Cómo usar correctamente las luces del coche en invierno

Para mantener la seguridad en la carretera no basta con llevar el cinturón de seguridad y respetar las señales de tráfico y los límites de velocidad, y mucho menos en los meses de invierno. En esta época del año en la que los días son más cortos, el viento arrecia y las tormentas se repiten, es imprescindible que utilicemos correctamente las luces de nuestro vehículo para poder ver por dónde circulamos y que otros conductores y peatones nos puedan identificar, sobre todo cuando circulamos por la noche, durante una tormenta o por zonas en las que, de normal, ya hay poca iluminación.

A pesar de la importancia que tienen las luces para mantener la seguridad vial, son muchos los conductores que no las utilizan correctamente o que las tienen en mal estado. De hecho, según los datos oficiales publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y analizados por la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), el sistema de alumbrado y señalización es el que más segmento en el que más defectos graves se detectan en las inspecciones de la ITV, acumulando el 26% de los fallos graves detectados en 2021. 

Circular con unas luces con un funcionamiento anormal o hacer un mal uso de ellas no solo afecta a la seguridad en la carretera, sino que está sancionado con multas que oscilan entre los 80 y los 200 euros. Para evitar estos problemas, los conductores no solo deben asegurarse de que el sistema de alumbrado de su vehículo funciona correctamente, sino que también tienen que cerciorarse de que saben cómo utilizarlo correctamente. Y para ello, es imprescindible que conozcan los tipos de luces que incorporan los automóviles y cuál es su función. 

La manera correcta de usar las luces del coche

En el sistema de alumbrado de los automóviles, podemos distinguir dos grandes conjuntos de luces: las que se usan para ver y las que se usan para ser vistos. Y dentro de cada uno de estos grupos, podemos encontrar tres tipos de luces distintas.

Si hablamos de las luces que se utilizan para ver, nos encontramos con las luces cortas, las largas y las antiniebla delanteras. Las luces cortas, también conocidas como luces de cruce, son las que solemos utilizar con más frecuencia. Se emplean, concretamente, de noche en todas las vías y de día en las zonas afectadas por la niebla, la lluvia excesiva, la nieve o las nubes de humo o polvo, así como al entrar en los túneles, los carriles reversibles, los adicionales y los que se hayan habilitado para conducir por sentido contrario. 

Las luces largas, conocidas también como luces de carretera, solo pueden emplearse de noche y, más específicamente, en las vías en las que la iluminación sea insuficiente y las matrículas y los vehículos pesados no puedan verse a 10 y 50 metros, respectivamente. Estas luces no se deben emplear cuando haya lluvia o niebla y deben cambiarse a las cortas siempre que se corra el riesgo de deslumbrar a otros conductores.

Las luces antiniebla delanteras, por su parte, son luces que sirven como refuerzo cuando la visibilidad de la carretera es insuficiente aún utilizando los otros alumbrados, ya sea por culpa de una lluvia intensa, una niebla o nevada densa o unas nubes de humo o polvo intensas.

Si hablamos de luces que se utilizan para ser vistos, podemos distinguir entre las luces de antiniebla traseras, las luces de marcha atrás y las luces de posición. 

Las luces de antiniebla traseras se utilizan en casos muy específicos, ya que su uso puede deslumbrar a los conductores que circulan detrás de nosotros. En concreto, solo deben emplearse con lluvias, nieblas, nevadas o nubes de polvo o humo intensas. 

Las luces de marcha atrás son aquellas que se activan automáticamente al engranar la marcha atrás y, básicamente, se utilizan para advertir a otros conductores y peatones que el vehículo va a circular hacia atrás.

Las luces de posición, finalmente, son luces que indican la posición y anchura del vehículo y que acompañan siempre a las luces cortas, largas o antiniebla delanteras. No sirven para iluminar. 

Además de estas luces, los conductores también deben utilizar correctamente los intermitentes, un tipo de luz que debe emplearse siempre que se vaya a cambiar de trayectoria y que sirven para alertar a los otros conductores del movimiento que se va a realizar. 

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