Amigo, hermano, pareja, hijo: cómo saber mandar a la mierda a personas que te hacen daño
La psicóloga Silvia Llop ofrece las pautas con las que podemos deshacernos de relaciones indeseables.
En el caso de los hermanos o los hijos, siempre hay que intentar restaurar los vínculos.
Cuando una pareja roba la energía de la otra parte, es la señal de que la relación comienza a ser tóxica.
No se enseña en los colegios, y, sin embargo, es una de las herramientas básicas para construir una vida feliz. Nos referimos a saber cortar una relación tóxica. O como diría la psicóloga Silvia Llop, "saber mandar a la mierda a esas personas que no solo no aportan nada, sino que envenenan el ambiente". De esto trata 'Mándalo a la mierda' (Plataforma Actual), su último libro y una lectura imprescindible para tomar las riendas de la vida. Uppers ha hablado con Llop, le ha preguntado sobre cuatro relaciones fundamentales (amigos, hermanos, amantes e hijos) y sobre los mejores tips para gestionar este tipo de vínculos cuando han llegado a un punto de no retorno.
Amigos: ¿peras u olmos?
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Para saber dónde empieza o acaba lo tóxico, hay que hacerse una pregunta antes: ¿qué esperamos de una relación de amistad? "Es importante que los amigos no intenten que seamos como ellos, sino que acepten que seamos como somos y se nutran de nuestras cualidades. Aquí podríamos utilizar ese dicho de 'no le pidas peras al olmo'. Pongamos un ejemplo. Si tu amigo es una persona emocional, pídele que te brinde cariño, afecto, abrazos, pero no le exijas consejos prácticos, porque a lo mejor no es su fuerte. Generalmente, solemos decir que una amistad nos ha fallado cuando no nos brinda el apoyo que le solicitamos, pero ¿está esa cualidad entre las suyas? Pregúntate qué virtudes tienen tus amistades y espera aquello que te puedan dar", explica Silvia Llop.
La siguiente pregunta es ¿hasta dónde llegan sus límites? "Por regla general, los límites debes ponerlos tú, porque cada cual debe ser dueño de su realidad. Pero existen varias banderas rojas que nos pueden ayudar a identificarlos", señala.
¿Cuáles son estas banderas rojas? "Si una amiga quiere tomar decisiones importantes por ti, significa que ya ha traspasado el límite. Una cosa es dar apoyo y la otra es imponer su criterio. Otro límite que no debería traspasarse es el del respeto. Algunas personas creen que por ser amigas pueden tratarte de cualquier modo. Si sientes que tu amiga te falta al respeto, es el momento de marcar tus estándares y decirle cuál es tu límite infranqueable. También puede encenderse una alarma si tu amiga pretende que dejes de relacionarte con otras personas y te requiere exclusividad.
Las señales alcanzan la categoría tóxica "cuando sientes que esta amiga te está robando toda tu energía. Cuando terminas de hablar o estar con ella y te sientes cansada. Cuando tienes la sensación de que no puedes comentarle lo que te preocupa porque, en lugar de echarte una mano, va a terminar haciéndote sentir peor de lo que ya estabas. Cuando se pasa el día juzgando tus decisiones. Cuando te recrimina más de la cuenta. Cuando trata de darte órdenes. Cuando se comporta como si fuera tu pareja. Cuando es tan negativa que te arrastra a su pozo", explica la autora antes de compartir sus primeros tips:
- Poner distancia en la relación. Vernos menos y analizar nuestras sensaciones.
- Fortalecer otras relaciones para minimizar el vértigo que genera mandar a la mierda a esa persona concreta.
- Confeccionar una lista de pros y contras de la relación, porque si pesa más la de contras, ya tendremos argumentos.
- Decirle a la otra persona que necesitamos más espacio, más libertad.
- Si la persona persiste, tener una conversación en la que le cuentes que esta amistad no te está aportando lo que necesitas.
Hermano, a tu lado (o no) pase lo que pase
¿Existe una relación de hermanos ideal? Para Silvia Llop, sí, siempre que se cumplan las siguientes condiciones: "la relación ideal con los hermanos sería cuando sientes que tienes su apoyo incondicional, que pase lo que pase va a estar a tu lado, que puedes abrirle tu corazón y no te va a juzgar, que te quiere y que sabe poner su hombro cuando lo necesitas".
La historia compartida con un hermano hace que la relación sea muy especial. "Por un hermano podemos llegar a dar hasta un riñón, si es necesario. Sentimos que forman parte de nosotros, en cierta forma, y aunque no nos tiembla el pulso a la hora de criticarlos, sacamos las uñas cuando lo hace otra persona. La relación con un hermano no debería limitarse a tener un ADN común, sino a alimentar esa conexión que nos permite saber cuál es su estado de ánimo con solo oír su voz.
¿Cómo o cuándo nos damos cuenta de que la relación fraternal está fallando? "Cuando sentimos un alejamiento, no físico, sino emocional y mental. Cuando en nuestras comunicaciones abundan demasiado las discusiones. Cuando sentimos que no podemos contar con ellos. Cuando no tenemos ganas de contarles nuestras anécdotas. Cuando aprovechan nuestros puntos vulnerables para atacarnos. Cuando sentimos que cualquier cosa que les digamos puede ser utilizada en nuestra contra. Cuando deja de importarnos lo que piensan".
En opinión de la escritora, el vínculo entre hermanos merece que pongamos todo de nuestra parte. "Cuando la relación fraternal no está funcionando, lo que deberíamos mandar a la mierda es esa dinámica y tratar de modificarla. Personalmente, soy partidaria de hacer todo lo posible por reconducir la relación". Los tips de Llop en este caso van encaminados a recuperar el vínculo:
- Confeccionar una lista con lo que nos fastidia más.
- Preguntarte por qué esas situaciones te generan emociones negativas.
- Tachar las que tengan que ver con alguna inseguridad o experiencia pasada tuya, pero no con la relación en sí.
- Tratar de abrir una vía e comunicación y dialogar sobre los ítems que quedan en la lista.
- Tratar de poner la relación por encima de querer tener razón.
Pareja: atentos a la autoestima
"Una relación de pareja sana es aquella en la que la otra persona cumple con los estándares que tú te has marcado. Es decir, con esas cosas que necesitas para ser feliz en pareja. Te escucha, te comprende, te potencia, celebra tus éxitos, por pequeños que parezcan, te ayuda a empoderarte, a ser más tú, no te juzga, te critica de forma constructiva y cariñosa, sientes seguridad a su lado, un refugio en el que recargar tus pilas cuando lo necesitas", asegura esta terapeuta.
¿Qué límites nunca debemos traspasar? "Los límites empiezan por todas las actitudes que puedan lastimar o reducir tu nivel de autoestima. Cuando sientes que tu relación de pareja daña tu amor propio, eso es una bandera roja. Cuando cualquier movimiento se convierte en una lucha o cuando, en lugar de recargarte la energía, esa relación te la quita".
La relación comienza a hacer aguas cuando empiezan los abusos: "cuando quiere controlar tus movimientos, tus llamadas, tus relaciones, tu móvil. Cuando sientes que todo lo que dices es cuestionado, que tus sentimientos son menospreciados, que la culpa de todo es siempre tuya. Cuando vives el día a día rogando que no hayan conflictos, que no se malinterpreten tus palabras y que no tengas que justificar cada uno de tus pasos. Cuando intenta separarte de las personas a las que quieres. Cuando te castiga con su silencio y su desdén cuando haces algo que no le gusta..."
En casos así, hay que plantearse cortar la relación. Estos tips pueden ayudarte:
- Trabajar tu autoestima. Es complicado mandar a la mierda a una relación tóxica cuando no tienes fuerzas para nada.
- Empezar a imaginar tu vida sin esa persona a tu lado.
- Retomar las relaciones con tus seres queridos (si se crearon distancias).
- Asesorarte legalmente si es necesario y trazar un plan para la huida.
- Mandarle a la mierda cuando te sientas fuerte.
Hijos: ¿el amor más puro?
"Es un amor diferente a todos los demás y mucho más puro porque son una parte de nuestro ser y, además de eso, también los hemos visto crecer y han revolucionado completamente nuestra vida. Con ellos, hemos aprendido más de nosotras mismas y hemos conectado con ese amor incondicional que nos despiertan. Pero en las relaciones con los hijos también se cometen errores. Vienen a verme madres que han sido demasiado rígidas y sus hijos se quejan de haber recibido poco amor. O madres que han sido demasiado laxas y ahora tienen problemas para que les hagan caso", afirma la psicóloga.
Incluso en estos vínculos tan intensos, también hay que poner unos límites. "Todas las relaciones tienen sus límites, incluso las paterno-filiales. Quizá el límite más infranqueable debería ser el respeto, porque sin él es difícil mantener una relación sana y armónica. Algunas personas tiene miedo de imponer límites, pensando que, si lo hacen, sus hijos les van a querer menos, pero en mi opinión es necesario establecerlos", señala Llop.
En caso contrario, comienzan a darse situaciones intolerables. "Cuando se produce una falta de respeto, es señal inequívoca de que estamos pisando arenas movedizas. Si se producen situaciones en las que el hijo trata de abusar de sus padres o trata de manipularlos, de que cumplan con su 'santa voluntad', entonces esa relación se vuelve negativa.
Cuando sentimos impotencia ante los acontecimientos, cuando sentimos que la relación nos deja sin energía. Cuando cada paso es una batalla. Y lo peor es que nunca saldrás victorioso de esa batalla porque está en liza una parte de ti", afirma la psicóloga. ¿Cómo actuar en esos casos? ¿Hay pautas para poner límites o, en casos graves, cortar la relación? Estas son, según Silvia Llop, las más útiles:
- No faltar al respeto a tus hijos y no permitir que te lo falten a ti.
- Decidir qué batallas quieres librar y cuáles no son importantes.
- Tratar de ver el problema desde todas las perspectivas posibles.
- Buscar soluciones que te ayuden a solventar la situación.
- Contactar con un profesional para que te brinde asesoramiento.