Que no te engañen: estos son los robos más habituales a personas mayores
Andrea de Vivar
Lo principal es conocer el tipo de robos y estafas a los que podemos enfrentarnosImagen de d-keller de Pixabay
Siempre dicen que la edad es un grado, pero hay ocasiones donde se convierte en la tentación
Es fundamental conocer los tipos de delitos y mantener ciertas precauciones
Mayores de 65… víctimas idóneas para delincuentes desalmados que no dudan en aprovecharse de su vulnerabilidad, sus limitaciones y la confianza con la que se relacionan con el mundo. Las estafas, engaños, robos y delitos en general que tienen a las personas mayores como víctimas han crecido en los últimos años. Estos delitos pueden ocasionarse en la calle o bien dentro de sus hogares. Lo más importante es estar informado sobre los robos o estafas más comunes para poder evitarlos en la medida de lo posible. Algunos de los más habituales y que todos debemos conocer son:
Revisiones de los servicios del hogar (luz, gas, telefonía): los estafadores se presentan en el domicilio alegando una revisión rutinaria de alguno de estos suministros exigiendo el pago inmediato. Además aprovechan alguna distracción para pequeños hurtos.
Llamadas telefónicas de empresas reconocidas: suelen llamar para verificar datos personales de la contratación del servicio o para comprobar el buen estado del mismo, haciéndose con todos los datos bancarios.
Timo del santero y los productos milagrosos: el santero se gana la confianza de la víctima a lo largo de diferentes encuentros y consigue venderle productos milagrosos y, en casos más graves, apropiarse de su patrimonio, todo por la buena suerte.
Regalos y premios del tipo “solamente por venir, se llevará un regalo”: existen sesiones informativas sobre viajes, excursiones y productos diversos en los que detrás del regalo hay ventas encubiertas que motivan a las personas mayores a comprar cosas sin necesidad.
Recogida de donaciones: petición de donaciones para causas benéficas, a veces sin ser del todo específicas, y acreditadas con fotografías, carteles y panfletos.
Robos pequeños pero a largo plazo: cuando una persona mayor no tiene familiares o éstos no se hacen cargo de su cuidado, se dan situaciones en las que sus cuidadores poco a poco se van llevando dinero y objetos de la casa.
Robos tras sacar dinero en un banco. Los delincuentes simulan realizar una gestión en la sucursal y observa si algún cliente saca mucho dinero, les siguen hasta el portal y de manera violenta les quitan el dinero.
Robos en el portal o el ascensor. El ladrón aborda a su víctima a solas en el portal de manera violenta para quitarle el bolso o cualquier objeto de valor.
¿Cómo estar prevenidos?
Lo principal es conocer el tipo de robos y estafas a los que podemos enfrentarnos, además es fundamental seguir algunas recomendaciones para no ser víctima de los mismos:
No abrir la puerta de desconocidos.
Si vive solo/a, escriba también el nombre de otra persona en su placa del buzón para mostrar que es una casa con dos personas.
No llevar grandes cantidades de dinero encima.
No sacar la pensión siempre el mismo día del mes y a la misma hora, para no ser una posible víctima de acciones rutinarias.
No revelar información personal por teléfono.
No compartir información bancaria ni abrir archivos de origen desconocido en Internet.
Tener siempre a mano los números de teléfono de la Policía Nacional (091), la Guardia Civil (062) o las policías autonómicas en caso de robo o estafa.
Los mayores de 65 tampoco están exentos de los robos en casa mientras se ha salido. Aunque el mayor número de robos en viviendas vacías ocurren en épocas de vacaciones, los cacos acechan cualquier día y la mayoría de ellos nos vigilan para conocer nuestros hábitos en busca del momento idóneo en el que dar el golpe. Revisar los accesos a nuestros domicilios en busca de elementos que puedan hacer sospechar que estamos siendo fichados por posibles delincuentes es fundamental.
Existen una serie de trucos habituales que los ladrones utilizan para marcar nuestra casa, a los que debemos estar atentos. La botella, la cinta adhesiva, la pegatina de cerrajería, el cordón… son estrategias que los amantes de lo ajeno usan para marcar casas. El truco es sencillo, dejar un objeto o un elemento en la puerta de entrada, como una botella vacía, cinta adhesiva pegada en la puerta, una cuerdecita colgando e incluso una aparente pegatina de cerrajería. Si pasan unos días y nadie ha movido o quitado el elemento del sitio, la casa está vacía.
En caso de robo, lo primero que tenemos que hacer es no tocar nada, alertar a las autoridades pertinentes, cambiar la cerradura, hacer un listado de los objetos robados para dar parte al seguro, denunciar el robo y evitar ser víctima del miedo que provoca sentir cómo alguien ha invadido nuestro espacio personal.