Tener 50 y salir con los colegas en bici el fin de semana es uno de los planes estrella del momento. No hay contacto, el riesgo de contagio es bajo, es al aire libre, saludable y una buena forma de socializar. El accidente de Fernando Alonso, atropellado mientras entrenaba en bicicleta por una carretera cerca de la localidad suiza de Lugano, donde vive, ha reabierto el debate de la seguridad de estos deportistas en la vía pública. El piloto de Fórmula 1 ha tenido que someterse a una cirugía maxilofacial tras la caída, de la que ya se recupera con éxito. De media, los adeptos al ciclismo hacen rutas de 47 kilómetros y suelen incluir tramos de camino, pero también de carretera, de acuerdo con Strava, una plataforma que une a los seguidores de esta disciplina. Pese a que, ahora mismo, el perfil tipo del ciclista es hombre de 41 años, las estadísticas muestran cómo cada vez son más los sénior que salen en bicicleta. Hablamos con Gema Pascual, seleccionadora nacional de Féminas de la RFEC, exolímpica y portavoz de la Real Federación Española de Ciclismo para que nos dé unos consejos para entrenar con seguridad y también, si somos conductores, para no poner en riesgo su seguridad.
Hay recomendaciones que parecen evidentes, pero los datos muestran que no siempre lo son. De los 36 ciclistas fallecidos en carreteras españolas en 2020, 13 no llevaban casco. Sin embargo, es uno de los elementos más importantes de la ecuación. Es más, a Fernando Alonso le ha salvado de perder la consciencia tras la caída. En España, es obligatorio en vías interurbanas y para que cumpla la normativa ha de ir abrochado y ajustado con la tensión correcta para que no se mueva. "Al final es lo que nos puede salvar la vida y debemos llevarlo bien colocado. La gente que no sale a bicicleta a diario no suele ajustárselo bien y no son conscientes del peligro que supone", explica Pascual.
La ropa es otro de los elementos más importantes. Pese a que la recomendación es que sea de un color llamativo, para hacernos más visibles mientras entrenamos, lo mínimo es que sea especializada, no sirve cualquier ropa deportiva. El culote, por ejemplo, nos protege a la hora de sentarnos en el sillín, y los guantes favorecerán la tracción, a la vez que evitarán los roces con el manillar. "Cuanto más visible sea, mucho mejor. El vehículo muchas veces no nos ve a simple vista y el llevar colores llamativos o líneas de visibilidad supone una buena ayuda”.
Otro de los elementos que nos fundamental son las luces. "Es un recurso más, no tiene que ser solo de noche, también de día a ser posible, todo lo que sirva para alertar a los conductores es una buena opción". Llevar una luz trasera roja con opción intermitente es clave para asegurar la seguridad del ciclista. A esta, se puede añadir una delantera blanca y de buena calidad con opción intermitente, para las salidas con poca luz, o una en el manillar que es especialmente recomendable cuando no conocemos bien la ruta.
Precisamente la elección de esta también es un factor de seguridad. Lo ideal es aprovechar las infraestructuras que la administración pública pone a nuestra disposición de forma especializada, como carriles bici o vías sin tráfico a motor. Sin embargo, como no siempre esto es posible, respetar los semáforos y las señales de tráfico evitará que te pongas tú en riesgo y también a los demás. Gestos como ponerse delante o detrás del compañero o compañera cuando se está hablando en paralelo para facilitar el adelantamiento de un coche y que respete la distancia de 1,5m, son una buena precaución. "Hubo unos años en los que se obligaba a circular de uno en uno, pero desde hace ya unos 15 se demostró que hacerlo en paralelo hace más visible a los deportistas y está permitido, esto los conductores no lo saben", recuerda.
Aunque no lo hemos comentado hasta el momento, antes de todo esto, debemos comprobar que la bici está en perfecto estado. "Por mucho que la hayamos usado el día anterior, hay que chequear que todo esté en su sitio para evitar cualquier incidencia. El riesgo no está solo en que te atropellen en marcha, sino también en caerte y que ocurra después", explica Pascual. La tornillería debe estar bien ajustada, también los cambios y los frenos. Es importante, además, comprobar que las ruedas están infladas con la tensión adecuada, que el sillín esté a la altura óptima y nunca está de más llevar un pequeño kit para repara pinchazos. En el mercado hay juegos de herramientas muy compactos y ligeros para llevarlas encima sin excusas.
Por último, también tenemos que hablar de la educación. "Hay un gran desconocimiento entre los ciclistas ocasionales. Somos considerados un vehículo en todos los aspectos. Debemos respetar la señalización y también los semáforos. No podemos circular por la acera, ni tampoco por un paso de peatones subidos en nuestra bicicleta. Pedimos que nos respeten, pero para eso también tenemos que hacerlo nosotros. Conocer las normas de circulación es básico antes de subirnos a pedalear", reconoce la profesional.
Si eres conductor lo primero que debes conocer son los derechos y obligaciones de los ciclistas (por que sí, como acabamos de comentar, los tienen), además de tener en cuenta ciertas recomendaciones para evitar situaciones de riesgo. Lo primero que tienes que meterte en la cabeza es que "tienen el mismo derecho que tú de circular por la vía pública". Solo las autopistas son de uso exclusivo de vehículos a motor, por lo que, en el resto, debes integrar la bicicleta como un elemento más y no como un estorbo. Sin embargo, al poder alcanzar una velocidad de circulación menor y dado el esfuerzo físico que representa, te pedimos, por favor, paciencia.
Elimina de la ecuación el claxon y no te estreses si, para adelantarlos, tienes que esperar uno o dos minutos para hacerlo de forma segura. Hazlo siempre respetando el metro y medio obligatorio. No hay que adelantar a otro vehículo en vías interurbanas de un carril en cada sentido cuando en ese momento viene un ciclista en sentido contrario, incluso si lo hace por el arcén. "Sin embargo, el conductor debe tener claro que, si es para adelantar a un ciclista y siempre y cuando no ponga en riesgo la seguridad de otros, se puede saltar la línea continua".
Si estás circulando tras ellos, recuerda que debes dejar, como mínimo, 10 metros si se va a 30 kilómetros por hora, aunque lo recomendable es llegar a los 25 si se está circulando a una velocidad de, al menos, 50 kilómetros por hora. No los atosigues, la presión puede provocar una mala pedalada que acabe con consecuencias trágicas.