A todos nos gustaría que nuestros hijos supieran qué estudiar y a qué campo profesional dedicarse, y que además encontrasen trabajo bien pagado pronto. Es decir, que coincidan vocación, éxito laboral y dinero abundante a fin de mes. Pero no es fácil.
Según una encuesta reciente a directores escolares, solo un 38% de los alumnos de ESO, Bachillerato y FP tiene claro lo que quiere estudiar y mantiene el itinerario inicialmente elegido. Si eres padre, tienes mucho que estudiar sobre tu hijo y su contexto para poder ayudarle correctamente. Esto es lo que nos han recomendado los expertos.
Las cifras no dibujan un paisaje demasiado optimista. Alarmantes son los porcentajes con los que se relaciona la desorientación de los jóvenes, esos típicos problemas 'de toda la vida' en España. Paro juvenil del 34% en menores de 25 años, paro universitario del 30% (es decir, que no ha encontrado trabajo en los cuatro primeros años), sobrecualificación (el 25% de titulados universitarios tienen trabajos de menor cualificación), abandono universitario del 21% en primer curso, escasez de estudiantes de Formación Profesional (12% frente al 26% en la UE) y dificultades de las empresas para encontrar los profesionales que necesitan (un 63% no lo consiguen, según una encuesta de la plataforma Educa2020).
Lejos de pensar que es un asunto de colegios e institutos, los padres tenemos una gran responsabilidad en las decisiones de nuestros hijos. De hecho, según otra encuesta reciente de Educa2020, somos la principal fuente de información y de influencia en sus decisiones de futuro profesional.
"El objetivo de la orientación es que los estudiantes descubran ámbitos que les apasionen, que se vean trabajando en algo que les ilusione", explica Vidal Sánchez, director del colegio Monte Tabor y profesor en Bachillerato. Aún hoy, ve alumnos cuyas decisiones de futuro han sido tomadas por sus padres en contra de sus intereses. "Cuidado con cercenar una pasión de los hijos imponiendo unas visiones de futuro propias porque, a lo mejor, dentro de unos pocos años, no tienen ningún sentido".
El camino debe hacerse al revés: "Primero hay que pensar en qué se ve uno trabajando y, a partir de ahí, empezar a indagar y a trazar un itinerario formativo", señala Juanjo Juárez, project manager de Fundación Bertelsmann. Para eso, es de gran ayuda herramientas de autoanálisis para jóvenes, como MyWayPass, desarrollada por la fundación.
"Rodéate de una red de contactos con ocupaciones diversas para ofrecer a tu hijo la oportunidad real de conocer diferentes profesiones y ámbitos profesionales", aconseja Juanjo. Por ejemplo, gente de la familia, amigos y conocidos, padres de amigos suyos… "Es difícil tomar decisiones con información de internet", advierte.
"La oferta académica, tanto en la Universidad como en la FP de Grado Superior, es tanta y tan diversa que hay que estar dispuesto a dedicarle tiempo para enterarse bien de todo", apunta Juárez. Encontraremos titulaciones muy variadas y dobles titulaciones; formación en inglés, formación dual, convenios de prácticas en empresas, intercambios internacionales...
"No te dejes seducir por lo primero que veas, o por la universidad que ha ido a dar una charla al colegio", recomienda el experto de la Fundación Bertelsmann. "Hay que ver varias opciones antes de decidir y elegir una formación de calidad, que esté actualizada con componentes de tecnología, con prácticas en empresa y con visión internacional, a ser posible". También, valora si la formación es polivalente y abre a los alumnos a varios campos profesionales.
La universidad suele ser la primera opción, pero el campo de la Formación Profesional ha sufrido muchos cambios y avances en los últimos años. Ya en muchos países desarrollados como Suecia, Noruega o Alemania es un opción que se tiene muy en cuenta.
"Explora las oportunidades que ofrece la Formación Profesional: tiene títulos que tienen mucha demanda en el mercado laboral y ofrecen la posibilidad de estudiarla en modalidad dual, que es prácticamente una garantía de encontrar trabajo al terminar", explica Juárez.
Vidal Sánchez siempre dice a sus alumnos: "Tenéis que tener un plan A y un plan B, y además, estar preparados para un plan C". Es decir, "es necesario prepararles para que tengan flexibilidad mental. En unos años habrán trabajos para los que aún no hay estudios", explica este director. "Las profesiones van a necesitar conocimientos de todos los ámbitos", añade Juanjo.
Cada vez son más los ejemplos de profesionales que trabajan en campos aparentemente desconectados de sus estudios porque los cazatalentos se han fijado en todo menos en su título universitario. Si conoces algún caso, ponlo en valor ante tus hijos.
"Estamos ante una generación de emprendedores, en el sentido de que deben tener iniciativa para buscar su propio camino y redefinirlo varias veces a lo largo de su vida", incide Vidal.
"Los perfiles profesionales más valorados son los más complejos y esos los construye el propio individuo, no te los que da una facultad", asegura Juanjo. Las empresas se fijan en otros ingredientes como voluntariados, idiomas, deportes, estudios de música, aficiones artísticas, trabajillos anteriores… "Los padres no deben descuidar eso, incide Vidal. "El título universitario no lo es todo".
Debemos transmitir a los jóvenes que ni la Universidad ni la FP son opciones finalistas y que el mercado les empujará a seguir formándose y reciclándose. Es decir, que no solo serán esos pocos años de estudio y ya.
"Piensa que la experiencia formativa de tu hijo/a se construirá con varias piezas y que esta primera decisión de grado o ciclo de FP será sólo la primera", añade Juanjo. "Como el mundo profesional va cambiando mucho, la experiencia de aprendizaje va a tener que alimentarse de diferentes entornos”.
Tus hijos tienen que ver que, sea lo que sea a lo que se dediquen, seguramente tendrán que tener una alta competencia tecnológica y también de idiomas. Que no lo descuiden. Y no, saber de tecnología no es solo usar las redes sociales. Y hablar idiomas no es saber pedir un café.
"Una de las únicas certezas del mercado laboral", señala Juanjo, "es la necesidad de perfiles profesionales híbridos en los que uno de los componentes siempre será de carácter tecnológico".