Con casi 40 ºC a la sombra, solo la idea de meterse en nuestro vehículo nos hace sudar y más si está aparcado a pleno sol. Desde Uppers vamos a recordar cómo usar el aire acondicionado del coche de forma correcta para que la temperatura del habitáculo empiece a ser lo más confortable posible cuanto antes. Sobre todo, es importante saber cómo se debe orientar la salida del aire acondicionado de las toberas interiores para que la eficiencia del sistema sea máxima y se consiga enfriar el espacio rápidamente.
El primer truco es bajar todas las ventanillas incluyendo la apertura del portón trasero si se comunica con el habitáculo. Además, lo más probable es que dentro del coche haga mucho más calor que en la calle. Esta simple acción permite que el aire caliente que se ha acumulado en exceso en el interior salga de modo que al aparato de aire acondicionado le sea menos costoso alcanzar la temperatura deseada. Gracias a esa corriente forzada se logra bajar unos grados la temperatura. También, conviene arrancar el vehículo y circular unos cuantos minutos con las ventanillas bajadas de modo que la aireación del interior sea mayor.
Hay otro truco para reducir esa temperatura del habitáculo. Consiste en bajar solo la ventanilla del copiloto y realizar la apertura y el cierre de la puerta del piloto unas cinco o seis veces lo más rápidamente posible. Con esta acción se fuerza una corriente de aire que expulsa fuera el calor. Después se tienen que bajar todas las ventanillas, iniciar la marcha y encender el aire acondicionado. En poco tiempo ese aire frío y deseado comenzará a expandirse por todo el interior.
La Dirección General de Tráfico tiene una recomendación en cuanto a la temperatura a la que se debe circular. Según sus indicaciones el termostato debe oscilar entre los 21 y los 23 ºC, aunque si es a esta última se consumirá menos energía. En este caso, el consejo no solo se basa en cómo lograr una conducción confortable y cómoda, sino que está demostrado que circular con una temperatura interior de más de 30 ºC aumenta en un 20% el riesgo de sufrir un accidente. Es más, según los datos de la DGT, con 35 ºC las reacciones de un conductor son un 20% más lentas que a 25 ºC. El efecto del exceso de calor es similar a conducir bajo una tasa de alcoholemia de 0,5 gramos por litro en sangre.
En cuanto a la posición de las salidas del aire acondicionado, las indicaciones se basan en un principio físico básico: el aire frío es más denso que el caliente de modo que siempre va a descender. De este modo, lo oportuno es que todas las toberas se orienten hacia arriba. El aire frío va a inundar la parte superior del habitáculo y enseguida se va a distribuir por la totalidad del espacio. Además, llegará antes a las plazas traseras en caso de que estas no cuenten con rejillas de salida de aireación. Otra opción es orientar esas salidas hacia la parte superior de las ventanas para crear una “cortina” que amortigüe la entrada del calor del sol a través de ellas.
Lo normal es que el conductor y el copiloto se orienten las toberas hacia ellos por el agobio que genera entrar en el vehículo con unas temperaturas tan altas, pero es un error que impide alcanzar antes un clima confortable en todo el habitáculo. Incluso ese choque térmico en la cara y en el dorso podría provocar problemas, entre otros.
Los expertos además recomiendan ahorrarles tanto esfuerzo extra a los aparatos de aire acondicionado: según su experiencia primero debe programarse unos minutos en modo ventilación y después activarlo a una temperatura media para ir bajándola poco a poco hasta los 23 ºC.