Con el verano llegan las fiestas de los pueblos, las quedadas entre amigos y también los famosos botellones. Es probable que tus hijos -como tú hiciste a su edad- vayan a ellos. Pero un verano más preocupa una práctica que pone en riesgo a los más jóvenes por la forma en la que consumen alcohol. Se trata de lo conocido como ‘binge drinking’, que se refiere a los grandes atracones de alcohol en muy poco tiempo y que pone en alerta un año más a las autoridades ante la llegada del verano.
El ministerio de Sanidad apunta que el consumo de alcohol en la adolescencia aumenta las posibilidades de que en la adultez se tenga una dependencia o un consumo abusivo de estas bebidas. Además, los datos de la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España ESTUDES 2021, los adolescentes empiezan a consumir alcohol con 14 años.
Según los datos de este mismo estudio, el 27’9% de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha bebido cinco o más copas, vasos o cañas de alcohol en solo dos horas, un ejemplo claro de ‘binge drinking’. “Consumir alcohol ‘en atracón’ produce intoxicaciones y puede provocar tolerancia al alcohol. Las investigaciones científicas que están realizando sugieren que este patrón de consumo podría desencadenar alteraciones cerebrales irreversibles, sobre todo en el caso de los adolescentes”, se explica en la web del ministerio de Sanidad.
Los expertos señalan que, más que en las discotecas y bares, esto realmente ocurre durante el botellón, antes de acceder a los locales o a las fiestas, donde se producen los grandes atracones de alcohol en un periodo de tiempo muy corto.
Tal y como resalta el ministerio, este tipo de conductas puede afectar gravemente a la salud de los más jóvenes, especialmente al sistema nervioso central porque interfiere “en el desarrollo del cerebro que atraviesa un periodo crítico de cambios durante esta etapa, limitando su futuro y su potencia individual”. ¿Por qué? El cerebro se desarrolla hasta los 21 años, por lo que su consumo en edades tempranas es mucho más peligroso porque interfiere directamente en ese proceso.
El consumo de alcohol irresponsable también afecta a la memoria y al aprendizaje. No solo eso, sino que el rendimiento escolar se va a ver mermado, al igual que las relaciones personales o el aumento de los comportamientos violentos y conductas peligrosas, que pueden desembocar en tener relaciones sexuales de riesgo o en una conducción bajo los efectos del alcohol.