¿Por qué tenemos dos apellidos en España?
España es uno de los poco países en los que se tiene tanto el apellido paterno como el materno
Este sistema se instauró en el siglo XIX, cuando el doble apellido comenzó a extenderse por todo el país
Anteriormente, este método ya se utilizaba en Castilla, sobre todo entre las clases altas
García: este es, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el apellido más común de toda España. Aproximadamente, se calcula que casi un millón y medio de personas en nuestro país llevan este apellido, lo que implica que de cada 1.000 personas, 30,8 lo tienen, ya sea por parte del padre o de la madre.
Precisamente, tener dos apellidos es una de las grandes particularidades de nuestro país. Salvo en algunas otras regiones de habla hispana, en el resto del mundo lo común es que los ciudadanos lleven tan solo el apellido del padre y, de hecho, en muchos países las mujeres suelen perder el suyo para adoptar el de su marido cuando se casan.
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¿Por qué en España tenemos dos apellidos?
A pesar de que hoy en día nos resulte completamente normal tener tanto el apellido paterno como el materno en nuestro DNI, este sistema es relativamente reciente. De hecho, hasta el siglo XIX, lo más habitual era que los españoles tuviesen tan solo un apellido, que incluso podían elegir durante la adultez.
Tal y como reveló el presidente de la Asociación de Genealogía Hispana (HISPAGEN), Antonio Alfaro, en una entrevista con LaSexta publicada el pasado mes de mayo, antiguamente lo más común era que los primogénitos adoptasen el nombre del padre, mientras que el resto de hermanos utilizaban otros apellidos de la familia. Los varones, además, solían elegir el apellido paterno, mientras que las mujeres elegían el de la madre, la abuela u otra mujer de la familia. Como resultado, era habitual que, pese a ser familia, los hermanos no compartiesen apellido.
La cosa cambió en el siglo XIX, cuando el sistema de doble apellido comenzó a extenderse por todo el país. Antes, sin embargo, este método ya solía aplicarse en Castilla, donde en el siglo XVI se popularizó el empleo de dos apellidos, sobre todo entre las clases altas.
En el siglo XIX, en cambio, este sistema se posicionó como una herramienta de diferenciación de la población. Gracias al doble apellido, resultaba más fácil identificar a las personas y evitar posibles confusiones, algo que no pasó desapercibido para la Administración pública, que se dio cuenta de las ventajas de este sistema. Como resultado, el doble apellido fue ganando relevancia y para 1833 ya era muy común en todo el país, aunque todavía habría que esperar hasta finales de siglo para que se regulase, finalmente, su uso.
En concreto, el uso oficial del apellido paterno y materno en España llegó en 1899, año en el que se creó el primer Código Civil español. En él, el artículo 14 establecía que “los hijos legítimos tienen derecho a llevar los apellidos del padre y de la madre”, lo que permitió que el sistema fuese expandiéndose por todos los ámbitos hasta convertirse en una norma obligatoria que, según señaló Alfaro en su entrevista con LaSexta, servía para identificar de manera fiable y eficaz a todos los españoles.
Para el presidente de la HISPAGEN, este sistema también permitió dar un mayor reconocimiento a la importancia del apellido de la mujer, que siempre había quedado en un segundo plano frente al del padre. Actualmente, el Código Civil permite que los progenitores establezcan de mutuo acuerdo el orden de sus apellidos antes de registrar a su hijo en el Registro Civil. Además, cuando una persona alcanza la mayoría de edad, también puede pedir que se cambie el orden de sus apellidos.