Los peligros de la cuarentena: adolescentes y apuestas online
Un mes encerrado en casa, con acceso ilimitado a internet y adicción a los videojuegos. Esto es lo que puede salir mal
Los pronósticos más favorables vinculados a la cuarentena forzosa por el COVID-19 hablan de un mes. Treinta días en los cuales la convivencia con un adolescente pasa del completo ostracismo de encerrarse en la habitación durante dos semanas y tres mudas de ropa, hasta tenerlo pegado a nosotros mostrando memes, pidiendo comida y mimetizado con el sofá. Eso, en el mejor de los casos, porque el extremo opuesto es de cuidado.
Más de un tercio de los españoles se inicia en el juego antes de la mayoría de edad
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Los números dan miedo: de acuerdo con el Informe Perfil del Jugador Online, realizado por la Dirección General de Ordenación del Juego del Ministerio de Hacienda, más de un tercio de los españoles se inicia en el juego sin haber cumplido los 18 años… pese a que obviamente es ilegal.
Si a ello le sumamos que para un 82,2% de los jóvenes entre 14 y 18 años es habitual pasarse horas con los videojuegos, la receta para un desastre en el hogar está servida.
El primer problema es ¿quién controla la mayoría de edad en internet? La respuesta corta es nadie. La opción larga es que hay páginas web lo permiten confirmarlo mediante una tarjeta bancaria, pero esto solo sirve para mostrar que hay una en el hogar, no indica que quien está frente al ordenador sea su propietario.
El segundo problema es que no solo se trata de apuestas online, realizadas en casas con licencia. Los más jóvenes, menores de 14 años, se descargan aplicaciones y juegos gratuitos, pero que incluyen compras dentro del mismo y aquí es donde ganan dinero. Por ejemplo, podemos jugar gratis a Fortnite, basta descargárselo. Pero solo en un año los creadores de este juego ganaron más de 1.500 millones de euros ¿Cómo si es gratuito? Muy sencillo: les venden mejores trajes, armas, etc. Y no importa cuan bien juguemos, sobre todo al principio, cuando parece que ganamos todas las partidas y tenemos una cuenta personal con 10.000 monedas virtuales.
Todo cambia cuando llegamos a un nivel superior en el que perdemos todas las partidas porque no tenemos el equipo adecuado. Así, por cinco euros nos dan 100.000 monedas, un cofre con 500 diamantes o un vehículo volador. Entonces volvemos a ganar… hasta llegar al siguiente nivel complicado, cuando los gastos para obtener una victoria son mayores aún. La estrategia es muy inteligente pues nunca se pagan cinco euros por un diamante. Pagamos cinco y nos dan 10.000 monedas, pagamos diez y nos dan 50.000, siempre "ganamos". El problema es que las monedas son virtuales y no sirven de nada en el mundo real. Y entonces comienza la caída. Y en estos tiempos de encierro, es muy fácil sucumbir si, como señalan las estadísticas, al menos tres horas diarias están dedicadas a los videojuegos.
Del juego virtual al juego real
El doctor Ernesto Verdura, colaborador de la campaña "Esto no es un juego, toma el control", realizada por el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) explica una de las consecuencias de esta conducta: "los adolescentes (entre 12 y 17 años) están enganchados a las nuevas tecnologías, donde hay muchos juegos en los que no se usa dinero, sino monedas virtuales y casi un tercio de ellos, evolucionarán a realizar apuestas con dinero real".
Para comprender qué podemos hacer si sospechamos que nuestros hijos pueden caer en esta conducta, hablamos con José Antonio Molina, doctor en Psicología, profesor en la Universidad Complutense y autor de 'SOS tengo una adicción' y 'Qué hablo con mis hijos sobre drogas'.
"Los adolescentes – nos explica por teléfono – caen en esta conducta porque tienen, por características propias, lo que podríamos llamar el presentismo: viven el presente, no suele pensar en consecuencias a futuro, quieren vivir una serie de sensaciones… Si todo ese cóctel se acumula en el juego, estimula a una conducta adictiva".
De acuerdo con la experiencia de Molina hay seis claves a las que estar atentos:
1. Internet libre e ilimitado
"El anonimato es importante – señala Molina –, si tu estás jugando en una maquina tragaperras, puedes sentirte observado, en cambio en las apuestas online son una forma de evasión". La respuesta en este caso es hacer pactos en el hogar: les damos acceso a internet si podemos saber las aplicaciones que usan y controlar el consumo de datos de cada una de ellas.
2. Tarjeta de crédito
Lo más probable es que nuestros hijos se sepan de memoria nuestro número de tarjeta o lo puedan obtener de alguna aplicación en la que hayamos hechos compras online. "Hay que estar atentos a temas relacionados con gastos de dinero injustificados", añade Molina. "Los cambios muy bruscos en el estado de ánimo cuando hay una conducta adictiva son más acentuados. También las salidas no justificadas y a horas extrañas". Una solución, exclusivamente financiera, es tener una tarjeta solo para compras en internet y hacer una transferencia cada vez que queremos comprar algo, de lo contrario, dejarla a cero y así no se incurrirá en gastos.
3. Señales
"Pueden detectar una problemática – explica Molina –, cuando empiezan a producirse ausencias, aislamiento, cambio en el grupo de relaciones, conductas de ira injustificadas… Pueden ser factores de alerta". También la dificultad para conciliar el sueño o los cambios de hábitos (les cuesta mucho levantarse y por la tarde están agotados ya que se pasan gran parte de la noche jugando). También podemos contar con la escuela. "Los maestros no nos dirán si hay un problema de juego – afirma Molina – pero sí nos pueden decir si hay cambios de conducta, dificultad para concentrarse o irascibilidad".
4. Amigos
Habitualmente pensamos que un cambio en el grupo de amigos puede ser indicador de algo más. Pero en este caso la clave también pasa por otro lado. "El juego y las apuestas son costumbres solitarias entre los adolescentes. Puede que en los inicios sea en grupo, pero, al igual que con el alcohol, la persona que comienza con una conducta adictiva, lo hace solo, en el 90% de los casos".
5. Ejemplo
"Lógicamente para ellos es más fácil iniciarse en las apuestas online si es algo que ven en su propio hogar. Por ello hay que aprovechar para darle la vuelta y usar sus intereses para compartirlos: jugar partidas de clásicos de mesa o de juegos que no tengan ningún tipo de compra o apuesta o, si no nos atrevemos, sugerirle que invite amigos a casa, para ver qué juegos les interesan y cómo interactúan con ellos..y entre ellos", señala este experto.
6. Diálogo
"Una de las cuestiones básicas – concluye Molina – es, mucha comunicación, respeto, pero sobre todo, que nos permita crear un ámbito de confianza, un modelo positivo. Una vez que se ha detectado una problemática adictiva, lo mejor es consultar a un experto en la materia que esté capacitados para ello".