Desde la primera convocatoria de Selectividad, en 1975, ha llovido mucho. Y más que va a llover porque el Ministerio de Educación, que dirige Pilar Alegría, quiere volver a modificarla. La reforma plantea una prueba más parecida a los exámenes del informe PISA, que miden las competencias en matemáticas, ciencias y lectura del alumnado de decenas de países.
El Gobierno prevé tenerla lista para antes del inicio del próximo curso. Para diseñarla se ha constituido una comisión que deberá ser consensuada con el Ministerio de Universidades. En la decisión, también participará la conferencia de rectores, la CRUE. Y aunque aún está en pañales, ya se conocen algunas novedades. Te las contamos en el vídeo.
El primer paso de Educación para definir este nuevo sistema de acceso a la universidad ha sido el de recopilar información acerca de cómo es este examen en el resto de los países europeos. En el primer informe han concluido que un 71% de los 27 estados analizados realizan pruebas tras el Bachillerato, pero solo el 36% utiliza la calificación obtenida como un criterio para acceder a la universidad. Así, en Alemania, Italia y Francia no existe una prueba estándar; mientras que países como Finlandia o Estonia, los centros universitarios cuentan con sus propias pruebas de acceso.