Si tienes un perro sabes que en ocasiones las reacciones de sus peludos cuerpos son un tanto distintas, y el mejor ejemplo son los tembleques que les pueden dar de vez en cuando. Hay que saber que se trata de una situación normal, y que puede deberse a distintos motivos.
Entender por qué los perros tiemblan requiere un examen de las múltiples causas posibles, que pueden dividirse en categorías físicas y emocionales. Cada una de estas categorías encierra una serie de factores específicos que pueden afectar a nuestros compañeros caninos de distintas maneras.
La primera causa, y quizás la más obvia, es que este tembleque sea una consecuencia de la temperatura ambiental. Al igual que los humanos, los perros pueden temblar en respuesta al frío. Este mecanismo de temblor es una respuesta fisiológica natural para generar calor y elevar la temperatura corporal. Las razas con pelajes finos o poca grasa corporal son particularmente susceptibles a sentir frío.
Otra posibilidad es que esté sufriendo un episodio de hipoglucemia. En perros, especialmente en cachorros y razas pequeñas, una disminución en los niveles de glucosa en sangre puede provocar temblores. Esto puede ocurrir si el perro no ha comido en un período prolongado de tiempo o en casos de diabetes mal gestionada.
Tampoco se puede descartar que si nuestro perro tiembla, se deba a un episodio de fiebre e incluso de hipotermia. Un aumento en la temperatura corporal, como en el caso de la fiebre, puede llevar a temblores. Estos son un intento del cuerpo de equilibrar su temperatura interna. La hipotermia es el extremo opuesto, y está causada por exposiciones prolongadas al frío, también puede causar temblores como mecanismo de calentamiento, tal y como ocurre también en los seres humanos.
Además de todo esto, existen diversas enfermedades y condiciones pueden provocar temblores en los perros. Estas incluyen pero no se limitan a artritis, dolor crónico, efectos secundarios de determinados medicamentos, enfermedades neurológicas como el síndrome de Shaker, o incluso envenenamientos y reacciones a toxinas.
En el aspecto emocional, hay que tener en cuenta que a menudo los perros expresan su alegría y excitación a través de temblores. Esto puede observarse, por ejemplo, cuando se preparan para un paseo o al recibir a los miembros de la familia en casa después de una ausencia, aunque sí que es verdad que existen diferencias con los temblores ‘malos’, por así decirlo.
Además, y como no podía ser de otra forma, el miedo a ruidos fuertes (como fuegos artificiales o tormentas), la ansiedad por separación, o incluso el miedo a objetos o situaciones desconocidas pueden llegar a causar temblores en los perros. Estos temblores son un reflejo de su estado emocional agitado y de la descarga de adrenalina.
Es fundamental acudir al veterinario si se observan temblores persistentes o severos en un perro para descartar o confirmar la presencia de condiciones subyacentes que requieran de tratamiento o cuidados adicionales. Un diagnóstico temprano y preciso en el caso de existir enfermedades puede contribuir a mejorar significativamente la calidad de vida del animal y, en algunos casos, puede ser crucial para su supervivencia.
En cualquier caso nosotros, como anfitriones de nuestros amigos cánidos, podemos cuidar una serie de aspectos para tratar de minimizar las posibilidades de que nuestro perro sufra este tipo de temblores, y con ello mejorar su calidad de vida.
Comprender las diversas causas de los temblores en los perros no solo ayuda a identificar problemas de salud potenciales sino que también permite a los dueños proporcionar una vida más cómoda y feliz a sus compañeros caninos.