Siempre hay tareas de la casa que gustan más o gustan menos, pero al final si queremos tenerlo todo en orden e impoluto no nos queda otra que ponernos manos a la obra y hacerlas por mucho que no nos gusten. Entre ellas hay una que es de las más odiadas, pero también necesaria para poder lucir nuestra ropa en perfecto estado: la plancha. Las arrugas no solo las intentamos evitar en nuestro rostro, también hacemos todo lo posible para que cada prenda vaya bien lisa, pero la plancha no deja de ser muchas veces aburrida y algo molesta, en especial en verano, cuando la sensación de calor aumenta al utilizarla. Pero, ¿hay alguna forma de no tener que recurrir a la plancha y llevar la ropa reluciente?
El momento de echar las prendas de ropa a la lavadora tiene mucho que ver con el resultado final. Por eso mismo, cuando las sacas del cesto de la ropa sucia sacúdelas bien y aprovecha el espacio pero sin pasarte, pues cuanto más llenes la lavadora es más probable que la ropa salga más arrugada.
Mucho ojo con el centrifugado que eliges. En ocasiones se elige uno de mucha potencia para eliminar toda la humedad posible, pero ello conlleva a que la ropa salga más arrugada, de ahí que con un centrifugado normal, de 600, sea suficiente y tus prendas no acaben necesitando pasar por la tabla de planchar. Por su parte, si eres de los que usa solo detergente, puede que sea el momento de añadir también suavizante. Tu ropa no solo saldrá con un olor más fresco, sino que también ablanda las fibras de los tejidos, por lo que disminuye considerablemente las arrugas.
Una vez el lavado termina, la ropa debe secarse en el tendedero, y cuidado porque la forma en la que se tiende es clave para no tener que planchar. Lo primero que debes tener en cuenta es que cuanto antes saques la ropa de la lavadora, mejor, pues si está mucho tiempo encerrada y húmeda las arrugas se marcarán más. Por eso mismo cada prenda que saques debes sacudirla bien antes de colgarla de la cuerda.
Una vez colgada, estírala bien para que queden las menos arrugas posibles y si necesitas utilizar pinzas colócalas en zonas de costura o, si es una camiseta o un jersey, puedes ponerlas en la zona de las axilas, que no es muy visible cuando la prenda está puesta por si la traba dejase marca.
En cuanto a las camisetas, jerséis, camisas o chaquetas también existe otra opción: la percha. En vez de tender esas prendas como siempre se ha hecho, puedes colocarlas directamente de la percha y que se seque sin las arrugas que la cuerda puede provocar. A la hora de meter en el armario este tipo de prendas, siempre mejor hacerlo también con perchas, pues aunque las dobles cuidadosamente, luego pueden aparecer algunas arrugas cuando decides ponértela para salir a la calle.
Tender la ropa en verano es sencillo, pero en invierno puede que se pasen los días lloviendo y tengas que recurrir a la secadora si quieres tener la ropa lista en el armario. Al igual que la lavadora no se debe llenar a tope, la secadora tampoco, y el tipo de secado también es clave. Lo mejor suele ser utilizar uno delicado sin temperaturas muy altas para que los tejidos no sufran tanto y no se produzcan arrugas.
Aún así, a veces es inevitable que algunas prendas terminen con alguna arruga, pero siguen existiendo opciones más allá de la plancha. Por ejemplo, cuando te vas a la ducha, puedes llevarte esa camisa que tiene algunas arrugas en una percha y, con el vapor de agua, verás como la gran mayoría de las arrugas desaparecen. También están los vaporizadores de ropa, un aparato sencillo de utilizar que con pasarlo sobre la prenda se deshace rápidamente de las arrugas y de los gérmenes, muy similar a los aparatos que hay en las tiendas de ropa.
Como ves, coger la tabla de planchar y pasarte la tarde con ella no es necesario si se tienen en cuenta algunos aspectos a la hora de lavar, tender y colocar la ropa para que esté libre de arrugas. Si para ti es un suplicio, no dudes en poner en práctica estos consejos y te ahorrarás el tiempo de la plancha para otra actividad que te guste más o alguna tarea del hogar más necesaria.