Abrochar los cinturones traseros del coche aunque no viaje nadie allí puede salvar vidas
El tener los cinturones de seguridad traseros ayudará a evitar que el equipaje del maletero se proyecte al interior del vehículo
En caso de frenazo brusco o impacto, los objetos que van el maletero podrían golpear el respaldo de la banqueta trasera
La multa por velocidad más alta del mundo: el infractor podría librarse pese a triplicar el límite máximo permitido
Llevar anclado correctamente el cinturón de seguridad es algo que no se nos puede olvidar y es que tiene una multa de 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carné de conducir. Ahora bien, existe una recomendación que, por el momento, no tiene multa pero que nos ayudará en caso de necesidad.
La función de los cinturones de seguridad pasa por minimizar los daños que puedan sufrir los ocupantes en caso de accidente. Tal y como ha asegurado la Dirección General de Tráfico en numerosas ocasiones, el beneficio del cinturón de seguridad es doble porque "protege a quienes sujeta de salir despedido del vehículo y/o impactar contra las partes duras del habitáculo. También protege al resto de ocupantes del posible impacto contra aquel a quien retiene"; esto es lo que la DGT denomina efecto elefante y que hace que un objeto/persona suelta en el interior del vehículo llegue a pesar toneladas en caso de impacto.
MÁS
Los cinturones de seguridad correctamente ajustados y abrochados pueden ayudar a prevenir lesiones graves y salvar vidas. Sin embargo, las autoridades viales recomiendan que los cinturones de seguridad traseros vayan abrochados si hay equipaje, aunque no viaje nadie en el asiento de atrás. Esto por seguridad, ya que puede salir expulsado hacia el conductor y golpearlo o romper alguna ventana y ocasionar accidentes en caso de una frenada.
Efecto elefante
¿Y si te dijéramos que todo conductor podría ser aplastado por la fuerza de un elefante en el momento de tener un accidente cuando el pasajero del asiento trasero no está usando el cinturón de seguridad? Difícil de creer, ¿verdad? Sin embargo, nada más lejos de la realidad, más de una cuarta parte de los accidentes de tráfico que resultan mortales es debido a la indecencia de no llevar puesto el cinturón de seguridad, siendo a estas alturas una prioridad en la agenda de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Pero no abrocharse el cinturón no solo es peligroso para el individuo en cuestión. Ya sea el conductor u otros pasajeros que hayan hecho lo correcto y se hayan puesto el cinturón de seguridad, estos podrían sufrir lesiones o incluso morir si otras personas no cumplen con los requisitos legales de seguridad. En algunos incidentes de gravedad, los pasajeros posteriores han impactado y aplastado los asientos delanteros del vehículo porque no llevaban puesto el cinturón –o no como debiesen–. Esto es lo que llamamos el “efecto elefante”.
En un choque a 60 km/h, un pasajero del asiento trasero sin sujeción golpeará los asientos delanteros con una fuerza de alrededor de 30 veces su propio peso corporal, que podría ser de hasta tres toneladas, similar a la de un pequeño elefante. Por ejemplo, un ocupante de 75 kilos de masa impactaría contra el asiento delantero con una fuerza de 4,2 toneladas en caso de una fuerte deceleración, algo que ya se asemeja a un elefante adulto; un niño sin su sistema de retención anclado saldría despedido con una fuerza superior a las 2 Tm.
Por ello, los expertos en seguridad vial recomiendan abrochar los cinturones de seguridad de los asientos traseros, aunque se viaje solo y más, cuando se viaja con el maletero lleno de equipaje, compra, etc. Si en el momento del impacto los cinturones de seguridad traseros están abrochados, aunque no viaje nadie atrás, ayudarán a retener ese impacto y minimizarán el riesgo de que la carga pueda acceder al habitáculo.