Cómo poner límites a tus hijos a la hora de cuidar a los nietos: “Es necesario hablarlo”

  • Los abuelos llevan a cabo una encomiable labor que hay que reconocer, pero esto no debe suponer que se descuiden ellos mismos

  • En la crianza de sus nietos deben decidir qué responsabilidad quieren o pueden asumir y cuándo

  • Te damos las claves para poner límites: “Definir bien el papel que cada uno juega en la familia”, explican los expertos

Pasar tiempo con los abuelos está muy bien cuando, como explican los profesionales, no se da un abuso ni obligación o se alteran los papeles y los abuelos llegan a ser más padres incluso que los propios progenitores: “Los abuelos tienen derechos, entre ellos expresar en qué y hasta qué punto quieren involucrarse en la atención a sus nietos”, explican los psicólogos. No en vano, es un problema cada vez más común: el 80% de las personas mayores de 65 años en España tienen nietos.

La clave es no dar por sentado que los abuelos estarán siempre disponibles o han de ser la primera opción para la atención a los niños. Es indiscutible que con cierta edad ya habrán trabajado suficiente y su descanso es del todo merecido. Por otro lado, la realidad se impone  y no es fácil conciliar trabajo con familia ni tampoco optar siempre por contratar un servicio de cuidadores. “Tirar” de abuelos es un clásico, pero los límites también deben dejarse claros.

La conciliación

Del Estudio de Conciliación Laboral de Edenred 2023, con más de 1860 padres y madres trabajadores españoles entrevistados, certificaba que el 69% tenía problemas a la hora de ajustar ámbito laboral y cuidado de los hijos. Asimismo, se pedían cosas concretas: “más tiempo” y “más flexibilidad horaria”, además de “ayudas para la guardería”.

Del mismo modo, el pasado año el informe 'Abuelos y crianza. El papel protagonista de las personas mayores en el cuidado a la infancia', elaborado por Aldeas Infantiles SOS, también dejaba cifras sorprendentes. Aproximadamente el 35% de las personas por encima de los 65 años en nuestro país (el 80% de las personas mayores de 65 años en España son abuelos o abuelas) atiende a sus nietos diversos días la semana. Concretando, puede hablarse de un promedio de 16 horas a la semana.

Con mis nietos, pero sin agobios

Sagrario, ama de casa, de 56 años, se convirtió en abuela hace dos. Su hija le pidió que se mudase a su casa para ayudarles a su marido y a ella con las tareas del hogar y el cuidado de su hija. “Durante los permisos de maternidad y paternidad se hicieron cargo del bebé y yo colaboraba en las tareas del hogar. Tras reiniciar los dos en sus puestos laborales yo me quedo con la niña todo el día, la atiendo y organizo y arreglo en la vivienda como si fuese mi propia casa”, explica.

Esta madrileña comenta que para algunas personas puede resultar un sacrificio enorme, pero para ella de momento es algo que la hace distraerse. “Me quede viuda y me sentía muy sola en casa. Estar con mi nieta me ha devuelto la alegría, aunque no siempre es fácil”.

En lo que sí puso límites fue a los recados o responsabilidades a mayores de lo imprescindible. “Entiendo que mi yerno y mi hija trabajen, es más, han estudiado mucho para tener buenos puestos y con eso sacan adelante a su hija y me ayudan a mí”, admite Sagrario.

Pero confiesa haberles aclarado que no resolvería ciertos asuntos que le suponen más tiempo o inconvenientes como si necesita trasladarse lejos a un lugar. “No voy a estar fines de semana o fiestas en casa si ellos están libres y rechazar planes que me puedan surgir con otras personas o estar relajada sin ruidos o llantos”.

El amparo de los abuelos

Eva, vendedora en una tienda, de 37 años, tiene dos gemelos de cinco y está divorciada. Sus padres viven en su misma calle y se ven con frecuencia. Ella les encarga que lleven y recojan a los niños del colegio hasta que regrese del trabajo después de las cinco de la tarde. “Les dejo a mis hijos y no me preocupo por nada. Mi madre acaba de jubilarse y mi padre lo hará este año y tienen más tiempo libre para ayudarme cuando me tocan a mí los peques”.

“Recientemente me advirtieron que les apetece mucho viajar y tener tiempo para ellos, entonces, no siempre podré contar con su disposición. Esto me ha hecho pensar en dejarlos en el comedor del colegio algunos días o con alguna vecina”, señala resignada.

Eva afirma que es difícil organizarse con trabajo e hijos y cuando una no tiene pareja la vía de escape más sencilla y rápida son los abuelos. “Mi madre me dijo que ya nos cuidó a mi hermano y a mí y que puntualmente me ayudarán, pero no a diario ni por norma y, lo entiendo”.

Las normas de crianza

Como resalta Sandra Puertas Vélez, psicóloga infantil y psicopedagoga, la falta de medidas que posibiliten una conciliación real para que los padres trabajadores puedan pasar tiempo con sus hijos se evidencia en “la ausencia de los referentes primarios en la rutina de los menores”.

Puertas, también, asesora de escuelas infantiles, asegura ver a diario a abuelos a la hora del inicio y término de las clases en las escuelas infantiles. También, cuando hay que llevar a los niños a actividades extraescolares, en visitas al pediatra, cuando están enfermos y no pueden asistir al centro educativo o en vacaciones.

“Podemos hablar de un porcentaje destacado de abuelos que trabajan a jornada completa cuidando de sus nietos. Teniendo en cuenta las diferentes perspectivas sobre la crianza de una generación y de otra pueden tener lugar conflictos referentes a las normas que los padres implantan para sus hijos y las que finalmente aplican los abuelos”, asevera la psicóloga infantil.

Frente a esto, Puertas recomienda que exista una conversación previa al cuidado de los nietos exponiendo los padres las normas de crianza que quieren que se sigan para evitar mensajes contradictorios que afectarían a la educación de los menores. “Los padres deben establecer las normas de crianza y los abuelos respetarlas. Si se dan discrepancias conviene dialogar desde la calma y no el reproche y plantearlo desde las necesidades del niño”.

Como sostiene no hay que olvidar reconocer la tremenda labor de los abuelos, en especial, de “quienes compensan la carencia emocional de algunos niños” frente a la ausencia de uno o los dos progenitores gran parte del día.

También subraya lo óptimo de que los mayores acepten a no descuidarse ni desatender sus espacios de descanso. “Además, tiene derecho a decidir qué responsabilidad quieren o pueden asumir respecto a la crianza de sus nietos”.

Cómo llegar a acuerdos

Para que los padres no tuviesen que recurrir tan a menudo a los abuelos, Diana Crego, psicóloga sanitaria, destaca que sería conveniente una intervención política para poner a las familias en el centro, es decir, ofreciendo medidas que posibilitasen un equilibrio entre trabajar y cuidar de los hijos, como: “una mayor flexibilidad laboral, permisos de maternidad más largos y subvenciones para la crianza”, afirma.

Considerando que muchos de los abuelos, a día de hoy, rondan los 70 años, hay que entender la necesidad de condiciones y que hacerse cargo de pequeños supone un esfuerzo físico, mental y emocional relevante. La, también, psicóloga perinatal en Mi Tribu Psicología Perinatal, subraya algunas estrategias conciliadoras y no confrontativas para que los hijos entiendan que los abuelos no son cuidadores ilimitados o padres sustitutos:

  • Abrir un canal de comunicación para ambas partes, donde abuelos y padres, puedan expresar cuáles son sus necesidades para poder llegar a un acuerdo. Por ejemplo, si uno de los abuelos tiene mal las articulaciones, se podrá entender que de esa persona no se puede esperar que corra o se agache con facilidad. Por lo tanto, esos padres tendrán que aceptar la limitación que eso supone cuando se quedan a cargo de los hijos.
  • Los padres han de ser conscientes que el rol de los abuelos no es criar a los nietos, sino ayudar en el cuidado. Resulta esencial definir bien el papel que cada uno juega en la familia.
  • Se podrían establecer los días y horas para el cuidado de los nietos, algo que ayudará a los padres de los niños a saber cuándo y por cuánto tiempo pueden contar con los abuelos y en función de ello, organizarse. De igual modo, los abuelos también podrán planificar el resto de su semana a su antojo.
  • Como abuelos, se podría dejar claro a los padres que ellos también pueden exigir su descanso, ocio y llevar una vida más calmada, pero que no impedirá que les echen una mano en la atención de los niños.
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