La emocionante carta de Mariola Orellana a todo aquel que haya perdido una madre: "Convirtió su dolor en amor"

Hace unos días, Mariola Orellana y Antonio Carmona se convertían en abuelos por primera vez por parte de su hija menor, Lucía Fernanda. A pesar de haber supuesto una gran alegría el nacimiento del pequeño, la familia ha tenido que enfrentarse a un duro momento recientemente, tras fallecer la madre de la excantante de ‘Ketama’.

Mariola Orellana, una conexión muy grande con su figura materna

Mariola es la octava de diez hermanos, todos ellos pertenecientes a una prestigiosa familia sevillana de representantes musicales. Es por ello que la mujer de Carmona también decidió optar por redirigir su camino y convertirse en mánager de artistas como Rosario Flores, Niña Pastori e incluso su pareja.

Sin embargo, ese no siempre fue el oficio soñado por la menor de la dinastía gitana de los “Habichuela” y es que, tras estudiar en las monjas irlandesas y expresar su deseo de ser médico, su madre le convenció de probar en la enfermería, de la cual estuvo ejerciendo sus prácticas en Lanzarote hasta que se separó de su primer marido.

Aunque una vez establecida en la capital aprendió el oficio de representante con el productor de espectáculos Ángel del Cerro, en un primer momento sí que hizo caso a las propuestas de su madre, la cual siempre fue un claro referente en su vida.

La madre de la mujer de Antonio Carmona falleció hace unas semanas

El pasado mes de enero, Mariola tuvo que despedirse de ella, de la mujer de su vida: Ana María Guglieri Campiña. Es por ello que una de sus últimas publicaciones en sus redes sociales va dirigida directamente a ella.

“Solo el que ha perdido a una madre sabe lo que se siente. Nunca estamos preparados para eso, tengan la edad que tengan, el vacío que se queda solo se puede llenar si eres capaz de sentirla, entonces todo se transforma.. una parte de ti ya está en la otra dimensión, solo hay que ser capaz de conectar con eso.. Me ha costado aprenderlo, pero creo que algo aprendí”, comienza diciendo.

Posteriormente, continúa expresando lo que han supuesto para ella las muestras de cariño recibidas estas últimas semanas: “Ha sido un regalo poder estar desconectada del mundo y conectada a lo que de verdad me importa. Ahora vuelvo sobre todo para dar las gracias a todas esas personas que me han acompañado en este viaje de dolor y gloria, nunca te olvidas de los que han estado contigo en estos momentos, ya sea físicamente o a través de mensajes subliminales, que me han llegado.”

De nuevo, ha querido compartir con sus seguidores todo lo que ha significado para ella su figura materna, a la que ha definido con profunda admiración: “Ha sido la mujer más completa que he conocido y conoceré, tenía una belleza arrolladora, por dentro y por fuera, si por mi fuera la haría Santa, lleva haciendo milagros desde que se fue, llevó una vida ejemplar, madre de 10, abuela de 27 y bisabuela de 25, amiga de sus amigos, funcionaria del estado, matemática de cabeza, amante de la lírica, escribía versos maravillosos, inteligente, sabia y sobre todo buena madre, abuela y hermana”.

A pesar de la fortaleza que desprendía su madre, tal y como ha comentado su hija fue una mujer que no lo tuvo nada fácil a lo largo de sus años: “Sufrió una guerra siendo una niña, con 6 y tuvo que ayudar a su madre con sus tres hermanos, pequeños, estaban de vacaciones en el Parador de Gredos, y los echaron porque lo ocuparon los militares …pero esa es otra historia que merece un libro”.

“Sufrió el dolor más grande que existe que es la pérdida de un hijo, además de otros muchos dolores, pero ese dolor lo convirtió en amor, y se hizo multimillonaria en amores, nunca vi a nadie llegar a tanta gente y ser capaz hasta él mismo día que se fue de tener unas palabras de amor y consejo para todos los que la rodeábamos”, ha finalizado escribiendo a Ana María, que también tuvo que enfrentarse al fallecimiento de uno de sus diez hijos y a la que ahora ha deseado que “vuele alto”.