Desde que Diana de Gales llegó a la familia real británica pasó a ser uno de sus miembros fundamentales. Tenía carisma, era divertida y algo tímida. Pero no fue eso por lo que consiguió meterse en el bolsillo a todo el mundo. La princesa se forjó una imagen que rompía por completo con la que entonces tenía la realeza, mucho más estricta y fría. Desde su boda con el príncipe Carlos, ocupó todo el protagonismo de los focos, que acabarían persiguiéndola toda la vida. Aprovechó su posición para convertirse en activista de numerosas causas, como lo fue el sida: fue la primera en darle la mano a un enfermo con VIH sabiendo lo que hacía. Eso le valió el título de 'princesa del pueblo' siempre querida y arropada por las masas. Pese a todo, Lady Di no era feliz; su matrimonio y la relación con la corona quedaron en entredicho en una entrevista en 1995 en el programa ‘Panorama’ de la BBC. Hoy hubiese cumplido 60 años, pero perdió la vida en un accidente cuando tenía 36 años. En el vídeo recordamos momentos icónicos que influyeron en la corona británica.
Si hay algo por lo que se caracteriza la Casa Real de Reino Unido es por su disciplinado protocolo. Muchas de esas normas han sido rotas por la Harry y Meghan Markel en los últimos meses. Sin embargo, la reina Isabel II lleva cumpliendo el decálogo de forma rigurosa desde hace 69 años. Entre algunas de esas reglas se encuentran: deben llevar siempre ropa negra en la maleta, para contraer matrimonio se necesita el beneplácito de la reina, toda la familia debe permanecer estrictamente neutral con respecto a asuntos políticos y los herederos al trono no pueden viajar en el mismo avión.