"La holandesa", la práctica vial que recomienda la Guardia Civil para evitar colisiones y más de un susto
La holandesa es una técnica que proviene en los Países Bajos y que puede ayudarnos a evitar colisiones y accidentes
Para disminuir los accidentes en los núcleos urbanos, la DGT ha aprobado una reforma de los límites de velocidad que entrará en vigor el próximo mes de mayo
A pesar de que las restricciones para frenar el coronavirus han reducido nuestra libertad de movimientos, con el consecuente descenso en el número de accidentes de tráfico, la carretera sigue siendo un lugar en el que cualquier precaución es poca, incluso cuando ya hemos aparcado nuestro vehículo.
Uno de los accidentes que más se repite en el centro urbano ocurre cuando ya estamos estacionados y abrimos la puerta. A pesar de que, por norma general, nos fijamos en el retrovisor para asegurarse de que no venga nadie por detrás, a veces, ya sea por las prisas, el cansancio o un mero despiste, podemos llegar a abrir las puertas sin prestar atención a la calzada, lo que puede causar incómodos percances con otros automovilistas, motoristas y ciclistas.
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Para combatir este problema, la Guardia Civil ha recomendado en sus redes sociales una sencilla práctica vial que puede ahorrarnos más de un susto: la holandesa.
¿Qué es la holandesa?
Tal y como su propio nombre indica, la holandesa es un método que proviene de Holanda, donde la bicicleta se ha convertido en el método de transporte predilecto entre sus ciudadanos. Esta técnica consiste simplemente en abrir la puerta de nuestro coche con la mano más alejada al manillar.
En el caso del piloto, esto implica abrirla con la derecha; en el del copiloto, con la izquierda. De este modo, nos obligamos a nosotros mismos a mirar hacia atrás, ganando visión por encima de nuestro hombro para averiguar si algún vehículo se aproxima y evitando movimientos bruscos que pueden acabar en una colisión.
Acostumbrarnos a abrir las puertas de este método puede ayudarnos a impedir no solo colisiones con otro vehículos, sino también ser arrollados por otro automóvil cuando salgamos de nuestro coche.
Por ello, se recomienda especialmente que también lo apliquen los pasajeros de las plazas traseras, ya que no cuentan con espejos o retrovisores con los que puedan controlar el estado de la carretera.
La recomendación de la Guardia Civil
En los Países Bajos, la holandesa no es solo un consejo, sino una práctica que suele enseñarse en las autoescuelas y que han interiorizado la mayoría de los conductores para reducir los riesgos de sufrir un accidente en la calzada.
Aquí, la Guardia Civil ha compartido en sus perfiles oficiales un video en el que recomienda que utilicemos este método para, tal y como ellos mismos señalan, evitar “golpes con ciclistas, motoristas u otros usuarios”.
La holandesa es una práctica muy fácil de realizar que puede ayudarnos a reducir los accidentes en el centro urbano, pero para mejorar la seguridad en las carreteras de las ciudades no basta con abrir la puerta con una u otra mano.
La DGT lo sabe y, por ello, ha elaborado un importante cambio que reduce los límites de velocidad en estos núcleos urbanos. Aprobada el pasado 20 de noviembre, esta reforma tiene el objetivo de reducir la mortalidad y afectara a todos los centros urbanos de nuestra geografía.
En ella, se recoge que en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera el límite de velocidad será de 20 km/h, mientras que en las vías de un único carril por sentido de circulación se situará en 30 km/h. Por su parte, en las vías de dos o más carriles por sentido de circulación el límite se mantendrá en los 50 km/h.
La reforma entrará en vigor el próximo 11 de mayo. Según la DGT, estas modificaciones pueden ayudar a disminuir hasta cinco veces el riesgo de fallecer por un atropello, por lo que esperan que la siniestralidad en las ciudades, donde solo en 2019 fallecieron 519 personas, descienda.