Padres y abuelos, el mejor juguete no es caro, no es electrónico y no es un objeto
Los juegos tradicionales, idealmente los que transcurren entre los niños y sus cuidadores, proporcionan beneficios indispensables para el desarrollo de los más pequeños
Los mejores juguetes, por edades y según las recomendaciones de los expertos
Abuelos recientes, padres quizá tardíos, sobrinos, niños que no son familia, pero por los que sentimos debilidad. Casi todos los uppers tienen un niño en su vida. Lo demás viene rodado: Navidad, Reyes Magos y regalos. Poco que añadir.
O tal vez sí. Tu primera idea para regalar es el super-juguete, ese que tiene forma de tablet y le va a enseñar un montón de cosas. Obviamente, no puedes regalarle nada menos tecnológico: desde bebé, el niño se maneja perfectamente entre ordenadores y móviles. En este momento, estás a punto de cometer un error. Pediatras, pedagogos como Francesco Tonucci, los que proporcionan vínculos entre pequeños y mayores. O dicho de otra manera: el mejor juguete del mundo eres tú.
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Juguetes para amar y conocer
Los juguetes tradicionales pueden dividirse en varias categorías: simbólicos (muñecas, coches o cocinitas, entre otros), adaptativos o manipulativos (puzles, o juegos de bloques), artísticos (plastilina, arcilla, pinturas…), conceptuales (juegos de cartas, pizarras…) y físicos (pelotas, coches grandes para conducir, triciclos o bicicletas). Cada uno de estos tipos van asociados a las etapas del desarrollo y la personalidad de cada niño. Es esencial tomarse el tiempo necesario para saber cuáles de ellos son los más indicados para cada uno porque si no hay placer en el juego tampoco se dan los beneficios asociados.
Muñecos, puzles, pelotas, pinturas o disfraces ayudan al desarrollo físico e intelectual de los más pequeños
Cuando están bien diseñados y son de buena calidad, todos estos juguetes garantizan la interacción entre el niño y sus cuidadores al tiempo que promueven su imaginación y su desarrollo intelectual. Según un informe de la Academia Americana de Pediatría, aportan beneficios insustituibles para el crecimiento de los más pequeños. Y son los más económicos. Sin embargo, la tendencia de consumo es justamente olvidar los productos menos sofisticados para comprar tablets, móviles, consolas y todo tipo de juguetes electrónicos o digitales llenos de sensores de luces y sonidos. Los expertos advierten, además, que estos juguetes impiden la interacción social que se da normalmente entre el niño y sus cuidadores o compañeros de juegos. Pero, además, el juego proporciona otras ventajas.
Los juguetes tradicionales están directamente relacionados con el desarrollo cognitivo, la facultad del lenguaje, la resolución de problemas y el incremento de la actividad física. Mediante el juego, los niños reproducen de manera lúdica conflictos o situaciones que requieren estrategias complejas y ‘ensayan’ sus mecanismos de respuesta. El juego también desempeña un papel especial en el aprendizaje, pero eso exige la interacción entre el adulto y el niño a través de la conversación o el discurso explicativo. Los expertos lo tienen claro: interacción entre humanos, no entre niños y máquinas.
Pantallas y violencia
Un estudio realizado por la revista ‘Pediatrics’, editada por la Academia Norteamericana de Pediatría, ha revelado que más del 96% de los menores de un año ha usado dispositivos móviles en perjuicio del juego (en el parque o en casa) y de la interacción con sus cuidadores. De hecho, si, por ejemplo, los pequeños están viendo contenidos educativos en un dispositivo electrónico, no hay ningún adulto que los vigile. Admitámoslo: padres, abuelos y cuidadores dejamos habitualmente que móviles o tablets hagan de canguros.
La exposición prolongada a juguetes electrónicos puede inducir a comportamientos violentos, sobre todo cuando la violencia va acompañada de humor
Según advierte el estudio, la exposición a juguetes electrónicos puede promover la obesidad, al reducir la actividad física, e inducir a reacciones agresivas, especialmente cuando la violencia tiene lugar en contextos de humor o bajo ciertas justificaciones. La consecuencia fundamental es que los niños pueden ser menos sensibles a los comportamientos violentos. Las últimas investigaciones, además, revelan que los niños que tienen como hábito utilizar pantallas para su ocio aprenden menos palabras y se relacionan menos con sus padres. Exactamente lo contrario a lo que ocurre cuando leen cuentos o juegan con los juguetes de toda la vida.
Padres y cuidadores: las reglas del juego
Cada familia es un mundo y cada niño, un universo. Pero sí hay pautas comunes que favorecen unas buenas reglas del juego y que ayudan al desarrollo óptimo del niño.
- Reconocer que el fin del juego no es educativo, sino emocional. Proporcionar un entorno de cariño y seguridad es su primer objetivo.
- El juguete más educativo es el que hace que niños y cuidadores se relacionen con afecto.
- Elegir juguetes que no sobre-estimulen a los niños. Los mejores son los que hacen volar la imaginación y los que promueven el desarrollo físico y mental.
- Seleccionar los juguetes a conciencia. Busquemos los que pueden crecer con el niño y nos hagan disfrutar de horas de juego en compañía.
- Los juguetes no son sustitutos del cariño. Regalar juguetes como compensación es un error. Jugar con nuestros niños es el auténtico regalo.
- Acudir al pediatra o especialista para que nos asesore sobre los mejores juguetes, adaptados a la etapa de crecimiento y a la personalidad del niño.
- Rechazar los juguetes que promuevan las diferencias sociales o de sexo.
- Limitar los tiempos de consumo de cualquier pantalla: menos de una hora al día para los menores de 18 meses y totalmente prohibidas para los bebés entre 18 y 24 meses. Los menores de cinco años deberían ver únicamente contenidos apropiados para su desarrollo. Siempre durante poco tiempo y siempre acompañados de padres o cuidadores.
Y, ahora sí, conozcamos cuáles son, según un estudio de la ONG Zero to Three, los mejores juguetes según etapas del desarrollo.
Del nacimiento a los 12 meses: pequeños exploradores
Es la etapa en la que el bebé conoce el ritmo del lenguaje, empieza a imitar sonidos, a coordinar movimientos y apreciar formas y colores. Para los bebés de esta edad los juguetes más apropiados son:
- Móviles.
- Peluches o muñecos que emitan palabras o sonidos.
- Libros adaptados para esta etapa con colores o texturas que brillen, reaccionen al tacto o ‘suenen’.
- Pelotas u objetos redondeados con diferentes tipos de tejidos, texturas, colores, sonidos…
- Y como el mejor juguete eres tú, practica con el bebé todos esos juegos que conoces tan bien: el balancín, el cucú-tras, las canciones infantiles (baile incluido para los más entregados).
De 12 a 24 meses: los agitadores
Empiezan a conocer los nombres de sus padres y cuidadores, emiten las primeras palabras, comienzan a construir relaciones con las personas de su entorno y se inician en la pre-lectura. Imprescindible empezar a leerles pequeños cuentos. En esta etapa son incansables. Lo mejor para regalar es:
- Bloques de construcción, mejor de colores.
- Puzles simples para identificar formas y tonalidades.
- Juguetes con mecanismos sencillos para que comprendan la relación causa-efecto. Por ejemplo, al dar un botón suena una música o al tocar una figura se emite un ladrido, mugido… Empiezan así a conocer el mundo real.
- Cualquier juguete que implique ordenar/desordenar: cajas con piezas, bolsas con pelotas de diferentes tamaños…
- Los libros de prelectura siguen siendo grandes compañeros de juego, pero también empiezan a atraerles cuentos más complejos. En esta fase nos pedirán que les repitamos las mismas historias unas cuantas veces.
De 24 a 36 meses: comienza el juego social
Si hasta los dos años jugaban solos o simplemente miraban cómo jugaban otros niños, ahora empiezan a jugar en parejas o en grupo. Se incrementa el juego físico y comienza el juego simbólico, en el que imitan comportamientos de los adultos o aprenden a superar determinadas situaciones. La creatividad también empieza a abrirse camino. ¿Qué podemos regalar?
- Pinturas, cuadernos de dibujo, lápices de colores.
- Muñecas, muñecos.
- Piezas o pequeños ecosistemas que representen el mundo en el que viven: vehículos, figuras de animales, alimentos, productos de alimentación, flores, plantas, representaciones de granjas, tiendas, escuelas, hospitales...
- Puzles más complejos.
- Cocinitas, coches de bebés, triciclos, bicicletas, coches más grandes…
- Disfraces.
- Instrumentos musicales: tambores, guitarras, pequeños pianos, xilófonos…
Para todas las edades
Muchos de estos juguetes pueden usarse en las distintas etapas. Por ejemplo, los bloques de construcción servirán al principio para que el pequeño identifique formas o colores, pero en otro momento, cuando le sirvan para construir, por ejemplo, una torre o una casa, tendrán una función simbólica.
Las actividades planificadas con tiempo y cariño son también para todas las edades. ¿Por qué no regalar una visita al parque, una sesión conjunta de pintura o trabajos manuales, la lectura de un cuento o una obra de teatro infantil? Recuerda que el mejor regalo para un niño sigues siendo tú.