Quien tiene gato sabe perfectamente que estos animales son de naturaleza extremadamente curiosa. Huelen, corretean, escalan, se esconden y mordisquean cualquier objeto que les produzca cierto interés, y esto incluye a las distintas especies de plantas que tenemos en casa o en el jardín.
‘Gatificar’ el espacio en el que va a vivir nuestro animal tiene mucho de previsión, y es imprescindible para que nuestro minino viva feliz y sin peligro. Por tanto, hay que tratar de eliminar cualquier elemento dañino que suponga un riesgo para su salud o sea susceptible de provocar algún problema a futuro.
Una tarea obligatoria para cualquier dueño o dueña de gato que quiera proporcionarle un entorno seguro es escoger muy bien las plantas de interior y exterior que va a tener la casa. Debemos evitar a toda costa que el gato las mordisquee, y para ello es mejor deshacernos de las especies potencialmente dañinas. Algunas, de hecho, son mortales.
Como explica Sante Vet, una web especializada en mascotas: “Las plantas que son más peligrosas para un gato en casa son las ocasionales, las que vienen en ramos de flores, pero hay algunas plantas de interior y exterior muy comunes y muy tóxicas”.
Es importante remarcar que el elemento tóxico puede estar presente en el fruto, las flores, el polen, el tallo o las raíces. A veces, toda la planta es venenosa. Conviene saber a qué nos enfrentamos para evitar a toda costa que el gato acabe ingiriendo alguna cuando no le prestamos atención.
Si sospechas, debes consultar inmediatamente al veterinario para realizarle un chequeo y seguir un protocolo de actuación. No intentes provocarle el vómito a tu gato. Podrías empeorar la intoxicación.
A continuación, las plantas que debes evitar y sus posibles efectos en tu compañero peludo.
Lirio (género Lilum o Hemerocallis): una de las especies de plantas mortíferas para tu felino. El riesgo muy alto, ya que todas las partes son tóxicas. Debemos tener especial cuidado con los lugares en los que hemos tenido. Por ejemplo, si los tallos han estado sumergidos en agua y tu gato lame el interior del recipiente, también puede hacerse daño.
Poto: provocan irritación oral, dificultad para tragar y malestar gastrointestinal.
Palma de Sagú
Kalanchoe: vómitos, diarrea, letargo, falta de apetito y problemas respiratorios.
Laurel: provoca problemas digestivos
Diefembaquia
Ficus: los vómitos y la diarrea son síntomas muy habituales cuando tu gato mordisquea las hojas.
Muguete: es potencialmente mortal. Puede provocarle arritmias a tu gato, incluso un paro cardíaco.
Catnip (o hierba gatera): es de efecto narcótico. No es peligrosa, pero a muchos gatos no les gusta.
Lila
Narcisos: afecta a su equilibrio y desorientación y daña su estómago.
Agave; jacinto: irrita las mucosas del animal.
Árbol del caucho; hortensias: la intoxicación es moderada, pero mejor curarse en salud.
Adelfa: una planta de toxicidad alta. Por suerte, es tan amarga que los gatos suelen evitarla.
Orquídeas
Amapolas, dedaleras, tagetes (clavel moro). En general, las flores que vienen en ramos presentan un riesgo. Los síntomas de intoxicación son muy reconocibles: vómitos, temblores, diarrea, salivación superior a la media, entre otros.
Flor de pascua: Es otra de esas plantas vistosas y agradables que suele decorar las casas en ciertas épocas del año. No hay que confiarse. Es altamente tóxica.
Aloe: la aloína es dañina para tu gato.
Helecho: contienen tiaminasa, una encima que afecta a la médula.
Ciclamen: la saponina es el elemento intoxicante.
Hiedra: puede provocarle calambres, parálisis, vómitos y diarrea intensa.