Cuál es y cómo afrontar la etapa más difícil de la adolescencia de un hijo

La adolescencia es una fase de transición compleja que conlleva numerosos cambios físicos, emocionales y sociales para las personas que están pasando por ella. Saber entender las particularidades de esta etapa puede ayudar a los padres a proporcionar el apoyo necesario a sus hijos durante este período crítico. Existen varias fases de esta etapa, y cada una de ellas se caracteriza por presentar diferentes retos y situaciones únicas tanto para las personas que viven estos cambios en primera persona, como para los que les acompañan en el proceso.

Fases de la adolescencia

La adolescencia se divide generalmente en tres fases: adolescencia temprana (10-13 años), adolescencia media (14-16 años) y adolescencia tardía (17-19 años). Cada una de estas fases presenta diferentes retos y características propias, aunque es la adolescencia media la considerada más difícil

  • Adolescencia temprana (10-13 años): La adolescencia temprana marca el inicio de la pubertad, con las hormonas provocando cambios físicos rápidos como en la estatura, o con el crecimiento de vello corporal, el desarrollo de los senos en las niñas o el agrandamiento de los testículos en los niños. Estos cambios pueden generar ansiedad y curiosidad, especialmente si los adolescentes no saben qué esperar o si su desarrollo no coincide con el de sus compañeros. Este período también se caracteriza por un pensamiento concreto y egocéntrico. Los adolescentes en esta fase suelen ser extremadamente autocríticos y preocupados por su apariencia, lo que puede llevar a una baja autoestima y problemas de autoimagen. Además, es común que empiecen a buscar mayor independencia de sus padres, lo que puede resultar en conflictos familiares.
  • Adolescencia media (14-16 años): La adolescencia media suele considerarse la etapa más difícil debido a los intensos cambios físicos y, sobre todo, a los psicológicos y emocionales. Los adolescentes en esta fase continúan desarrollándose físicamente y suelen experimentar un aumento en los conflictos con los padres mientras luchan por una mayor independencia. Este período también está marcado por un aumento en el interés por las relaciones románticas y la exploración de la identidad sexual, lo que puede generar estrés y ansiedad. Uno de los mayores desafíos de esta etapa es el desarrollo del cerebro. Los lóbulos frontales, responsables de la toma de decisiones y el control de impulsos, aún no están completamente desarrollados, lo que puede llevar a comportamientos impulsivos y riesgosos.
  • Adolescencia tardía (17-19 años): La adolescencia tardía es una fase crucial donde los jóvenes comienzan a asumir roles de adultos y responsabilidades mayores. Este período está marcado por la transición a la independencia completa, que incluye la educación superior, el inicio de la vida laboral y, en muchos casos, mudarse del hogar familiar. Aunque la independencia y la autonomía son aspectos positivos, también pueden ser fuentes significativas de estrés y ansiedad. Durante la adolescencia tardía, los jóvenes enfrentan desafíos importantes como la toma de decisiones sobre su carrera, la gestión de las finanzas y el establecimiento de relaciones románticas más serias. Además, la presión académica y profesional puede ser intensa, y muchos jóvenes experimentan un aumento de los problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. 

Los problemas de la adolescencia

Durante la adolescencia, es común que los jóvenes muestren comportamientos impulsivos y rebeldes. Estos cambios pueden ser el resultado de la búsqueda de independencia y la necesidad de establecer su identidad propia. Además, la necesidad de encajar y ser aceptado por sus compañeros puede llevar a los adolescentes a adoptar comportamientos menos apropiados, como el consumo de alcohol, drogas y otras sustancias. La presión de grupo es una fuerza poderosa que puede influir significativamente en sus decisiones .

La carga académica y las expectativas escolares pueden también ser fuentes significativas de estrés para los adolescentes. La lucha por encontrar el equilibrio entre los estudios, las actividades extracurriculares y su vida social puede resultar abrumadora. Aquí es donde entramos en el farragoso territorio del desarrollo de la salud mental durante la adolescencia. Muchos trastornos mentales, como la ansiedad y la depresión, comienzan a manifestarse durante esta etapa. La presión académica, los cambios hormonales y las expectativas sociales contribuyen a estos problemas.

Estrategias para los padres

Entre las maneras que los expertos recomiendan para superar esta estaba figura en primera lugar la necesidades de fomentar una comunicación abierta y honesta. Los padres deben estar disponibles para escuchar sin juzgar, permitiendo que sus hijos expresen sus sentimientos y preocupaciones. Otro aspecto importante es que aunque los adolescentes buscan independencia, se deben establecer límites claros y consistentes. Estos proporcionan una estructura necesaria y ayudan a los adolescentes a entender las consecuencias de sus acciones.

Ofrecer apoyo emocional y ser empáticos puede ayudar a los adolescentes a navegar los desafíos emocionales de esta etapa. Es importante saber reconocer sus esfuerzos y logros, así como brindar consuelo en momentos de dificultad. Esto además estaría muy ligado a la necesidad de animar a los adolescentes a participar en actividades extracurriculares y físicas para canalizar su energía de manera positiva y reducir el estrés.

Por último, no podemos olvidar que los padres actúan como modelos a seguir. Mostrar comportamientos positivos, como la gestión del estrés y la resolución de conflictos de manera saludable, puede influir positivamente en los adolescentes.