La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene muchas maneras de controlar la velocidad de nuestros vehículos y multarnos si superamos el límite permitido. A los habituales radares fijos, se han sumado en los últimos años los móviles situados en coches, camuflados o no, helicópteros y, recientemente, estos radares pueden estar situados en motos, camiones, furgonetas e incluso drones.
Sin embargo, la DGT ha decidido potenciar un sistema de detección que, hasta ahora, no había utilizado mucho. Son los radares de tramo. Su funcionamiento es muy sencillo: constan de, al menos, dos cámaras de visión artificial sincronizadas. Situadas en ambos extremos de un tramo de carretera, calculan la velocidad media de cada vehículo en dicho tramo e informan a la central –el Centro de De Tratamiento de Denuncias Automatizadas de la DGT en León- de los que superan el límite de velocidad establecido para su posterior sanción. Las cámaras son infrarrojas, pudiendo controlar las matrículas tanto de día como de noche.
Discretos y sin tanta notoriedad mediática, la DGT tiene ahora mismo 80 tramos activos de control de velocidad -84, si hacemos caso a las cifras de la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA)-. Además de la velocidad, parece ser que una de sus principales funciones es cazar conductas temerarias al volante. Sin embargo, en las altas instancias se han dado cuenta de que es la mejor forma de controlar la velocidad, ya que muchos conductores ya están acostumbrados a frenar justo antes del radar fijo y de nuevo aumentar la marcha a continuación por encima de lo permitido.
El hecho de controlar la velocidad no sólo en un punto determinado, sino en un tramo que puede ir de un par de kilómetros a varias decenas, asegura que, durante más tiempo, los conductores circulan por debajo del límite establecido si no quieren ser multados.
Es por ello que el Gobierno ya ha confirmado a la Comisión de Seguridad Vial del Congreso que se van a poner en marcha a lo largo de este 2021 45 nuevos radares de tramo. Con ellos se llega a establecer un nuevo récord en la red de radares española, ya que el número total estará por encima de los 1.400 cinemómetros. Según fuentes de la DGT, actualmente existen 1.392 radares en las carreteras españolas, 764 fijos, 548 móviles y 80 de tramo.
Por el momento no se han publicado datos de cuándo ni dónde se van a colocar estos nuevos radares de tramo aunque, por lógica, debería ser en puntos donde se registra mayor siniestralidad vial, que a día de hoy siguen siendo las carreteras secundarias. En cualquier caso, la DGT también ha comunicado, textualmente, que aún faltan “meses” para que estos 45 nuevos radares de tramo estén operativos. No es descartable que, a final de año, muchos de ellos aún no estén en funcionamiento. De la misma manera, hasta ahora, los túneles son los lugares preferidos por la DGT para instalar estos dispositivos y controlar la velocidad en los mismos.
Tampoco se conoce si los nuevos radares de tramo contarán con la misma tecnología de los ya existentes. El tema es que se han recibido miles de recursos por parte de conductores que niegan la infracción. Después de varios estudios se sabe que estos radares podrían no tener en cuenta los márgenes de error legalmente establecidos a la hora de calcular la velocidad media y la falta de capacidad de los radares para discriminar al infractor cuando se rueda en paralelo.