Ola de calor: el truco para enfriar el coche sin aire acondicionado
Cuando hace mucho calor, es imprescindible conducir con un sistema de climatización que baje la temperatura en torno a los 20 grados
La advirtió la DGT que a partir de 35 grados equivale a conducir con una tasa de alcoholemia de 0,5 mg
En tan solo un minuto este truco japonés consigue bajar la temperatura del coche sin poner el aire acondicionado
Está claro que recurrir al aire acondicionado es lo más rápido y cómodo; pero puede suceder que no funcione, sobre todo si has olvidado cargar el aire acondicionado o que seas contrario a su uso. Sea cual sea tu caso, nunca está de más saber que hay maneras de enfriar el interior de un coche que ha estado 'durmiendo' a pleno sol sin necesidad de poner el aire frío 'a toda pastilla'.
Las altas temperaturas que se están alcanzando prácticamente en todas las provincias españolas obligan a activar la climatización del vehículo para conducir, no solo con mayor confort, sino también con mayor seguridad. Pero, de esta forma, el consumo también aumenta. Sin embargo, existe una técnica que usan en Japón para enfriar el coche sin usar el aire acondicionado es, cuanto menos, curiosa.
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Cómo enfriar el coche a la japonesa paso a paso
Aunque la nueva estrategia japonesa para enfriar el coche puede parecer sencilla, es importante que la llevemos a cabo punto por punto para no correr el riesgo de cometer alguna incorrección y no conseguir enfriar la cabina del coche.
- Abre la puerta e introdúcete en el coche
- Baja las ventanillas completamente
- Abre y cierra la puerta con determinación seis veces
- Si no funciona, repite el proceso
Otros seis trucos para enfriar el coche
- Baja las ventanillas antes de encender el aire
Aunque, a priori, te pueda parecer que de esta manera entrará más calor en el habitáculo, en realidad el efecto que se consigue es el contrario. Si bajas las ventanillas reducirás algo la temperatura y así no tendrás que poner el climatizador a tope de potencia (lo que supone un deterioro para el sistema).
- Tinta las lunas
Las lunas tintadas no sólo dan un toque especial al coche además ayudan a que no entre tanto calor. Las láminas que se utilizan en el tintado bloquean más del 99% de los rayos UV; incluso las hay que repelen hasta un 70% del calor.
- Aparcar en el lugar adecuado
Es el truco más evidente de todos. Si tu coche se encuentra en un garaje o en un lugar con sombra la temperatura interior no aumentará tanto como si lo aparcas a pleno sol. Procura buscar sitios en los que estacionar en estas condiciones para poder garantizarte un poco más de confort en el interior del habitáculo. También puedes ayudarte usando parasoles o cortinas que hagan que los rayos solares no entren en el interior.
- Colocar trapos húmedos
El agua hace que la temperatura del aire disminuya, por ello una buena opción para conseguir que el aire de tu coche salga un poco más fresco es colocar trapos o toallas húmedas justo en las rejillas de salida. Con esto conseguirás que el aire se enfríe rápido y por consiguiente lo haga también el habitáculo. Este truco es mejor utilizarlo cuando viajas con alguien, de esta forma él podrá encargarse de humedecerlos cuando sea necesario.
- Usar hielo
El hielo ayuda a bajar la temperatura, así que para conseguirlo deberás utilizar bolsas de hielo impermeables y colocarlas en el suelo del coche. Con ellas conseguirás bajar un poco la temperatura del habitáculo durante un tiempo, sobre todo si se trata de trayectos cortos.
- El parasol no hace milagros, pero ayuda
Por otra parte, es habitual utilizar un parasol que cubra las lunas en un intento de atenuar la subida de temperatura en el interior del vehículo, o incluso cubrir los asientos con telas que absorban el calor para retirarlas justo antes de subir al coche, persiguiendo el mismo fin.
El parasol es un elemento muy útil, y a veces indispensable, para evitar poder iniciar la marcha sin quemarnos las manos por contacto con el volante tras haber estado el coche unas cuantas horas al sol. No obstante, este elemento no puede evitar que el calor se transfiera por contacto desde el techo hasta el resto del habitáculo, e incluso por convección hacia el aire del interior.