Cuando no encuentras algo en casa sabes que probablemente esté en el coche. Para muchos, el coche se ha convertido en un lugar en el que poco a poco se van acumulando cosas y objetos que utilizamos en nuestro día a día. Sin embargo, hay que tener cuidado, porque determinados objetos, si se juntan con temperaturas externas extremas, pueden ser un peligro para ti y para el vehículo como, por ejemplo, unas simples gafas que dejas en el interior del coche mientras haces unas gestiones.
No solo eso. Dejar objetos sueltos por el coche puede ser objeto de sanción, hasta 80 euros. Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) apuntan a que es un peligro dejar objetivos en el interior que estén sueltos, ya que con un simple frenazo o un accidente estos pueden desplazarse e impactar fuertemente contra el conductor o el resto de los pasajeros.
Ahora que llega el verano el peligro se incrementa, ya que algunos objetos pueden tener efectos adversos ante las altas temperaturas que se concentran en el interior del habitáculo. Tan solo hay que recordar cuando te subes al coche tras un día de playa y es prácticamente imposible cerrar la puerta del coche, ya que en su interior pueden llegar a concentrarse temperaturas de hasta 60 grados. Por eso mismo es tan peligroso no dejar dentro a niños, mayores o mascotas durante demasiado tiempo.
Cuando hablamos de objetos, puede ser hasta el más simple, como tus gafas de vista. Estas pueden crear un efecto lupa que puede ser de gran peligro. El Servicio contra Incendios y de Rescate del condado de Nottinghamshire, en Reino Unido, ha advertido de ello en las últimas semanas debido a las altas temperaturas que se han registrado.
Para ello, han difundido el estado en el que quedó un coche tras haberse incendiado por unas gafas que quedaron encima del salpicadero. Se provocó un efecto lupa por el calor que hizo que el material de plástico ardiese. El incendio se expandió por la zona delantera hasta el volante, incluso hasta el cristal del parabrisas, que también quedó chamuscado.
El efecto lupa se produce a través del vidrio, que hace de embudo solar para que, en contacto con material inflamable, pueda iniciarse un fuego. De ahí que haya que tener cuidado con las gafas o con las botellas de agua, que junto a altas temperaturas, pueden iniciar un incendio.