Después de una larga semana de trabajo, no hay nada mejor que disfrutar de un buen cóctel acompañado de los amigos. Esas noches de viernes, cuando el fin de semana ya asoma por el horizonte y el buen tiempo acompaña, son un momento ideal para relajarnos, ponernos al día con nuestras amistades y olvidarnos del estrés de la jornada laboral, pero en esta época de pandemia resulta muy complicado disfrutar de estos encuentros.

Las nuevas restricciones, el auge del trabajo y el miedo al contagio hacen que cada vez estemos más en casa y que nuestras reuniones sociales suelan realizarse vía zoom, skype u otras aplicaciones virtuales. No obstante, esto no significa que no podamos disfrutar de una buena bebida de vez en cuando. Al contrario, en el mundo de la coctelería existen varias mezclas muy sencillas que podemos preparar nosotros mismos en casa y que harán que, al menos momentáneamente, nos olvidemos de que no podemos bajar al bar con los colegas.

Una de ellas es el Gin Fizz, uno de los cócteles gin sours más antiguos y apreciados del mundo. Creada en Estados Unidos allá por 1887, esta mezcla alcanzó su máxima popularidad entre 1900 y 1940 y, desde entonces, ha seguido conquistando a todos los amantes de la ginebra. Perfecta tanto para el día como para la noche, su refrescante sabor y su fácil elaboración la convierten en una opción ideal para preparar en casa, aunque, eso sí, siempre con moderación.

Para elaborar la versión simplificada de esta mezcla, necesitaremos 60 ml de ginebra, 30 ml de zumo de limón o lima, una cucharada de azúcar o 15 mililitros de sirope de azúcar, agua con gas y, por supuesto, unos cubitos de hielo para darle ese toque fresco. En el Gin Fizz, el sabor de la ginebra es un gran protagonista, por lo que te recomendamos que no escatimes en gastos y utilices una de buena calidad, como la Tanqueray nº10 o la Gin Mare. Además, es preferible que a la hora de realizar cualquier tipo de sour utilices clara de huevo, ya que mejorará la textura de tu mezcla. En este caso, nos bastará con utilizar una única clara.

Una vez tengamos todos los ingredientes, es el momento de ponernos manos a la obra. Para elaborar el Gin Fizz, lo primero que tenemos que hacer es verter la ginebra, el zumo de lima o limón, el azúcar y la clara de huevo en nuestra coctelera, que en este primer paso no tendrá hielo para permitirnos conseguir la espuma deseada.

Después de preparar el vaso, llega el momento de agitar. En este momento es importante que dejes atrás el miedo y agites con brío. Cuanto más ritmo le pongas, mejor se mezclará la clara de huevo con el resto de los ingredientes y más espuma tendremos, así que déjate llevar.

Una vez hayamos mezclado estos ingredientes, toca el hielo. Como no podía ser de otra forma, con el hielo dentro del vaso tendremos que volver a agitar hasta que la bebida nos quede lo suficientemente fría. Hecho esto, pasaremos la mezcla por un colador para eliminar restos y la serviremos en un vaso alto, que deberemos rellenar con el agua con gas. Para finalizar, podrás decorar tu cóctel con una rodaja de limón, la cáscara de una naranja o una guinda para darle un toquecito.

Como puedes ver, elaborar un Gin Fizz es fácil y sencillo, así que anímate y saca tu lado barman. Si quieres innovar, también puedes probar con la variante Ramos Gin Fizz, una versión nacida en Nueva Orleans que añade nata líquida y agua de azahar a la mezcla. Su preparación es la misma que la del Gin Fizz original, pero nos obliga a agitar más y durante más tiempo. No obstante, su interesante labor la convierten en un cóctel ideal para disfrutar de las noches del viernes.