Raúl tiene 15 años. Vive en Torremolinos (Málaga), y lleva encerrado en casa desde que, el 14 de marzo, comenzara el Estado de Alarma y el confinamiento generalizado. Lucía, de 17, y residente en un pueblo de Madrid, lleva paseando a su perro desde el principio. Dos casos contrapuestos que reflejan el mensaje contradictorio sobre si los mayores de 14 años podían salir o no.
Ahora, más de un mes después, ambos se han enterado de que podrían haber salido, 'de manera legal' a tirar la basura, ir al supermercado de la esquina o sacar al perro. Como ellos, miles de jóvenes. Son los adolescentes olvidados.
Era 21 de abril. Un día más de cuarentena, pero un día muy largo en el Ministerio de Sanidad. A primera hora de la mañana, la ministra portavoz, María Jesús Montero, anunció que los menores de 14 años, a partir del 27 de abril, podrían "acompañar a un adulto en las actividades que ya permite el estado de alarma: ir al supermercado, farmacias o entidades financieras".
Ante las preguntas de los periodistas, Montero también pasó por encima, por primera vez, por el estado de los jóvenes entre 15 y 17 años. "Habitualmente un niño de 4 o 5 años no puede desarrollar la tarea de ir a por el periódico o a por el pan, pero uno de 15, 16 o 17 años lo viene haciendo y lo podrá seguir haciendo perfectamente".
Ya el día 22, y después de la rectificación de la medida por parte del ministro de Sanidad, Salvador Illa, para permitir "dar paseos a los menores de 14 años acompañados de un adulto", en otra rueda de prensa volvió a salir la pregunta, y la respuesta fue aún más taxativa: "Las personas mayores de 14 años pueden salir a hacer las actividades que ya estaban permitidas para los adultos si es que así lo consideran sus padres".
Ahora, con la publicación en el BOE de las medidas de alivio para que puedan pasear a partir del domingo 26 de abril, se recoge expresamente que, "a los efectos de lo previsto en esta orden se entenderá por niños y niñas las personas menores de 14 años", por lo que los de 14 quedan también enmarcados en el grupo de adultos hasta la mayoría de edad.
Raúl y sus padres se enteraron de esta "novedad" en el informativo de mediodía, cuando se anunciaron las medidas concretas por la que los menores de 14 podrían salir a la calle. "Fue una total sorpresa porque, hasta entonces, Raúl creía que no tenía permitido salir para nada a la calle, ni siquiera para bajar a comprar el pan", relata su madre.
Lo cierto es que en el Real Decreto del 14 de marzo que regula el estado de alarma, tan solo se habla de que "durante la vigencia del estado de alarma las personas únicamente podrán circular por las vías de uso público para la realización de las siguientes actividades", pero no hace una diferenciación por rango de edad.
De este modo, el Gobierno marca, de facto, de los 0 a los 14 años como niñez y de los 15 a los 18 la adolescencia y edad pre-adulta para que puedan salir a la calle en las mismas condiciones que estos últimos. Pero esto no se había comunicado o aclarado hasta ahora, quizás por fallos en la comunicación o de manera deliberada para evitar salidas innecesarias.
"Si nos hubiéramos enterado antes, o lo hubieran comunicado mejor, podríamos haber salido algo más y oxigenar la cabeza, pero ahora que ya lo sabemos tampoco nos vamos a volver locos saliendo a la calle hasta que no empiece la 'desescalada'", comenta el padre de Raúl.
En el lado contrario se encuentra Lucía, de 17 años, y su familia, residentes en un pueblo de la Comunidad de Madrid. Esta familia tiene, además, otro miembro: Max, un cachorro de pastor belga malinois que necesita salir, al menos, tres veces al día.
"Como son tres salidas y nosotros somos tres en casa, decidimos desde el principio que nos turnaríamos los paseos para, así, dar un pequeño paseo cada uno durante el día", comenta Iván, padre de Lucía. Por este motivo, ella, de 17 años, sí que ha salido.
"Tampoco sabíamos que se podía hacer de manera 'legal'", comenta ella, "pero veíamos lógico que, con 17 años, nadie dijera nada, no van a estar ahí esperándote para mirarte el DNI".
Ahora, además de sacar a Max, Lucía podrá ir a comprar el pan, al supermercado o a la farmacia, aunque, según dice, no le apetece demasiado. "Prefiero seguir sacando al perro una vez al día y poco más, no quiero exponerme ni exponer a los demás por hacer salidas si no son de primera necesidad"