Según el INE, en 2019 había en España 6.658.398 personas mayores de 70 años, un grupo que ingresa en su nuevo decenio con un cambio: ya no tendrá que renovar el Documento Nacional de Identidad cada 10 años. Cuando tenga que renovarlo, le darán el DNI permanente, un documento fácil de reconocer porque en la fecha de caducidad aparecen numeraciones basadas en el número 9, por ejemplo: 09-09-9999.
El estado ‘permanente’ puede obedecer a distintas razones: no hacer que los usuarios pierdan tiempo realizando trámites administrativos (en ese caso, es de agradecer) o la creencia por parte del ministerio del Interior de que los delincuentes se jubilan a partir de los 70. "Con 87 años no me veo atracando bancos", explica Julio, padre de cinco hijos, abuelo de ocho nietos y felizmente dedicado a la encuadernación, el hobby que comenzó a cultivar recién jubilado. Por su parte, a Marisol, a punto de cumplir 86, la llegada al DNI permanente le supuso algún trauma. “Es como si de repente pasara a la reserva”, explica esta viuda de militar.
El DNI permanente en sí mismo no otorga beneficios ni restricciones. Tampoco está clara la necesidad de darlo, al margen de liberar de trámites administrativos a los usuarios y a los propios funcionarios. Hay otra cuestión de mayor calado: ¿tiene sentido esta medida en España, segundo país más longevo del mundo después de Japón? Si la esperanza de vida de los españoles supera en 2020 los 83 años, según el INE, ¿no es sensato que retrasar la permanencia del DNI?
La normativa española referente a la documentación oficial de identidad recoge situaciones excepcionales respecto a la caducidad y renovación de este carné. Hay personas menores de 70 años que pueden tener DNI con validez diferente a la que debería de corresponder según su edad. Es el caso de las personas mayores de 30 con condición oficial y declarada de gran invalidez, el grado máximo de incapacidad permanente.
Se considera gran invalidez la situación de un trabajador afectado de incapacidad permanente que, a consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesita la asistencia de otra persona para llevar a cabo los actos más esenciales de la vida, como realizar su higiene, vestirse, desplazarse, comer y otras actividades similares.
Alrededor del Documento Nacional de Identidad se han tejido varios mitos y curiosidades. Por motivos legales, el número de DNI es perpetuo, personal e intransferible. Sobre él han surgido varios mitos y falsas creencias. Estas son solo algunas de ellas: