Carmen, 84 años, sobre el nido vacío: "Lloré más cuando se fueron mis nietos que con mis hijos"
Es importante tomárselo como una decisión positiva y una forma de volver a centrarte en ti
Lo has pensado mil veces. Has soñado con este momento y ya ha llegado. Tu hijo está haciendo las maletas, se va de casa. Atrás queda tu etapa de 'taxista' a la fuerza, las broncas por la hora a la que tenía volver de fiesta o por lo desordenado que estaba su cuarto. Felicidad y tristeza a partes iguales. La idea era muy bonita. La realidad tal vez no tanto. Quizá los primeros días se te haga extraño ver su habitación vacía y no sentirle por los pasillos. Es común. Hemos hablado con dos expertos para que nos den las claves para superar ese nudo en el estómago, denominado popularmente como 'síndrome del nido vacío', y empieces a disfrutar de los mejores años de tu vida.
Una tristeza transitoria
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Según un estudio de la revista médica Plos One, eres más feliz si tienes hijos, siempre y cuando se vayan de casa, pero al principio cuesta verlo. "Aparecen una serie de sentimientos negativos que generan tristeza, soledad o melancolía” explica Silvia Martínez, psicóloga del gabinete SIAN. No desesperes. “En principio es una fase de adaptación al cambio, que dura un corto periodo de tiempo", añade.
Carmen H. tiene 84 años, es ama de casa y trabajó durante años como dependienta de su propio negocio, una joyería. Ha vivido cuatro despedidas, las de sus dos hijos y las de sus dos nietos a los que también crió. Precisamente esas últimas son con las que asegura haber sufrido el 'síndrome del nido vacío'. "Se fueron mis hijos y como seguía trabajando mucho no me costó demasiado. Tenía un negocio, una joyería, y ellos podían ir a la universidad, estaba orgullosa. Lo peor llegó cuando se fueron mis nietos. La pequeña se fue hace ya siete años y recuerdo que al principio cada vez que entraba en su habitación lloraba", cuenta.
El sentimiento de Carmen es más común de lo que crees. “Es importante tomárselo como una decisión positiva. Es un motivo de alegría y de orgullo porque tus hijos te siguen necesitando aunque ya no lo hagan de forma materialista o práctica”, añade el psicoterapeuta, Juan Groch.
Vuelve a ser el centro de tu vida
Con esto en mente, toca volver a empezar, como aquel que dice. "Con la llegada de los hijos, en muchas ocasiones, descuidamos a la persona que tenemos al lado y ahora puede ser un buen momento para reconectar con ella", cuenta Silvia Martínez. Es una oportunidad para darse cuenta de quiénes sois individualmente y como equipo. Ver qué nuevos intereses tenéis en común y en particular.
En definitiva, centrarte en ti. "Debes estar satisfecho, por una labor bien hecha que ya ha terminado. Por lo que ahora hay que elaborar un proyecto de futuro en base a otro que ha llegado a su fin. No es ningún drama, en parte es una liberación", explica Groch.
Ha comenzado a trabajar o se ha ido a la universidad. La circunstancia da igual. Seguro que no es la primera vez que sale de casa, aunque en esta ocasión se para un periodo más largo de tiempo. "Este proceso es más sencillo para familias en las que los hijos ya han realizado previamente algún intercambio en el extranjero, para emprender inglés, por ejemplo", apostilla el psicoterapeuta.
Fija nuevos objetivos
Con la mente puesta en el cambio, los expertos recomiendan buscar una ocupación. "Es importante no quedarse paralizado, sin saber qué hacer", afirma Groch. Dar un nuevo uso a las habitaciones o espacios vacíos de tu casa o apuntarse a actividades por las tardes son siempre una buena opción. Nunca es tarde para aprender inglés, o mejorar en las redes sociales.
"Otra buena opción suele ser adoptar una mascota, ya que es la manera de encauzar el interés, cuidado o apoyo que antes le dabas a tu hijo", apunta Silvia Martínez. En definitiva ahora la cosa va de disfrutar cada minuto, porque ya has cumplido con una parte de tu vida y ahora te toca encarar otras que te harás más feliz, y no lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.