El actor y modelo Andrés Velencoso ha querido celebrar el Día del Padre de una manera especial. A sus 46 años protagoniza un emotivo vídeo junto a Andrés Velencoso padre que forma parte de una campaña de Ooto, firma de la que Velencoso hijo es director creativo y de imagen para lanzar el mensaje de que no hay que dejar pasar el tiempo, sino entablar esa conversación que siempre has querido tener con tu padre y que, por circunstancias de la vida, nunca has tenido.
El actor se encuentra con su padre para tener esa conversación pendiente en una de sus playas favoritas en Tosa de Mar, donde se crió con sus hermanas. Una charla que comienza sobre esa playa y la de tiempo que hace que no van juntos a pasar un día sobre la arena. Entonces hablan de la inmensidad del mar, que Velencoso compara con Nueva York y la primera vez que pisó la ciudad de los rascacielos.
“Tu madre y yo nos quedamos muy preocupados cuando te fuiste a Nueva York porque eras muy joven. Tu inglés no era perfecto”, le reconoce su progenitor sobre ese momento en el que voló del nido para triunfar como modelo de marcas como Louis Vuitton o Chanel. Y ahí surge esa conversación que nunca antes habían tenido: “Nunca te lo he preguntado, pero ¿por qué nunca viniste a verme a Nueva York?”, pregunta el modelo.
“Pensé que un día iría y ha ido pasando y no fui a verte, lo siento”, le dice Velencoso padre a su hijo, que afirma que, de haberse producido aquella visita, lo habrían pasado muy bien. “¿Sabes lo que creo? Que no nos debe volver a pasar”, se aventura a decirle a su padre. “Tenemos que aprovechar el tiempo, disfrutar, viajar juntos”, dice insistente, a lo que su padre le responde que sí, que tiene toda la razón.
“No quiero tener razón, quiero que viajes conmigo, que hagamos cosas juntos. La semana que viene tengo que ir a Londres, te vienes conmigo”, lo anima, aunque su padre le pone las mismas excusas sobre el clima que puso con otras ciudades a las que no fue a visitarle. “Eres de lo que no hay, un caso perdido”, se resigna Velencoso, a lo que su padre, con calma, le dice que “tranquilo, que ya iremos”.