Los 11 alimentos que tu perro nunca debe ingerir: de las uvas a la leche

¿Quién no se ha sentido intimidado por la atenta mirada de un perro pidiendo comida? Entre las piernas, a un lado, al otro… los canes son especialistas en pedir comida a todo aquel ser humano que alguna vez le haya dado, aunque sea solo una migaja de pan. Un poquito de esto, otro poquito de aquello otro… puede parecer inofensivo, cuando la realidad es otras, pues existen algunos alimentos que un perro nunca debería probar, pues pueden llegar a envenenarse.  

¡Aquí está la lista de los ocho principales alimentos no debemos dar a los perros!

Uvas y pasas

Estos dos alimentos pueden producir insuficiencia renal en un plazo de 12 horas. Todavía no se ha identificado la toxina exacta, por eso es mejor no ofrecérselas.

Huesos y pepitas de frutas

A estas dos, habría que sumarle las pepitas y el corazón de las manzanas pues, aunque en dosis muy pequeñas tienen cianuro, una sustancia tóxica para los perros. A los huesos de los albaricoques y los melocotones les pasa exactamente lo mismo. 

Cebollas, ajos y puerros

Se las conoce como verduras de allium y suponen un gran riesgo para los gatos, pero más para los perros. Desde Purina aseguran que “las cebollas contienen tiosulfato que destruye los glóbulos rojos (o eritrocitos) y pueden causar anemia o situaciones peores. También ocurre con puerros, cebolletas, chalotas… El ajo no es tan tóxico como los anteriores, pero mejor evitarlo.”

Chocolate y cafeína 

Tanto el chocolate como la cafeína contienen sustancias llamadas metilxantinas que son muy peligrosas para los perros. Estas sustancias pueden causar vómitos, diarrea, fiebre, ritmos cardíacos anormales, temblores y convulsiones.

Aguacates

Aunque parezcan inofensivo, los aguacates llevan la toxina “persina” que es venenosa para los perros siempre que se tome en grandes cantidades. 

Alcohol

La ingestión de cualquier etanol hará que su perro actúe ‘borracho’, pero no pueden tolerar y procesar el etanol de la misma manera que los seres humanos pueden. Los signos de intoxicación por alcohol incluyen vómitos, diarrea, desorientación, temblores, coma y podría causarles la muerte si no se les lleva al veterinario.

Carne cruda

La carne cruda puede estar contaminada con bacterias como salmonela, E. Coli, toxoplasmosis u otros patógenos dañinos.

Huevos

Los huevos crudos también pueden estar contaminados con bacterias y contener una enzima llamada avidina. La avidina evita que los perros absorban la biotina de vitamina B, lo que provoca problemas de piel

Huesos

Desde Purina, hacen mucho hincapié en los daños que pueden generar los huesos de pequeños animales en los canes: “Muchos propietarios consideran que los perros disfrutan comiendo huesos y que es toda una delicia para ellos, incluso un manjar o premio. Puede que sea así y adoren tomar huesos, pero debes tener mucho cuidado por diversos motivos. La mayoría de los expertos recomiendan no darles huesos porque son alimentos muy dañinos para los perros. Hay cierto tipo de huesos que pueden astillarse al ser mordidos por el perro y el riesgo sobre su salud puede ser muy grande. Piensa que un trozo de hueso puede perforar el intestino y causar una peritonitis en tu mejor amigo. También podría atragantarse con un trozo de hueso o dañarse el aparato digestivo y respiratorio”.

Xilitol

Es un edulcorante común que se utiliza en muchos productos humanos para evitar altas cantidades de azúcar. El xilitol se encuentra a menudo en chicles, caramelos, pasta de dientes… y hace que el cuerpo del perro libere una gran cantidad de insulina, lo que puede resultar en síntomas leves como aumento de la sed y micción, a síntomas graves como una bajada de azúcar en la sangre, convulsiones, coma y muerte. La ingestión de xilitol también causará daños en el hígado de su perro que pueden o no ser reversibles. 

Leche

El problema es la lactosa, que es el azúcar propio de la leche y que los perros no pueden digerir, lo que los provoca diarreas que pueden deshidratarles. Sin embargo, sí pueden comer quesos o yogurt, donde la lactosa ha sido fermentada, y de hecho los derivados lácteos son un buen suplemento de calcio y proteínas.