le cuesta especialmente levantarse por las mañanas o se quedan dormidos por el día, tal vez es que están quedándose hasta muy tarde con el móvil.
En muchos colegios e institutos, pantallas (tablets y móviles) son una herramienta más de estudio. ¿Cómo podemos salvar esa aparente discrepancia?
En el medio está la virtud, se trata de encontrar un equilibrio entre erradicar las pantallas de las aulas y hacer un uso excesivo, descuidando aspectos como la lectura o escritura en papel. No es cuestión de eliminar las pantallas, la tecnología es una herramienta muy potente que nos facilita la vida y los trabajos, pero como todo, hay que saber darles las herramientas a nuestros hijos para hacer un uso correcto poniendo límites, especialmente en edades tempranas.
En los últimos días ha saltado el caso Almendralejo, con chavales en torno a 14 años manipulando fotos de otras chicas y compartiéndolas en grupos de Whatsapp. ¿Qué hay detrás de esto?
No es sencillo analizarlo, ya que no hay un único factor. Por un lado, la inconsciencia de los chavales que han manipulado y difundido esas imágenes. Con 12 ó 13 años a veces no piensan ni miden la repercusión que una acción como esa puede tener. Estos casos ponen de manifiesto la importancia del papel de los educadores para hacerles conscientes a los menores de que lo virtual no está́ separado de la vida real, es también la vida real. Lo que no harías o dirías a alguien a la cara, pues tampoco en lo hagas en la vida virtual.
Otro tema que hay detrás es la facilidad con la que los menores acceden a la pornografía desde edades cada vez más tempranas que, sin duda, tiene un impacto en cómo los jóvenes perciben el sexo y la intimidad con su consiguiente banalización. Es un cambio cultural innegable. Desde plataformas como daleunavuelta.org están realizando una labor buenísima en jóvenes de concienciación y prevención de los efectos de la pornografía.
¿Cómo pueden prevenirse este tipo de comportamientos?
Posiblemente los padres de esos chicos no sabían de la existencia de las apps de Inteligencia Artificial con las que han creado las imágenes. Es importante que los padres nos formemos y estemos al corriente de los avances de la tecnología y redes sociales, para poder conversar y ayudar a nuestros hijos a hacer un buen uso de ellas.
Pienso que la mejor prevención es la formación, tanto de padres como de los chavales. Llegar a tiempo, tener muchas conversaciones con nuestros hijos sobre lo que ven en internet y lo que hacen en el tiempo que pasan con los móviles. Crear un ambiente de confianza en casa desde que son pequeños para que, de una manera natural, compartan sus inquietudes, dudas, los influencers a los que siguen o los videojuegos que les gustan.
¿Importa el ejemplo de los padres?
¡Mucho! Hacer un uso saludable de las pantallas supone un reto para todos, a todas las edades. Obviamente en la educación de los hijos lo primero es ir los padres por delante con el buen ejemplo. En el tema que nos ocupa de los móviles, podemos pensar qué uso hacemos cuando estamos en casa: ¿aparcamos el móvil para escuchar a nuestros hijos? ¿Estamos con atención plena hacia ellos y los miramos a los ojos? Si analizamos nuestra relación con el móvil, es probable que encontremos mucho margen de mejora.
En el caso de las redes sociales, los adolescentes suelen tener varios tipos de perfiles, casi siempre privados y en los que no se sabe qué se comparte. ¿Qué podemos decirles los padres para que hagan un uso responsable de estas redes?
Es a veces inevitable que tengan esas cuentas paralelas porque en la adolescencia empiezan a ser conscientes de su intimidad y quieren preservarla. Pienso que hay que decirles lo mismo que cara al mundo real, a sus relaciones de amistad, tratamos de enseñarles a ser honestos, responsables, respetuosos, generosos con los demás, etcétera. Esos mismos valores hemos de enseñarles a aplicarlos en el mundo digital.
¿Qué recomendaciones das para el buen uso de pantallas? ¿Horarios sí o no? ¿Párking de móviles en casa? ¿Herramientas de control parental…?
Un poco de todo lo que dices. Las herramientas de control parental son muy útiles cuando son pequeños para conocer la actividad de los niños en internet, evitar que entren en contacto con desconocidos, reducir la posibilidad de que los niños visiten sitios web inapropiados o limitar el tiempo de uso.
Pero nos engañemos porque no son la solución. El mejor control parental, por encima de cualquier recurso de software o hardware, somos los padres. Puede ayudar tener un horario y que todos los miembros de la familia lo sepan, cuando se va a usar una pantalla (móvil, tablet,…) y que sea con un 'para qué': ver una serie, hacer una consulta en Google o una compra en Amazon. Puede ayudar también crear en casa una zona libre de móviles (una habitación o un espacio), donde todos puedan descansar allí de las pantallas y desconectar. En Empantallados diseñamos un parking de móviles para facilitar visualmente tener un lugar donde dejarlos.