DNI permanente: a qué edad lo conceden y qué requisitos son necesarios para pedirlo antes
En 2020 la esperanza de vida media en España es de 83 años, pero para el DNI el ‘paso a la reserva’ comienza antes. Si alguien sabe por qué, que lo comparta
Según el INE, en 2019 había en España 6.658.398 personas mayores de 70 años, un grupo que ingresa en su nuevo decenio con un cambio: ya no tendrá que renovar el Documento Nacional de Identidad cada 10 años. Cuando tenga que renovarlo, le darán el DNI permanente, un documento fácil de reconocer porque en la fecha de caducidad aparecen numeraciones basadas en el número 9, por ejemplo: 09-09-9999.
70 vs. 83, esperanza de vida media en España para 2020
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El estado ‘permanente’ puede obedecer a distintas razones: no hacer que los usuarios pierdan tiempo realizando trámites administrativos (en ese caso, es de agradecer) o la creencia por parte del ministerio del Interior de que los delincuentes se jubilan a partir de los 70. "Con 87 años no me veo atracando bancos", explica Julio, padre de cinco hijos, abuelo de ocho nietos y felizmente dedicado a la encuadernación, el hobby que comenzó a cultivar recién jubilado. Por su parte, a Marisol, a punto de cumplir 86, la llegada al DNI permanente le supuso algún trauma. “Es como si de repente pasara a la reserva”, explica esta viuda de militar.
El DNI permanente en sí mismo no otorga beneficios ni restricciones. Tampoco está clara la necesidad de darlo, al margen de liberar de trámites administrativos a los usuarios y a los propios funcionarios. Hay otra cuestión de mayor calado: ¿tiene sentido esta medida en España, segundo país más longevo del mundo después de Japón? Si la esperanza de vida de los españoles supera en 2020 los 83 años, según el INE, ¿no es sensato que retrasar la permanencia del DNI?
También los mayores de 30 con condición de ‘gran inválido’
La normativa española referente a la documentación oficial de identidad recoge situaciones excepcionales respecto a la caducidad y renovación de este carné. Hay personas menores de 70 años que pueden tener DNI con validez diferente a la que debería de corresponder según su edad. Es el caso de las personas mayores de 30 con condición oficial y declarada de gran invalidez, el grado máximo de incapacidad permanente.
Se considera gran invalidez la situación de un trabajador afectado de incapacidad permanente que, a consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesita la asistencia de otra persona para llevar a cabo los actos más esenciales de la vida, como realizar su higiene, vestirse, desplazarse, comer y otras actividades similares.
DNI y leyendas urbanas: ni los de los fallecidos empiezan por cero ni las flechas significan nada
Alrededor del Documento Nacional de Identidad se han tejido varios mitos y curiosidades. Por motivos legales, el número de DNI es perpetuo, personal e intransferible. Sobre él han surgido varios mitos y falsas creencias. Estas son solo algunas de ellas:
- Los DNIs con números bajos o los que empiezan por cero no pertenecen a personas muertas.
- El DNI es supersticioso: no existe documento de identidad con el número 13. Si hubiera existido, este número lo tendría la infanta Cristina, ya que su hermana Elena tiene el 12. La familia real tiene asignada la numeración a partir del diez.
- Existe una creencia popular, falsa pero muy extendida, sobre la dirección de la flecha. El mito afirma que si la flecha apunta a la derecha es porque el propietario tiene antecedentes penales.
- Es igualmente falso que el número ubicado en el margen derecho del reverso del DNI corresponda al número de personas que se llaman igual.
- Cuando se creó el DNI, en 1944, no había posibilidad de confirmar la identidad de la persona. Solo los archivos de la iglesia podían acreditarla porque eran los encargados de guardar partidas de nacimiento, bautismo, matrimonio o defunción. Pero no todo el mundo estaba bautizado. Fue entonces cuando surgió la figura del fiador o confidente, el único que podía certificar la identidad del ciudadano ante las autoridades.
- En 1987 el 30% de los números de DNI registrados en Hacienda eran incorrectos y hasta principios de los 90, los números eran asignados de forma manual. Esta circunstancia dio origen a multitud de errores, como por ejemplo un mismo número asignado a personas diferentes. El lío se corrigió con la digitalización, en 1991.