En el mar, la presencia de tiburones siempre ha sido un tema de preocupación para los bañistas y deportistas acuáticos. Aunque los ataques son raros, es importante saber cómo reaccionar si nos encontramos cerca de uno de estos depredadores.
Ninguno de los puntos de la costa española es una 'zona especialmente tensionada' a nivel de tiburones, pero sí hay unos entornos más habituales que otros. Por ejemplo, Galicia, una de las regiones con mayor presencia de tiburones por su ubicación, entre el Cantábrico y el Atlántico y la temperatura algo más fría de su agua. No obstante, Aunque los ataques de tiburón son muy raros, puedes tomar algunas medidas para prevenir o salir airoso de un encuentro con estos animales.
Con las aguas algo más calientes, en Alicante y Valencia también pueden hallarse de forma esporádica. Así ha ocurrido en los últimos años, en puntos de ambas capitales, así como en la Isla Tabarca alicantina, una parada habitual entre los turistas de la zona. Más al este, en Baleares, también se han reportado avistamientos de tiburones de diverso tamaño en playas de Ibiza y Mallorca, entre ellas Cala Nova, Cala Mayor o Playas de Illetes. Y del este, al sur, en Granada también podría ocurrir algún indeseable encuentro, en zonas como Motril.
Como decimos, los ataques de tiburón son raros, pero cuando suceden, pueden ser mortales. Si estás cerca de la orilla, el gran paso a seguir es sencillo: salir del agua, pero si estás a una distancia considerable es importante saber cómo evitar ser víctima de uno.
Pues resulta que un tiburón te anda rondando. No es lo mejor que te ha pasado, pero lo peor que puedes hacer en este momento es entrar en pánico. No empieces a chapotear… solo excitarás, incitarás y acicatearás el interés del tiburón. Los humanos, los simios, los perros y los gatos tienen patas y manos. Si queremos explorar algo, lo tomamos y lo tocamos, lo sentimos o lo acercamos a nuestra nariz.
Un tiburón no tiene patas ni manos, así que si quiere explorar algo, lo único que puede hacer es ponerlo en su boca. Por eso a menudo existen mordidas de exploración que no provocan la muerte y, a veces, ni siquiera provocan heridas graves. Si vas a nadar y te pones a chapotear, estás invitando al tiburón a que te dé una mordida de exploración o a que te ataque.
Conforme el tiburón te ronde, gira la cabeza y trata de mantener el contacto visual. Los tiburones cazan en emboscadas. Si estás girando y dándole la cara todo el tiempo mientras te ronda, no va a estar tan cómodo como si pudiera acecharte desde atrás.
Aquí es donde la cosa se complica. Si es claro que un tiburón está dispuesto a atacar, tienes que parecer lo más grande que puedas en el agua. Cuanto más grande te vea en el agua, más respeto te tendrá. Pero si parece que el tiburón solo pasaba por ahí, lo mejor es hacerse bolita. Si un tiburón cree que competirás con él por la comida, puede atacarte.
No es un oso, es un tiburón. Si te encuentras en un ataque agresivo, ataca con todo: golpea, da patadas, pícalo en los puntos sensibles, pero ten cuidado a dónde tiras.
Se habla mucho de golpear a un tiburón en la nariz. Está bien, pero recuerda que justo debajo de la nariz está la boca. Se trata de un objeto en movimiento en el agua y tú tampoco estás quieto, así que no quieres terminar golpeándolo en la boca ni cerca de ella. Un buen golpe en las agallas funcionará.
¿Llevas algo contigo? Si es así, úsalo como arma. Si eres un buzo y llevas una cámara subacuática, úsala; si estás esnorqueleando, rompe tu esnórquel y úsalo para pinchar al tiburón.
Si estás buceando y te encuentras en problemas, trata de colocarte en una posición en la que el tiburón no pueda acercársete por detrás. Pega la espalda a algo como un arrecife de coral. Así solo tienes que mirar en una dirección. Estás protegido por detrás, por ejemplo, lo que te permite mantener al tiburón a la vista frente a ti y tal vez nadar hacia la parte superior del arrecife, lentamente.
Esto nos lleva de vuelta al primer punto: desplaza la menor cantidad de agua posible (no patalees ni chapotees) mientras nadas gradualmente hacia atrás para alejarte del tiburón y acercarte a la costa. Debes tratar de mantener a la vista al animal y nadar lenta y suavemente hacia atrás. Una vez más, debes ser cuidadoso. Los tiburones grandes pueden atacar en profundidades muy bajas.