En la vida nos encontramos con determinadas situaciones, donde debemos elegir un camino que además, puede condicionar todo nuestro presente y futuro. Cuando pasamos de la niñez a la madurez debemos tomar una decisión clave: ¿Qué carrera universitaria se ajusta a nuestros gustos, tiene proyección de futuro y es alcanzable para nuestros bolsillos? Cuando llega la hora de tomar esta decisión, nos puede venir un poco grande y, por eso, los padres, gracias a su dilatada experiencia en la vida, son los mejores aliados.
Cuando se es padre de familia siempre se va a querer lo mejor para los hijos, pero no siempre las opiniones entre ambas partes van a estar de acuerdo. Por ejemplo, al momento de elegir una carrera, algunas veces los padres pueden tener en mente una disciplina que quisieran que sus hijos estudien, pero puede que no encaje nada con la idea que tiene nuestro hijo.
Si bien no se trata de imponer una decisión, hay que tomar en cuenta también que en muchos casos las experiencias acotadas de los hijos pueden llevar a tomar decisiones que en el corto tiempo pueden cambiar. Por eso, para no cruzar esta delgada línea, la mejor opción es orientar a los jóvenes o adolescentes a tomar una decisión que los deje satisfechos.
Para saber cómo ayudar a tu hijo a elegir una carrera universitaria lo primero es, como padres, saber lo que nuestro hijo no quiere. Es decir, muchas veces, nuestros adolescentes no saben bien a qué se quieren dedicar en un futuro, pero lo que sí tienen claro es aquella profesión que no se ven realizando. Además, tras años de colegio, seguro que todos ellos tienen claro qué asignaturas se les ha dado bien o en cuáles flojean un poco más. Este debe ser el punto de partida. Por ello, una vez que tengan claro que es lo que les gusta y lo que no les atrae tanto, debemos buscar aquella carrera que se corresponda mejor con sus intereses. El abanico de estudios es cada vez más amplio y, por ello, conocer el plan de estudios de cada carrera será fundamental para tener clara nuestra decisión.
El principal papel de los padres es ser guía de sus hijos para que ellos puedan elegir por sí mismos. Si bien a veces es difícil separar las ambiciones personales o, en algunos casos, alejarse de “la carrera familiar”, la clave es que los padres puedan conversar con sus hijos sobre sus fortalezas y debilidades, evitando en todo momento los prejuicios que se puedan tener sobre algunos sectores laborales.
1. Entender que el mundo está en constante cambio
Hoy en día se pueden encontrar carreras que hace 10 años no existían e incluso disciplinas que antes eran muy demandadas y ahora ya no lo son. No es de extrañar que, gracias a la evolución de la sociedad, las nuevas tecnologías y constantes innovaciones hayan generado también cambios en el currículo universitario y el mercado laboral.
2. Propiciar el auto-descubrimiento
¿Cómo les gustaría trabajar? ¿Por su cuenta, en equipo, bajo proyectos, en una oficina, en casa, por horarios o jornadas? Preguntas como éstas pueden ayudar a los jóvenes a perfilar mejor sus gustos y preferencias y así realizar una elección de carrera más cercana a sus competencias.
3. Diferenciar ‘hobbies’ de intereses profesionales
No porque se saque matrícula de honor en matemáticas tiene que estudiar esa misma carrera, o porque le guste tocar la guitarra, va a tener que estudiar música. Existe una clara diferencia entre lo que es un hobby y una profesión. Si bien en algunos casos sí existe una predisposición para llevar a una carrera profesional el don natural, no tiene que verse como una ley. En estos casos es fundamental preguntarle al hijo cómo se ve en el futuro. Si se ve ganando dinero del hobby, es una buena señal.
4. Distinguir entre satisfacción, estilo de vida y dinero
Algunos expertos señalan que antes de elegir qué carrera estudiar se debe tomar en cuenta la satisfacción, estilo de vida y dinero. El primer punto recae en los conocimientos que tiene de su profesión, la calidad con la que lo realiza y qué tan feliz lo hace. El segundo se trata sobre cómo las condiciones con las que realiza su profesión tienen impacto en su estilo de vida como, por ejemplo, residencia, horario, flexibilidad, etc… El último punto es el que, en la mayor parte de los casos, logrará el balance.
Saber comunicar efectivamente esta figura y permitir que los hijos puedan reflexionar sobre su futuro y sus metas a conseguir, ayudará a propiciar una elección más segura.