Cómo decir a la familia esta Navidad que nos vamos de viaje: "Acepta que se pueden enfadar"
En Navidad parece exigirse felicidad y unión familiar cuando probablemente el resto del año no sea así
Si tenemos planes para viajar lejos de nuestra familia en fechas navideñas, lo mejor es decirlo lo antes posible y compensarlo con alguna videollamada
Eres adulto y decides lo que quieres hacer: “Crea una relación sana contigo”, asegura la psicóloga Laura Cuadrado
Se aproxima la Navidad y suele darse por hecho que son días son para pasar en familia, algo que puede llevar a hacerlo por compromiso. En el caso de parejas, unos días se pasan con la familia de uno y otros con la del otro. Sin embargo, hay planes diferentes solo o con pareja, con o sin hijos que pueden apetecer más y donde uno se aleja de lo habitual o esperado de cada año.
Un año más, por encima de 2.000 consumidores de nuestro país en edades comprendidas entre los 18 y 74 años han formado parte de la encuesta OCU sobre cómo afrontamos estas fechas. El 86% planea asistir los días festivos a reuniones con la familia o los amigos; también ir a mercadillos navideños y ver el alumbrado de la ciudad. Pero, destacan quienes quieren viajar fuera estos días, un 27% frente al 24% del pasado año.
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Y cómo no, una reacción que suele hacer acto de presencia en estas fechas, el 35% de los usuarios se siente estresado debido a las compras y los regalos. Los expertos afirman que la Navidad: “Es una época a la que conviene quitar algo de encanto y presión y hacer lo que a uno más le guste y genere calma”. Viajar puede ser una opción.
Cambios apetecibles
Raúl e Irene son un matrimonio con dos niños; una niña de nueve años y un adolescente. Este año han decidido cuando los niños inicien sus vacaciones de Navidad irse de viaje fuera de su ciudad y vivir esos días en otro lugar. “Tomamos la decisión porque nos apetecía un cambio. Ya no somos jóvenes y también hemos de mirar por nuestros intereses y agrade a nuestro núcleo familiar”, apunta Raúl. Añade que cada año estar con el resto de familiares es bonito pero también llega a ser muy monótono y se pasan los días sin ninguna aventura. “Visitar otra ciudad por Navidad es una experiencia enriquecedora para los niños y a los abuelos les podemos hacer videollamadas”.
A Sofía, de 17 años, siempre le ha gustado mucho viajar con sus padres y suele ser habitual que cada año conozcan algún sitio nuevo, normalmente fuera de España. “Estuvimos en Navidad en Londres y Nueva York y me parece precioso ver otras ciudades totalmente adornadas”, explica. Ella considera que al ver a sus abuelos y tíos todo el año, tampoco es esencial estar con ellos los días de Navidad. “Mis abuelos querrían que estuviésemos mis padres y yo con ellos en Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Reyes, pero les explicamos que nos gusta desconectar y hacer algo que durante el año no podemos. Creo que, aunque les da pena lo aceptan porque ven que nos lo pasamos bien y siempre les traemos algún dulce típico del lugar”, comparte.
Apostar por las ganas y la ilusión
“El cuadrar cómo repartir días con las familias, con padres divorciados puede generar ansiedad o incertidumbre... Existen infinidad de variables difíciles de tolerar relacionadas con las fiestas navideñas”, sostiene Elisa Ramos Gil de la Haza, psicóloga sanitaria especializada en terapia con adultos, psicología infantil y apoyo a opositores.
La Navidad suele estar cargada de obligaciones y compromisos. Como describe la profesional, se espera que estés feliz cuando puede no ser un buen momento personal o el tener que estar y querer a tu familia cuando durante el año existen problemas y conflictos. Ramos revela que en sesión pide a sus pacientes que respondan sobre el posible planning navideño, aquello de verdad les apetece, aunque: “Normalmente no suele ser lo que me han comentado en primer lugar. Suelen sentir obligación, presión y compromiso, frente a sentir ganas, ilusión y alegría”.
Pese a que existe una arraigada tradición familiar en esta festividad: “Será importante valorar cómo nos apetece celebrar la Navidad a nosotros y qué compromisos es necesario atender. Quizás no te animes a viajar, pero sí puedes buscar un término medio para sentirte mejor”. Esta psicóloga les explica a alguna de sus pacientes que el estar tan saturados de responsabilidades y obligaciones pueden impedir disfrutar de esos días. En esos casos, estas son sus recomendaciones:
- Valora tu situación familiar y personal.
- Planifica una Navidad donde haya momentos que te apetezcan e ilusionen y otros, que sean acuerdos.
- Date el derecho a plantear la Navidad como necesites y exprésalo de ese modo a tus seres queridos, aunque no todos vayan a entenderlo.
- Abre opciones de celebraciones navideñas: viaje, con amigos, en casa..., situaciones que te apetezcan.
- Elimina tanta magia o presión a la Navidad. Es una época más del año y eres tú quien tiene que decidir cómo vivirla y sentirla para estar más calmado y feliz.
“En el caso de haber optado por un plan diferente a pasarlo con tu familia, no debes presionarte por sentir que tienes que compensarlo el resto del año con afecto y presencia ya que, si no te ha salido es importante que analices las causas", argumenta la especialista en terapia con parejas.
No hacerse cargo de lo que sientan y piensen los demás
“Generalmente hemos sido educados en una idea romántica de la Navidad donde toda la familia comparte alegremente”, considera Laura Cuadrado Ortega, psicóloga general sanitaria, experta en Terapia breve y Estratégica.
En el caso de decidir viajar solo, con tu pareja e hijos si los tienes, puede suponer un gran problema y generará un sentimiento de culpa por no estar cumpliendo los mandatos sociales o familiares. “Lo primero de todo es que vas a tener que manejar la culpa, no asumir enfados que nos son tuyos y dirigir la situación de la manera más asertiva posible”.
Asimismo, destaca que uno no puede intentar controlar las emociones de los demás. “Si no estas acostumbrado a priorizarte o rechazar peticiones y tiendes más a guiarte por lo que crees que tienes o debes hacer por los demás olvidándote de ti, vas a tener que enfrentarte a esta situación”, especifica esta psicóloga.
Cuadrado revela ciertos aspectos a tener en cuenta para darse libertad y permitirse dedicar el tiempo a lo que uno considera y necesita, un buen ejemplo para enseñar empatía:
- Permítete colocarte en la intención que tú tienes, seguramente este lejos de dañar a los demás y tenga que ver más con construir la vida que deseas.
- Cuando terminamos cambiando nuestras decisiones para que los demás no se enfaden actuamos en contra de nosotros mismos y vamos generando rencor hacia las otras personas e incluso rabia hacia nosotros mismos por no habernos tratado con valor y respeto.
- Recuerda que este malestar es necesario para crear una relación sana contigo, valorarte y respetarte; así como para tener relaciones sanas y de respeto con los demás.
- Acepta la idea de que puedas ser juzgado y que se enfaden. Si no lo aceptas difícilmente podrás tomar la decisión que quieres.
- Comunica tu decisión desde la responsabilidad afectiva: se trata de tener en cuenta a los demás a la hora de comunicarnos con ellos. Así que es importante que seamos sinceros y que validemos y respetemos cómo se sienten los otros, aunque no lo compartamos.
- Acepta las consecuencias. Hay personas que no te van a perdonar o que van a intentar manipularte por no hacer lo que ellos quieren. Es ahí cuando necesitas respetarte y no entrar en una dinámica de destrucción y justificaciones.
Cuidar de las relaciones familiares no solo en Navidad
Toda la sociedad se refleja en campañas publicitarias, en regalos de amigos invisibles, en reuniones y festividades juntos, en propósitos de año nuevo que llevan la intención de convertirnos en mejores personas… La psicóloga sanitaria María Luisa Santiago Castro, creadora de Psicólogaencalma, apunta que, si viajar es nuestra ilusión y lo que necesitamos, no hemos de esperar a comunicarlo y así que el resto de miembros de la familia se organicen.
“Podemos empezar comentando cómo nos sentimos y lo que pensamos en forma de: 'Yo siento que…'; 'Este año me apetece...'; ' Es algo que quiero o es algo que necesito…'. De igual modo, resaltar que aceptaremos lo que opinen y son libres de expresar su decepción o sentimiento de tristeza por no poder estar juntos”, subraya la profesional.
Par alimentar ese sentimiento familiar, Santiago sugiere reforzarla de otro modo que no sea con presencia, algo que posibilita el mundo digital; también otra reunión juntos antes o después del viaje o cualquier detalle que sepamos que puede satisfacer a nuestros seres queridos. La psicóloga certifica ser fiel a lo que uno desea y pese a tratarse de unas fechas tan señaladas, pueden llevarse a cabo planes familiares y el cuidado de esas relaciones en otras ocasiones. “Tú también cuentas. No olvides validar tus propias emociones”.