El truco de la Guardia Civil para reducir los ángulos muertos del retrovisor

Uno de los grandes peligros a los que podemos llegar a enfrentarnos en la carretera son los ángulos muertos, esos puntos ciegos en los que perdemos la visión o referencia con los vehículos y personas que nos rodean y que aumentan el riesgo de que suframos un aparatoso accidente.

Según señalan desde la propia DGT, "la mayoría de las situaciones de riesgo que se producen en relación con un vehículo comercial o pesado se derivan de la imposibilidad de visión de los conductores sobre su entorno inmediato”, y suelen involucrar a los usuarios urbanos vulnerables. Es decir: motoristas, ciclistas, peatones y conductores de conducción personal. No obstante, en la carretera y situaciones de adelantamientos peligrosos, estos ángulos muertos son también un peligro para los propios conductores. Y no es de extrañar, considerando que el 90% de la información que recibimos cuando estamos al volante procede de nuestra vista.

A pesar de que los espejos retrovisores, tanto interiores como exteriores, nos permiten aumentar nuestra visibilidad en la carretera, es muy común que, mientras conducimos, se produzcan algunos puntos ciegos. El motivo está en la geometría, ni más ni menos. Tal y como explican desde el RACE (Real Automóvil Club de España), “el campo de visión que aportan los espejos retrovisores queda delimitado por la línea recta que sale de tus ojos, se refleja en cada uno de los bordes del espejo y se extiende hacia atrás”, lo que implica que todo aquello que quede fuera de esta zona se “vuelve invisible para conductor”.

¿Cómo eliminar los ángulos muertos?

Con el objetivo de aumentar la seguridad en carretera y prevenir las situaciones de riesgo derivadas de los puntos ciegos, el pasado mes de noviembre la Guardia Civil compartió una imagen informativa en su perfil oficial de Twitter en la que nos muestra cómo debemos ajustar los retrovisores.

En esta publicación, la Guardia Civil reitera la importancia de que los tres espejos retrovisores (los dos laterales y el horizontal) aporten información de manera conjunta. Además, recuerdan que siempre que siempre que un vehículo desaparezca del retrovisor central, deberá aparecer inmediatamente en uno de los laterales y que no debemos ver nuestro propio vehículo.

Para ejemplificar cómo debemos colocar los retrovisores, en la imagen se nos muestran cuatro vehículos, de los que se toma el azul como referencia para saber cómo proceder.

Así, si queremos eliminar los ángulos muertos en los retrovisores laterales, debemos hacerlo de tal forma que no veamos nuestro propio vehículo, tal y como se muestra en la figura 1, en la que solo aparece el coche rojo. Por el contrario, si lo ajustamos como de costumbre, tal y como se muestra en la figura 2, en la que aparecen tanto el coche amarillo como el azul, veremos también parte de nuestro vehículo, lo que implica que se traduce en una pérdida de visibilidad y en un aumento en el riesgo de sufrir un accidente.

En el caso del retrovisor central, la Guardia Civil vuelve a insistir en que siempre que un vehículo salga de este retrovisor debe aparecer inmediatamente en uno de los laterales, tal y como se ejemplifica en las figuras 3 y 4. Finalmente, en la figura 5 muestran un ajuste tradicional, en el que tanto el retrovisor central como el lateral muestran la misma parte de un vehículo (en este caso, el amarillo) y recuerdan que, en este caso, los retrovisores estarían mal regulados.

Aparte de seguir estas instrucciones, para reducir el riesgo de sufrir un accidente por los ángulos muertos es imprescindible que utilicemos los intermitentes siempre que vayamos a hacer una maniobra, ya que de esta forma podemos alertar sobre lo que vamos a hacer al resto de conductores o peatones.

Además, desde el RACE recomiendan adelantar el cuerpo a la hora de mirar por el retrovisor o girar ligeramente la cabeza para asegurarnos de que no hay ningún vehículo circulando en paralelo y que se puede realizar el giro con seguridad.