El número de radares de las carreteras españolas seguirá aumentando este año. En este 2022, la DGT (Dirección General de Tráfico) planea instalar, al menos, 26 dispositivos por todo el territorio español para mejorar la seguridad vial de nuestras carreteras y controlar la velocidad de los conductores.
Actualmente, se calcula que en España hay más de 2.500 radares repartidos por nuestras calles y carreteras, una cifra que nos sitúa como el noveno país europeo con más cinemómetros instalados por cada 1.000 kilómetros cuadrados, por delante de países como los Países Bajos, Austria o Alemania.
Si atendemos al número de muertes en carretera, España es, según los datos de 2020 de la Comisión Europea y recogidos por la DGT, el cuarto país con menor tasa de mortalidad por accidente de tráfico. De acuerdo a estas estimaciones, en 2020, el año marcado por el inicio de la pandemia del coronavirus y el confinamiento nacional, hubo en nuestro país 29 fallecidos por cada millón de habitantes, una cifra que, pese a todo, resulta escalofriante.
El exceso de velocidad suele ser la principal causa de estos accidentes mortales, junto a una conducción distraída y el consumo de alcohol. Según los datos de 2019, los últimos consolidados, la velocidad estuvo presente en el 23% de los accidentes mortales que se produjeron en nuestras carreteras, lo que se traduce en que más de 300 personas perdieron la vida en siniestros en los que el exceso de velocidad estuvo presente.
Para combatir este peligroso problema, los radares de velocidad son una herramienta clave. Por eso, cada año se van aumentando el número de dispositivos que hay en las carreteras y calles. De cara al futuro, el objetivo es seguir aumentando este despliegue, que cada vez se irá haciendo más sofisticado.
Este incremento no vendrá solo de la mano de la DGT, sino también de otros organismos de tráfico españoles, como el Servei Català de Trànsit, el servicio catalán que asume las competencias de tráfico. En Barcelona, una de las provincias que entran bajo la jurisprudencia de este organismo, está previsto que se activen hasta cuarenta radares, con los que no solo se pretende controlar la velocidad de los conductores y reducir los accidentes en carretera, sino también rebajar los desplazamientos en este tipo de transporte y, consecuentemente, su contaminación medioambiental.
La provincia catalana es, de hecho, la provincia con más radares de toda España, con más de cien cinemómetros instalados. En concreto, actualmente en la provincia se pueden contar hasta 115, una cifra que, como hemos visto, crecerá a lo largo de este 2022.
Las cifras de Barcelona superan con creces a las de Madrid, la segunda provincia con más radares del país. En la capital hay 74, menos de la mitad que en la provincia catalana.
Tras ellos, se encuentran Sevilla, con 64 radares, Valencia, con 63, y Alicante, con 61, unas cifras que coinciden con su alto número de habitantes. A Coruña, con más de un millón de ciudadanos, ocupa el sexto puesto, con 58 cinemómetros, pero más sorprendente es el caso de Palencia, que con tan solo 156.000 habitantes se encuentra en séptimo lugar con 57 dispositivos. Tras ellas se encuentran Baleares, Lugo y León, que acumulan 56.
En el extremo opuesto, es decir, entre las provincias con menor número de radares instalados, se encuentran Álava, que tan solo tiene 17, Guipúzcoa, con 28, y Navarra, con 35, uno menos que Zamora y Vizcaya, que acumulan 36.