Las rotondas holandesas llegan a España: ¿qué son y cómo hay que circular por ellas?
Las rotondas holandesas son originarias de Países Bajos e incluyen un carril para bicicletas
En España aún hay pocas y pretenden que mejorar la circulación entre ciclistas y el resto de conductores
Te explicamos su finalidad y cómo funcionan
Si las rotondas ya generan unas cuantas polémicas y trifulcas cada día, solo falta que ahora llegue un nuevo tipo de glorieta, las bautizadas como rotondas holandesas. Aún no son muy conocidas en España, solo ha llegado a contadas ciudades de nuestro territorio, pero en otros países, como Bélgica, Reino Unido o Países Bajos son mucho más comunes principalmente por su tradición ciclista, su población se mueve mucho en bicicleta y este tipo de glorietas permiten un tráfico óptimo entre los ciclistas y el resto de vehículos. ¿Cómo funcionan?
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Así funcionan las rotondas holandesas
Para tu tranquilidad, o no, las rotondas holandesas funcionan igual que cualquiera por la que hayas circulado con anterioridad, pero cuenta con una característica única. Este tipo de glorietas cuentan con un carril específico para las bicicletas, normalmente de otro color diferente para destacarlo a ojos de otros usuarios de la vía, que tiene prioridad sobre el resto de los vehículos en circulación.
En las rotondas holandesas, cuando un coche o moto entra o sale de una glorieta, los conductores deben prestar también atención a si deben ceder el paso a una bicicleta que en ese instante esté circulando alrededor del carril destinado para ello. Cuando un ciclista circula por una ciudad el principal riesgo de accidente se concentra en las rotondas y justo la función de estas glorietas es evitar y reducir el número de siniestros en ellas donde se vean involucrados ciclistas.
Mayor seguridad para peatones y ciclistas
No obstante, en los alrededores de las rotondas holandesas también hay pasos de peatones y en este caso son ellos los que tienen la prioridad sobre cualquier vehículo, también las bicicletas, que tendrán que ceder el paso a las personas que crucen como el resto de los coches, motos o autobuses.
En España son prácticamente inexistentes, hay una en Sevilla, en Bilbao otra en Tarrasa y en verano Logroño incluía una en la ciudad con el fin de "hacer más seguro el tráfico rodado, peatonal y ciclista", exponía el Ayuntamiento en sus redes sociales durante las obras del eje ciclista de la glorieta.
Además, al ofrecer mayor seguridad tanto a los peatones como a los ciclistas, las rotondas holandesas no solo pretenden una mejor convivencia con los conductores, también impulsar una movilidad más sostenible en las ciudades.
¿Y si no hay?
¿Qué ocurre cuando no hay una rotonda holandesa o carril bici? En ese caso las bicicletas se tratan como a cualquier otro vehículo, tanto cuando van en solitario como si van en pelotón, respetando cuando tienen la prioridad. Igualmente, el Reglamento explica que cuando se un grupo el que circula se trata a todo como a un único vehículo, así que por ejemplo cuando uno entra en la rotonda, hay que esperar a que el resto entre en la glorieta.