¿Te ha tocado un pellizquito en la lotería y aún no sabes qué hacer con ese dinero? Tu ídolo de toda la vida ha sido Carlos Sainz y te encantaría poder conducir uno de los coches que él hizo campeón en el mundo de los Rallies? Tenemos la repuesta que querías oír a estas dos preguntas: el próximo 5 de febrero, en París, salen a subasta dos de los coches con los que Carlos Sainz, el Matador, ganó varios rallies en su ya amplia y exitosa trayectoria profesional.
En realidad no los vende él directamente. No han sido suyos nunca, salvo cuando tomaba curvas a ritmo endiablado al son que le marcaba su casi inseparable Luis Moya. Una vez que acaba la temporada el equipo de rallies suele deshacerse de las unidades de competición y suelen pasar por un periplo incierto en el que cambian de manos con cierta facilidad, eso si no van directamente al garaje de algún coleccionista que lo guarda bajo siete llaves y prácticamente nunca más ven la luz.
El primero de ellos es el famoso e icónico R5 Maxi Turbo de 350 CV con el que corrió el Campeonato de España de 1986. En aquellos primeros pasos del madrileño por el proceloso universo de las carreras de coches, tuvo la suerte de ganarse un puesto en el equipo oficial de Renault España de rallies. Dentro del conocido Grupo B, de sólo dos ruedas motrices y sobre la base del R5 Turbo “Tour de Corse”, éste “culo gordo” fue uno de los 20 que se fabricaron, el mínimo para homologar una unidad de carreras.
La casa de subastas parisina Artcurial lo saca a subasta el próximo 5 de febrero, y los vendedores calculan que el precio final rondará el medio millón de euros. De los 20 originales en realidad sólo 10 vieron la luz, pues el resto fue desmontado y quedó para piezas y recambios, lo cual hace a esta unidad bastante exclusiva.
Carlos Sainz se quedó a las puertas del título en 1986 pese a ganar 6 de las 11 pruebas del Nacional. Los abandonos en el resto y la regularidad de Salvador Serviá, que ganó siempre que Sainz no completó la prueba, le privaron del título. Esta unidad fue vendida en su día a Guillermo Barreras, que tras competir con él en RallyCross lo vendió al Museo francés de Lohéac, que se encargó de restaurarlo.
Si asociamos Carlos Sainz a Toyota, directamente nos sale la frase “Trata de arrancarlo”. Efectivamente, fue con un Toyota Corolla, y a falta de 300 metros de la última prueba del Mundial, donde Carlos Sainz y Luis Moya se dejaron el que era su tercer título del mundo.
A pesar de la anécdota, el piloto español, triple vencedor del Dakar, cosechó varias victorias en el Mundial con Toyota, y dos de ellas, Montecarlo y Nueva Zelanda en 1998, las logró con el coche que también sale a subasta en París el próximo 5 de febrero. Pocas unidades de carreras en aquélla época llegaban a ganar dos pruebas del Mundial, pues entonces los tramos eran duros y exigentes y se estrenaba chasis con más facilidad que ahora.
Al final de la temporada el Corolla WRC pasó a manos de un equipo privado para seguir competiendo. Su periplo está documentado y pasó por otro piloto de renombre, Freddy Loix, y posteriormente compitió en Suecia, Bélgica y Dinamarca. Su último propietario se hizo con él hace 5 años y mandó restaurarlo (en Arts&Revs) para que fuese exacto al original. El precio de salida es de 300.000 euros, aunque se espera que haya bastantes interesados en la puja.
El año pasado, sin ir más lejos, el flamante Ford Focus WRC de 2002 que pertenecía a la colección privada del Príncipe de Mónaco salió a la venta por 250.000 euros. Con el chasis Y6 FMC, este coche subió al podio de Montecarlo en 2002 con Carlos Sainz al volante.
Ese año acabó tercero del Mundial y su victoria en Argentina fue con una unidad de Ford Focus WRC distinta, pues ésta la pilotó entonces Markko Martin. Al año siguiente Jari-Matti Latvala se hizo cargo del coche, aunque completaría el Mundial sin demasiado éxito.