Hay algunas verdades en esta tierra: "todo lo que sube tiene que bajar", "el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y gana el Madrid", y "un año en la vida de un perro equivale a siete años humanos". Sin embargo, la ciencia parece haber desbaratado al menos esta última, de momento. No, tu perro de un año no es 'como si tuviera siete años', por mucho que siga siendo tu 'bebé'. En tiempo humano, en realidad le estás haciéndole carantoñas a un tío de 30 años.
¿No nos crees? Te damos una prueba irrefutable ya no solo de que un año perruno no es igual a un año humano sino de que, en última instancia, es imposible realizar una equivalencia precisa: la mayoría de las razas de perros llegan a su madurez sexual entre los seis meses y un año de vida. Algo que desde luego no ocurre con los personas de siete años.
Según el estudio "Traducción cuantitativa del envejecimiento de perro a humano por Remodelación conservada del ADN metiloma", de la Universidad de California, realmente la edad de un perro de un año no corresponde a siete humanos, sino a 30. A pesar de ese crecimiento tan rápido, la realidad es que poco a poco se va ralentizando y, por ejemplo, a los dos años tendría unos 40 humanos, mientras que a los cuatro alcanzaría los 52. Es entonces, sobre los siete y ocho años, cuando más se ralentiza el crecimiento entre los 60 y los 70, que se alcanzan sobre los 13 años del perro.
La empatía que sentimos por nuestros compañeros peludos hace, sin embargo, que muramos por conocer cuál es exactamente su 'edad humana', algo que, como señalan los estudios, es imposible de calcular con total precisión. Sin ir muy lejos, un factor como la raza y, por consiguiente, el tamaño del perro, influye mucho en este cálculo. La médico veterinaria y generadora de contenido de instagram, Ivana Álvarez, lo ha sintetizado en una divertida tabla en la que se puede comprobar que mientras que a los dos años un perro que pese de uno a 10 kilos tendrá 24 años, a la misma edad uno de más de 41 kilos tendrá apenas 19. Pero a los 10 años, el perro pequeño habrá llegado a los 56 años humanos, mientras que el perro grande habrá alcanzado ya los 78.
En realidad, como señala Álvarez, más que comparar los 'años humanos' del perro, lo que debemos hacer es esforzarnos en que tengan calidad de vida el tiempo que nos acompañen. Porque la suya, además, incide directamente en la nuestra.