Las madres de la Roja: las historias de las mujeres que mejor conocen a los niños que querían jugar al fútbol
Las madres de los jugadores de la selección española han sido clave muchas veces en que sus hijos hoy sean campeones de Europa
La de Cucurella está detrás de su ya icónica melena, mientras que la de Fabián pudo jubilarse gracias al éxito de su hijo
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“Le he dado la medalla a mi madre. Es la primera vez que viene a verme a un partido”. Estas eran las primeras palabras de Unai Simón, portero de la selección española de fútbol, solo unos minutos después de haber ganado la Eurocopa 2024. A lo largo de todo el torneo hasta convertirse en campeones de Europa los jugadores han tenido muy presentes a sus familiares, en especial a sus madres, reflejando sus orígenes hasta llegar a convertirse en reyes de Europa.
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Muchos de ellos gracias a esta Eurocopa han conseguido revalorizar sus contratos y llenar sus cuentas bancarias con las que algunos buscan ayudar a sus familiares. La prima de los jugadores por hacerse con el título es de 434.615 euros por jugador, aunque luego cada uno tendrá que pagar los impuestos en su país de residencia dependiendo de donde jueguen. En el caso de los que tributen en España, Hacienda se queda con 204.269’05 euros.
Jesús Navas, Nico Williams o Cucurella
Muchos de ellos vienen de familias totalmente normales. Navas, el más veterano y la cara más reconocible de la selección para el público, nunca ha escondido que, mientras su padre trabajaba, su madre siempre ha sido ama de casa. Igual que la madre de Nico Williams, que durante años se dedicó a cuidar de él y de su hermano Iñaki cuando su padre trabajaba en diferentes empleos para sacar adelante a su familia tras una vida complicada antes de llegar a España que ya es más que conocida.
La madre de Marc Cucurella también es ama de casa y artífice de su pasión el fútbol y su melena. Fue idea de ella que se dejase el pelo largo de pequeño para poder reconocerlo en el campo de fútbol, algo que el deportista ha mantenido.
Le Nomand y Merino
Los dos jugadores han tenido presente el deporte desde que eran muy pequeños, pues sus madres se dedicaron durante años a sudar en la pista de baloncesto como jugadoras profesionales. El padre de Mikel Merino era futbolista, pero su madre quería que no se vienes obligado a ser deportista. "Si algo tenía claro mi madre es que no quería balones de fútbol por casa hasta que yo no lo decidiera. Me compró el primer balón cuando me vio quitárselo a lo niños por la calle, explicó en una entrevista con La Vanguardia.
Morata, el capitán cuestionado
Álvaro Morata ha sido objeto de muchas críticas durante el torneo, ante las que su pareja Alice Campello e incluso su madre no han dudado en replicar. Susana, su madre y decoradora de profesión, decía a los micrófonos de La 1 que respeta “que mi hijo no guste como jugador, pero como persona, sin conocerle, no lo admito. Me duele muchísimo. Es muy injusto”. El capitán ha hecho público que no lo ha pasado bien en los últimos meses, donde el apoyo de su familia ha sido fundamental, pero también el de Andrés Iniesta y Bojan, que hicieron públicos sus problemas de salud mental y cómo lo afrontaron.
Bar familiar o la limpiadora del Betis
Los padres de Pedri han regentado durante toda la vida su bar familiar, Tasca Fernando, donde el canario pasó gran parte de su infancia. Ahora, gracias al éxito de su hijo en el campo, han podido viajar a muchas zonas del mundo que hace solo unos años veían como algo imposible.
La madre de Fabián fue limpiadora y, cuando el jugador llegó al Betis consiguió que su madre también entrase al club como parte del personal de limpieza con unas condiciones laborales mucho mejores que las que llevaba años arrastrando. Una vez fichó por el Nápoles, Fabián logró jubilar a su madre para devolverle todos los sacrificios que había hecho por él y por cumplir sus sueños.
Lamine Yamal se ha convertido en un referente para muchos jóvenes y su madre comenzó a trabajar en un McDonald’s tras separarse del padre del delantero. Allí conoció a la hija del coordinador del club La Torrera, donde su hijo empezó siendo un niño a jugar al fútbol antes de que La Masía le echase el ojo.
La madre de Oyarzabal trabajaba en un banco antes de convertirse en agente de su hijo cuando empezó a despuntar y en los últimos días ha sufrido pintadas en su pueblo llamando al boicot de la selección española. Por su parte, la madre de Unai Simón es una Ertzaintza, policía autonómica del País Vasco.