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Candidiasis intestinal o querer comer dulce a todas horas: “Es difícil de diagnosticar, pero tiene solución”

  • Esta patología es difícil de diagnosticar, pero tiene solución

  • Hablamos con la química y nutricionista Ángela Quintas para que nos explique qué es

  • Es más común en mujeres, pero también ocurre en hombres

¿Tienes la sensación de tener ganas de dulce todo el rato? ¿No puedes pasar por delante de una pastelería sin dejarte embaucar por su olor y caer en sus redes de un buen bollo calentito? Probablemente no tenga nada que ver con la andropausia o la menopausia. Si a ese deseo irrefrenable de un postre rico, se suma que te molesta más que nunca el olor a tabaco o a perfume y que estás especialmente irritable, puede que detrás de todo esté un problema estomacal, en concreto, la candidiasis. Una enfermedad que afecta al intestino delgado y que produce un hongo. Hablamos con la química y nutricionista Ángela Quintas, autora del libro '¿Por qué me duele la tripa?', para que nos explique en qué consiste esta afección y cómo superarla gracias a la alimentación.

Ganas de dulce y otros síntomas para identificarla

La candida albicans, causante de la candidiasis, habita de forma natural en nuestro intestino sin causar mayor problema, sin embargo, en ocasiones crece de forma desmesurada y necesita de azúcares y carbohidratos refinados como alimento. La sensación termina siendo que puedes renunciar a cualquier plato de una comida menos al postre.

"Si las ganas de comer dulces son a todas horas y, además, se cumplen otros requisitos como dolores de cabeza, cambios de humor, rechazo a los olores fuertes, mucosidad y dolor en las articulaciones, posiblemente podemos pensar que este paciente tiene una candida intestinal”, explica la experta.

Sin embargo, si las ganas de dulce son solo por las tardes, la causa puede ser otra. "Tenemos un neurotransmisor que se llama serotonina, que es el que provoca la felicidad o el placer y que se secreta en un 80 por ciento en nuestro intestino y por la tarde. Es decir, cuando yo tengo una bajada de serotonina, nuestro intestino suele intentar compensarlo con azúcar".

Muy común entre la población adulta

Hay muchísima gente que está afectada por esta patología que, en ocasiones, va acompañada de diarreas y estreñimiento. Afecta, mayormente a las mujeres, sin embargo, también hay hombres que la desarrollan y que suelen tener como síntoma el picor anal. "Es gente que no se siente bien, pero no sabe muy bien qué es lo que le está pasando. Algunos lo describen, también, como con una sensación de borrachera o de resaca continua".

Si identificamos que tenemos una posible candidiasis intestinal, lo primero que debemos hacer es eliminar de nuestra vida todo aquello que lo alimente, es decir, todos los azúcares. “Ojo, porque que los lácteos también contienen un azúcar, que es la lactosa, y las frutas y las verduras contienen fructosa. Por lo que, para curar esta candidiasis, la dieta debe ser muy restrictiva y debe estar supervisada por un médico para que no tengamos carencias nutricionales", apunta la química.

Una vez que hemos eliminado estos alimentos, debemos empezar a incorporar prebióticos y probióticos específicos para erradicar el hongo y restaurar nuestro microbiota. "Hay que estar muy atentos para que esto no se vuelva a producir, una vez que ya hemos conseguido reparar ese intestino y reintroducido los alimentos, al mínimo síntoma se recurre a las cepas probióticos específicas", añade Quintas.

La tercera pata del tratamiento son los antifúngicos. La gran parte de ellos incorporan el ácido caprílico como componente mayoritario, un componente que se encuentra también de forma natural en el aceite de coco. Al principio, el tratamiento puede generar nauseas, mareos y dolor articular, no te asustes. Es parte del proceso. A esta reacción se la conoce como síndrome de Herxheimer y lo causa la destrucción progresiva de las células de cándida.