Soledad en la madurez: ser divorciado o viudo aumenta las posibilidades de padecer alzhéimer
Con motivo del Día Mundial del Alzhéimer, la viudedad o el divorcio pueden ser causa de su desarrollo
La soledad provocada por estos casos puede ser un factor de riesgo para desarrollo del alzhéimer
"Existe un riesgo incrementado específico para personas viudas o divorciadas en comparación con la gente soltera", explica una psicóloga
Llevamos año y medio inmersos en una pandemia que ha hecho mucho ruido a nivel mundial, pero no debemos olvidarnos de otros problemas y de la pandemia silenciosa, la del alzhéimer, una enfermedad que afecta a alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo y, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en 2020 había unas 800.000 personas con este tipo de demencia en nuestro país, de la que hoy se conmemora su Día Mundial. La edad es el principal factor de riesgo para su desarrollo, con una prevalencia mayor aún en mujeres que hombres pero donde entran otros factores en juego.
El envejecimiento de la población es uno de los principales problemas de esta enfermedad, afectando principalmente a mayores de 60 años, llegando a rondar, en la población mayor de 90 años, el 40% de prevalencia. Hace tan solo unos meses un estudio de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, afirmaba que la soledad persistente a lo largo de la mediana edad, desde los 45 hasta los 64 años más o menos, puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de demencia. Una soledad que puede llegar tras un divorcio o tras enviudar.
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Viudedad, divorcio y alzhéimer
De esto último habla un artículo publicado en 2020, el cual "sugiere que la viudez puede ser un factor de riesgo importante y poco estudiado para el deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de alzhéimer y respalda la conveniencia de monitorizar mejor la salud mental de esta población de riesgo".
En esta línea habla Andrea Hernández Hervás, psicóloga especializada en Cuidados Paliativos y Psicología de la vejez, que expone que "la soledad produce un deterioro cognitivo. Para hablar de la relación entre el divorcio y la viudedad con el alzhéimer se apoya en un estudio finlandés, por el que afirma que “es posible explicar el espectacular incremento de riesgo de alzhéimer en los sujetos que han enviudado que eran portadores del APOE-e4", este último es un genotipo que aumenta las posibilidades de desarrollar esta enfermedad.
De esta manera, la psicóloga establece que realmente "existe un riesgo incrementado específico para personas viudas o divorciadas en comparación con la gente soltera". El aumento de ingresos en residencias de mayores también provoca un crecimiento en los casos de alzhéimer. "Los cambios en su entorno, como ir a una residencia, pérdida de visitas de la familia, genera que la persona cada vez vea su arraigo social más debilitado", algo que la psicóloga asocia a la aparición de la demencia.
Recomendaciones clave
A su vez, Hernández Hervás establece 10 recomendaciones a evitar o poner en práctica tras un divorcio o tras enviudar, tanto por la persona afectada como por sus familiares, amigos y el resto de personas cercanas que puedan detectar los primeros síntomas del alzhéimer en él.
- Tener presente la necesidad de mantener el contacto con los seres queridos varias veces por semana, para no dejar pasar el tiempo sin hablar e incrementar la sensación de aislamiento.
- Mantener el contacto con el entorno social laboral tras la jubilación, posibles lazos de amistad que se han forjado con los años.
- Realizar llamadas o videoconferencias con regularidad con la familia para compartir los pequeños momentos, el día a día.
- En épocas especialmente sensibles como la Navidad, no dejar de compartir los momentos especiales, con más llamadas y encuentros reducidos con los seres queridos, teniendo en cuenta todas las recomendaciones sanitarias dada la situación actual.
- Promover las relaciones sociales en grupos reducidos, con pequeños paseos al aire libre, la práctica de deporte adaptada a cada edad, etc.
- Mostrar empatía y comprensión con los sentimientos que pueden experimentar otras personas.
- Potenciar el optimismo y el interés por una vida activa, adaptada a la realidad de cada persona.
- Organízate de otra forma: es buena idea organizarse la vida en función de nuestro estado actual (soltero, viudo, jubilado, sin hijos, etc.). No te organices en función de la rutina estresante que has llevado como ama de casa o como trabajador de una empresa. Es hora de incorporar en nuestra agenda actividades que nos permitan intercambiar intereses con otras personas.
- Establece horarios: intenta mantener un horario para acostarte y levantarte. Intenta no caer en la anarquía, esto te dará una gran sensación de seguridad. Los días que no tengas la obligación de madrugar, no te quedes en la cama. No ajustar a tu cuerpo a un horario incrementará la sensación de melancolía.
- Realiza actividades gratificantes.